3.

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El olor se impregnó tan profundo en sus fosas nasales que tuvo que alejarse un par de metros para poder respirar aunque sea una pizca de aire puro. Apartó la linterna del cuerpo para no verlo más, sin embargo, su imagen seguía anclada a su cerebro. Las náuseas le subieron por el esófago amenazando con manchar todo de vómito, pero se lo tragó. Tomó largas bocanadas de aire para recomponerse y seguir con su trabajo.


—Esto es repugnante —exclamó, acercándose una vez más al cadáver con dificultad.


La actitud de su compañero no era tan distinta como la que JaeHyun traía consigo. Jamás en sus cortos años de experiencia había tenido que lidiar con un tema tan complicado como lo es este, ni siquiera JaeHyun, que le lleva un par de años de ventaja.


—¿Debería llamar al equipo? —preguntó SiCheng.


—Ve, rápido. Hay que llevarse el cuerpo lo antes posible para una autopsia —dijo, colocándose un par de guantes de látex que siempre guardaba en su bolsillo para inspeccionar el cuerpo sin dejar huellas.


SiCheng asintió y subió lo más rápido que pudo la colina. JaeHyun, mientras tanto, intentaba ver si encontraba algún rastro de un posible culpable.


Observó primero a su alrededor. Colocándose en cuclillas prendió la linterna y se dio un par de vueltas alrededor del cadáver, y como él pensaba, no encontró nada. Aunque, en realidad, no estaba seguro de qué pensaba que iría a encontrar, ningún asesino es tan idiota como para dejar su rastro justo al lado del cuerpo. Chasqueó su lengua, sintiéndose idiota, y volvió a mirar al desfallecido Mark Lee.


Le causaba una repulsión enorme el tener que verlo, pero ese era su trabajo. Miró el cuerpo con una mueca de asco, y sólo la intensificó cuando movió la linterna para observarlo mejor. Estaba de espaldas, pero sólo con ser consciente de que estaba muerto ya le ocasionaba escalofríos.


El cuerpo del que alguna vez fue Mark Lee yacía enterrado en el barro. JaeHyun le había pisado la cabeza, por lo que ésta también estaba dentro de la tierra mojada. El cadáver se encontraba de espaldas, escondiendo sus posibles heridas. Aun así, el detective decidió inspeccionarlo, aunque con una repulsión y asco revolviéndole el estómago.


Colocó la linterna en su dirección, y enseguida tocó su espalda. Estaba helada y desnuda. Por lo que vio, no tenía ninguna herida en ese lugar, quizás la piel un tanto rojiza por el golpe contra el agua, o bien por el frío. Le llamó la atención el hecho de que estaba semidesnudo, pero aquel detalle pasó a un segundo plano para poder descubrir algunos otros indicios que le dijeran dónde o qué pasó antes de caer fallecido.


Tocó sus brazos, su nuca, su cabeza, pero nada parecía querer aparecer. Fue entonces que intentó darle la vuelta. Si no encontraba nada por detrás, es más que obvio que encontraría algo por delante.


No se equivocó.


A pesar del barro en su cara, pudo percibir la hinchazón en una de sus sienes, la derecha, para ser más específicos. El barro se mezclaba con la sangre derramada, haciendo que el estómago de JaeHyun se revolviera con mucho más ímpetu que antes.

el silencio de las estrellas ー nct dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora