Méx.

Unión Europea.

(Coro)
Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón,
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.

Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.

Inicio del fin. 

(...)

— Señor, no creo que sea conveniente que tome tanta de esa sustancia, no se ve bien.

— Eres mi asistente, la encargada de decirme como van las investigaciones que llevo a cabo. No la encargada de decirme si mis acciones son correctas o no.

— Pero solo quiero que este consiente de la situación, todo lo que arriesga por él...

— No pedí tu opinión, necesito que me hagas más análisis y verificar como está avanzando en mi sistema.

— Sí señor, preparare todo.

La mujer salió de la habitación y USA se dejó desplomar en la silla, la sustancia M—01 era demasiado fuerte para él, empezaba a tener lagunas mentales en ciertos momentos, deseaba llorar, llorar por el sufrimiento silencioso al que se vio sometido su amado.

(...)

Sonora se mantenía bajo la lluvia artificial que le proporcionaba la regadera.

— ¿Papá que está pasando?

Dijo con preocupación al ver como el agua se teñía de negro, lágrimas negras escapan de sus ojos, se mezclaban con las puras gotas del agua hasta contaminarlas. Su piel se erizo ante las arcadas que aparecieron, se arrodillo mientras el agua seguía mojándolo.

— ¿Qué me está pasando?

Pregunto Puebla cuando su visión se distorsiono, un repentino mareo le ataco.

— ¿Estas bien?

Pregunto Colima al ver los movimientos torpes de Puebla.

— Si, solo un mareo...

— ¡Puebla!

Grito con preocupación cuando le vio caer directamente al piso inconsciente. 

(...)

USA se mantenía en su sillón individual, su mirada estaba clavada en su gran ventanal, pero su conciencia estaba perdida, sentía un dolor de estómago insoportable, las campañas presidenciales y la sustancia estaban acabando lentamente con él, pero necesitaba un poco más de tiempo para que su equipo encontrara la cura y lograr culpar a OMS del crimen que cometió.

— Si estuviera despierto me daría vergüenza verte a la cara y que notaras el monstruo en el que me convertí y lo horripilante que me volveré.

Miro con una mueca las constantes cartas que mandaba ONU por los ataques que recibía el pueblo mexicano, tenía que ser más fuerte y no dejarse consumir, un poco más de fuerza le pedía a su amado para continuar.

(...)

I 
Ciña ¡Oh Patria! tus sienes de oliva
de la paz el arcángel divino,
que en el cielo tu eterno destino
por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡Oh Patria querida! que el cielo
un soldado en cada hijo te dio.

Un soldado en cada hijo te dio.

(Coro)
Mexicanos, al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón,
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón.