7.

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Las miradas entre ambos policías se cruzaron con una inesperada sorpresa ante la inédita noticia. Tanto así, que pasaron varios segundos para que uno de los dos hablara otra vez:


—¿Por qué nos dices esto tan repentinamente? —preguntó TaeYong girando su vista hacia el chico con la misma expresión del principio.


Jeno esbozó una sonrisa ladina que provocó un escalofrío a los policías que estaban enfrente. Y, de pronto, el ambiente se convirtió en algo tenso, tétrico, sofocante.


—Dijeron que les estaba ocultando cosas, pues bueno, ahora no voy a guardarme nada. —Masculló. TaeYong y JaeHyun volvieron a darse miradas de preocupación. No podían ocultar los nervios que sentían al escuchar esas palabras, pero no tenían más opción que continuar. Podría ser que Jeno tuviera muchas más respuestas que todas las que encontrarían a lo largo de la investigación.


TaeYong intentó recobrar la compostura como en el principio. Llenó sus pulmones de oxígeno tomando una larga bocanada de aire, intentando controlar sus emociones. Miró a Jeno con agudeza, buscando en su mirada algún atisbo que le dijera que estuviese mintiendo, pero no existía. Su expresión de seguridad era evidente.


—Bien, Jeno. Explícame, entonces, cómo es que sabes aquello y qué es lo que sabes. —TaeYong fue directo al grano. Ahora la cosa iba como en el principio, el policía preguntaba cosas y el imputado respondía, quedando bajo su propia responsabilidad su inocencia o culpabilidad en el caso.


Jeno aguardó unos segundos. Bajó la vista y miró sus manos que estaban entrelazadas. Jugó con sus dedos pulgares mientras vacilaba en cómo empezar de la manera correcta. TaeYong perdía la paciencia, JaeHyun aún seguía ensimismado en su propio mundo.


—Todo empezó hace poco tiempo, la verdad —por alguna razón, su voz tembló—. Siempre supe que a ChenLe le gustaba JiSung, incluso antes de unirme al grupo —hizo una pausa. Levantó la cabeza, pero evitó el contacto visual. En cambio, fijó su vista sobre la mesa—. ChenLe siempre estaba detrás de JiSung, como un perro faldero. Le compraba cosas costosas para atraerlo, lo invitaba a salir, le escribía cartas, pero JiSung siempre lo rechazaba. Y a pesar de todo —suspiró lastimero—, jamás se pudo deshacer de él, es más, parecía que su amor por JiSung cada vez crecía más.


Ambos policías se acomodaron en el asiento, sin quitar sus vistas del chico.


—Creí que era algo natural, que quizás a ChenLe le gustaban las cosas difíciles, pero después de un tiempo, me di cuenta de que no era tan así —pausó su conversación una vez más—. No fue hasta una semana antes de venirnos que me enteré. RenJun me dijo que JiSung era un raro, y por una lógica razón, le creí. Y es que JiSung siempre se ha comportado extraño, por su forma de actuar siempre tan cautelosa y silenciosa, pero que aun así se hacía notar. O quizás porque su rostro siempre daba la impresión de tramar algo, no lo sé —se encogió de hombros—. Pero sí sé que lo que digo es verdad, porque lo hicieron delante de mí, y JiSung personalmente me lo contó tiempo después.


»Un día, en casa de Mark, Chenle, Jisung y yo dormimos en la misma habitación. Los oí discutir, decirse cosas horribles, es más, oí a JiSung jurarle la muerte a ChenLe... —ambos policías volvieron dirigirse la mirada—. Y una semana antes de que pasara todo esto, JiSung me lo contó todo. Le creí, lo ayudé, pero jamás supe si el tema se solucionó.

el silencio de las estrellas ー nct dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora