18.

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Existen situaciones en nuestro breve pasar que, sin ninguna razón aparente, no poseen de una explicación lógica como, por ejemplo, la pérdida de un objeto, la inesperada muerte de un ser amado, o mucho más complicado, una situación tan compleja como un caso que debía de resolverse lo antes posible.

¿Cómo se le daba fin a algo que no estaba destinado a tener una conclusión? ¿Mintiendo? ¿Inventándolo? La respuesta es tan simple como la pregunta: contando la verdad. Y si aun así no se puede encontrar un desenlace, es, en pocas palabras, porque aún no se ha podido anular la mentira del historial.

—¡Yo no quise matar a Jaemin! —exclamó Chenle por segunda vez, perdiendo los estribos. Saltó en su silla con desesperación, sus brazos moviéndose inquietos en un inútil intento de deshacerse de las esposas que abrazaban sus muñecas. Su rostro brillaba por las lágrimas que habían comenzado a caer impacientes de sus ojos.

Jaehyun miró a Taeyong, confundido. Por el contrario, Taeyong miraba a Chenle con una casi imperceptible sonrisa ladina esbozada en su rostro, como si hubiese dado en el blanco. El policía empezó a cuestionarse, ¿Taeyong ya sabía sobre ello? ¿O esto sólo había sido mero producto de la casualidad? Estaba impresionado, sentía por primera vez el verdadero potencial que Taeyong tenía como detective, logrando sonsacar verdades de algo que ni siquiera él sabía que existía.

—Tranquilo, no tienes para qué alterarte —le dijo con una voz tan calmada que no encajaba para nada con su mirada malévola.

—¡No puedo! ¡Ya no puedo! —gritó—. ¡He tenido que aguantármelo todo este tiempo! Yo... Yo... —quería seguir hablando, pero sus nervios le traicionaron.

—Chenle.... —Jaehyun se acercó a la mesa para poder hablarle y tratar de calmarlo un poco, pero Taeyong se lo impidió, colocando una mano sobre su hombro y asintiendo con la cabeza, diciéndole que él se hará cargo sin articular palabra. Él hizo caso, volviendo a su posición inicial y dedicándose sólo a espectar la escena que se desenvolvía frente sus ojos.

—No podremos avanzar si no respiras hondo y te calmas —dijo, usando un tono de voz dulce, pero sin dejar de ser autoritario; como una madre reprendiendo a su hijo.

Chenle le miró, y asintiendo con la cabeza, tomó una larga bocanada de aire y espiró varias veces, hasta que sus lágrimas cesaron y su expresión se ablandó.

—Te haré unas preguntas ahora, pero necesito que te mantengas en calma —le pidió, mirándolo con determinación. Chenle afirmó con la cabeza otra vez—. ¿Cómo fue que mataste a Jaemin?

El chico se removió en su asiento, incómodo.

—Yo... él me dijo que lo hiciera...—balbuceaba, evitando el contacto visual—. porque lo había visto todo y había que encontrar una manera de deshacerse de él... —carraspeó su garganta.

—¿Quién es él? —inquirió.

Chenle miró a Taeyong, pasmado. Pasaron varios segundos antes de responder.

—Jisung.

—¿Jisung fue quien te dijo que mataras a Jaemin?

—Sí, él me dijo que me lo llevara, y que lo tirara al río para que pareciera como si hubiese muerto a causa de un accidente —farfulló, sin dejar de mirar al detective a los ojos.

—¿Y cómo fue que lo mataste? —cuestionó. Chenle tragó saliva con fuerza, volviendo a evitar el contacto visual. Aguardó unos segundos antes de responder a la pregunta.

el silencio de las estrellas ー nct dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora