Lame sus labios secos, jamás creyó tener una versión tan lamentable, siente el sonido de la música todavía, aún se puede ver entre la gente, aún puede ver la máscara de oso, recuerda la lluvia o lo que posiblemente eran lágrimas. El agua fría contra su piel producto de la regadera lo hacen regresar al presente, su cabeza se siente apuntó de explotar, sus párpados le pesan, no sabe que día es con exactitud, podría decir que es la tardé del tres, pero no puede asegurar nada, no trae su celular, no sabe como llegó a aquél hotel, tampoco como salió de aquél lugar, solo sabe que tiene un máscara de oso en lugar de la suya y que le dejaron suficiente dinero para comer algo y regresar a su hotel. No sabe cuando la droga abandonó su sistema, pero sabe que ahora que ya no esta bajó sus efectos el dolor en su cuerpo aparece, no sabía que se había fracturado el pulgar izquierdo.
- Que tonto soy.
Se reprochó viendo que alguien lo había tratado o tal vez lo habían llevado a un hospital. Que suerte la suya de no recordar nada. Cerró la puerta de esa habitación de hotel viendo por última vez la cama hecha un caos, suspiró y salió, pero fue recibido por la lluvia, lluvia en Febrero, que suerte la suya. Un taxi se estaciono, dejó que la gente bajará y se subió, pagó y dio su dirección. Afuera el cielo se caía y él solo se sentía tan miserable sin tener una razón en particular. Tenía tantos sentimientos dentro de él que el conductor jamás los hubiera notado de lo profundo que los tenía, se sentía, tonto, usado, nostálgico, perdido, sucio y con una necesidad creciente de ir y abrazar a México, estúpida lluvia que le atormentaba sin razón.
Al llegar al hotel donde fue puesta su reservación caminó cansado y agotado, no había dejado atrás esa máscara, agradeció a su yo del pasado por no perder las llaves, varios bostezos escaparon de sus labios cuando vio esa cómoda cama, arrastró los pies con lentitud, lanzó su cuerpo contra la cama, pero las suaves gotas de la lluvia contra la ventana le molestaban, su pesar tenía un nombre, pero no lo recordaba, no ahora, no sabía de que manera decirle, pero sabía que México lo haría, sabría decirle como se llama su sentir, cerró los ojos queriendo descansar, había algo que extrañaba, algo aparte de México, ese era el sonido de las ranas cuando la lluvia paraba, pero, ¿Cuántos años tiene que no las escucha?
— México tenía una historia de eso...
Murmuró mientras se quedaba dormido.
"En tiempos antiguos la lluvia existía sólo donde vivían los dioses. Las personas necesitaban de la lluvia para sembrar, y por ello, se reunieron para pensar, platicar y ponerse de acuerdo sobre cómo traer la lluvia a sus tierras, luego dijeron:
– Enviaremos a alguien para que vaya con los dioses y los convenza de que nos manden la lluvia. Entonces, pensaron a quién enviar para esta tarea y eligieron a la tortuga.
Fue la tortuga a donde vivían los dioses y les pidió que mandaran la lluvia a los hombres para que pudieran sembrar. Los dioses le respondieron:
– Sí, no hay problema, lo único que deberás hacer es mostrarle el camino a la lluvia.
Pero la lluvia puso una condición y dijo:
– Llegaré hasta donde te alcance, tortuga.
Ya que se hicieron los acuerdos, los dioses permitieron que la tortuga se llevara la lluvia. La tortuga muy contenta exclamó:
– ¡Ahora podré llevar la lluvia hasta donde están los hombres!
La lluvia sabía que la tortuga caminaba muy lentamente, por eso le dijo:
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Méx.
FanfictionMe han robado tantas veces mi libertad. Me han escondido tanto tiempo. Nos han utilizado tantas veces. Portada hermosa hecha por la bella artista Kittyfus-ale ❤