16.

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—Han esperado mucho por este momento, ¿verdad? —Renjun preguntó, tímido.

Jaehyun asintió, indicándole que continuara. Miró a Taeyong, quien se veía bastante consternado con la situación. Su expresión era tensa, y sus ojos abiertos demostraban que algo no estaba bien con él, como si hubiese visto algo que no debía.

Colocó su mano sobre su regazo para sacarlo de su ensimismamiento. Taeyong soltó un respingo, y se dirigió a Jaehyun con un mirar perdido.

El policía levantó sus cejas, preguntándole con ellas si todo iba bien. Taeyong pareció entender y asintió con la cabeza. Luego giró su cabeza otra vez para centrarse en Renjun.

El detective, sin embargo, se sintió extraño. El semblante tenebroso en Renjun se había esfumado cuando le quitó la vista de encima, y cuando volvió a mirarlo poseía esa mirada de cachorro otra vez. Pero le restó importancia, quizás su mente sólo le había pasado una mala jugada.

—Bien... resulta que Jisung nos había invitado a su ciudad natal por un fin de semana —empezó a decir—, y todos aceptamos porque la idea se veía genial, sin embargo... después de ese día, y durante toda esa semana, el ambiente se sintió tenso entre todos... fue algo extraño, y es que era como si todos, cada vez que nos veíamos, teníamos un peso sobre nuestras espaldas. Lo sé porque no fui el único que lo sentía, Jeno también, porque se lo comenté. Y cuando llegamos aquí...









El día del incidente.

Mark conducía el coche mientras todos los demás hacían el tonto en los asientos de atrás. Era ruidoso, las risas de todos se mezclaban entre sí y hacían que todo dentro del coche fuese un alboroto. Él los observaba a través del espejo retrovisor y reía cuando Jeno molestaba a Chenle, o cuando Haechan se mofaba de Renjun por todo lo que decía y Jaemin le seguía el juego. Haber venido a este lugar sería quizás una de las mejores decisiones que pudieron haber tomado, y se lo agradecía a Jisung por invitarlos.

Pero Mark no tenía idea de nada.

—¿Estás bien? —le preguntó el mayor a Jisung quien iba sentado junto a él en el asiento del copiloto. Él asintió con la cabeza sin siquiera mirarlo a los ojos.

—Sí, lo estoy —murmuró.

—¿De verdad? —insistió—. Te ves pálido.

—Sí, estoy bien Mark. El frío a veces me pone así.

Mark claudicó, y siguió mirando el camino de la carretera. Después de varios kilómetros conduciendo entre árboles y casas rurales se encontraron con el famoso puente el cual Jisung no había dejado de mencionar desde que habían llegado a este lugar.

—Puedes dejar el auto en la orilla de la carretera —le indicó Jisung.

Mark le hizo caso, y se estacionó cerca del borde para no tener problemas con los autos que pasaban, aunque como ya era bastante tarde, lo dudaba.

Inmediatamente todos los chicos salieron del auto emocionados cual niños, de verdad que jamás se habían comportado de esa manera ni aun cuando se juntaban en las casas de otros.

el silencio de las estrellas ー nct dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora