19.

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El villano del cuento había sido encontrado, después de un arduo trabajo, horas de frustración y momentos de desaliento donde la carta de renuncia estuvo a punto de ser aventada contra la mesa. El suspiro de alivio estaba en la punta de la lengua, sólo faltaba un solo pendiente más que daría por finalizado todo este suplicio.

Taeyong se dirigía a través de los pasillos, diligentemente, en busca de los involucrados en este caso. Jaehyun, su compañero, le seguía el paso, aún con el nudo en la garganta que desde la discusión del día anterior no podía quitar. Había tantas palabras que quería decirle, insultos que escupirle, pero prefería guardárselos porque no sólo desataría su ira contra él, sino que perdería su tiempo al intentar convencerlo de algo que no le convenía en lo absoluto.

Giraron a la derecha, adentrándose en el pasillo de las celdas. Y uno por uno, fueron llamándolos para darles su sentencia.

—Lee Donghyuck —Taeyong pronunció su nombre al pararse enfrente de su celda. El chico alzó la vista con ojos de cachorro, demostrando su miedo ante lo que pasaría en tan sólo unos segundos.

Jaehyun abrió su celda, y Sicheng, quien había llegado después, entró para escoltarlo. El chico se colocó de pie con su ayuda, sin quitar la expresión de miedo de sus ojos.

—Espero no volver a vernos... —le susurró el detective en el oído antes de que Sicheng se lo llevara.

Los ojos de Haechan se iluminaron al oír aquellas palabras en un impulso de esperanza.

—O sea que soy... —masculló antes de desaparecer de su vista. Taeyong siseó, colocando su dedo índice sobre sus labios, ahorrándose la explicación.






¿Por qué querrías vengarme? le cuestionó él—. ¿Acaso has sufrido lo que yo? dijo entre dientes, endureciendo su expresión.

El mayor le miró, sus pupilas temblando de los nervios.

No, pero quiero remediarlo. Haré lo que tú me digas, haré lo que sea para que me perdones sobó sus manos a modo de ruego.

¿Lo que sea? sonrió sagazmente.

Lo que sea... repuso.

Entonces... tendrás que matarlos, a todos.







El chirrear de la celda cosquilleó en los oídos de los policías, disponiéndose a llamar al siguiente. En la celda de al lado, yacía el lindo chico de cabellos cafés y de poca estabilidad mental, observándolos con sumo cuidado, como si intentase leer sus pensamientos.

—Lee Jeno —le llamó Taeyong. La celda se abrió por completo para él, repitiendo el mismo proceso que con Haechan hace unos momentos.

El chico se paró de su asiento, dejándose llevar por el oficial que lo llevaba hacia la salida. Su mirada era expectante, esperando impaciente a que el detective le dijese algo.

—Llévenselo, no tiene nada que hacer aquí —le ordenó al oficial. Él obedeció llevándose al chico a rastras. Antes de perder a Jeno de su vista, pudo ver una pequeña sonrisa de satisfacción dibujarse en su rostro.

el silencio de las estrellas ー nct dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora