10.

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El policía salió indignado de la habitación. La ira le contraía los pulmones y los impulsos controlaban su cuerpo. Habían herido su orgullo, algo inédito en su vida.


Taeyong cerró la puerta de un azote y se abalanzó a la silla con furia. Se dio media vuelta, mirando hacia la pared. No quería distracciones ni gente que pudiese molestarle, sólo quería estar solo.


No podía creer lo que había sucedido hace unos momentos. Se supone que es su superior, pero Jaehyun lo trata como un igual o a veces sobrepasa la barrera jerárquica entre ellos, rotando los roles en algunas ocasiones. ¿Quién era él para darle órdenes? «Somos policías, no gente de la calle» Aquella frase que le espetó le provocó un escalofrió desagradable que sólo hizo que su enojo aumentara.


Golpeó el costado de su muslo con su puño, descargando su ira contra su colega.


—Sé que tengo la razón, ¿por qué me reprime? —gruñó—. Ese Jaehyun es demasiado compasivo... a veces no lo soporto. —Sacó de su bolsillo la cajetilla de cigarros, y la abrió; no quedaba ni uno.


Soltó un suspiro de hastío, nada estaba yendo bien, absolutamente nada, y eso era una muy mala señal, no sólo por la investigación, sino que para su trabajo. Si no lograban conseguir algo concreto del caso pronto, la fiscalía empezará a presionarlos, y eso no conllevaría a nada bueno.


Iba a ponerse de pie para ir a comprar otra cajetilla y, quizás, distraerse un poco, pero sus planes se vieron arruinados cuando Jaehyun abrió la puerta de la oficina como si nada hubiese pasado.


Se miraron por largos segundos. Taeyong echaba chispas por los ojos, y Jaehyun, sólo le miraba neutral, sin ningún atisbo de arrepentimiento en sus ojos por lo que hizo.


Jaehyun se acercó al escritorio, y empezó a ordenar las cosas sin articular palabra. Taeyong, en cambio, no podía quitarle la vista de encima, aún seguía muy molesto.


—Deja de mirarme así, no voy a pedirte perdón —canturreó, tomando los lápices que estaban desparramados en la mesa para guardarlos en el lapicero. Taeyong rechistó, rodeando sus ojos y cruzándose de brazos.


—Pues deberías —masculló.


—¿Yo? —soltó una carcajada—. No puedes ser más orgulloso —ahora tomó un par de papeles y los metió en unos folios. La superficie de vidrio empezaba a verse por primera vez en mucho tiempo.


—¿Por qué dices eso? Si sabes que lo que hice no estuvo mal —espetó, poniéndose de pie.


Jaehyun dejó caer los papeles en la mesa, soltando un suspiro y mirándolo con fastidio. Colocó ambas manos dentro del bolsillo de su pantalón.


—Sí estuvo mal, Taeyong. Actuar impulsivamente en contra del imputado está mal. Por más corazonadas que tengas de que él es el culpable o lo que sea, no podrás sentenciarlo a menos que tengas una prueba concreta acerca de tus suposiciones.

el silencio de las estrellas ー nct dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora