Capítulo 9

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— Diablos, olvidé mi celular. — su nivel de distracción era increíble.

Debió dejarlo abandonado en la mesa, cuando revisó la hora, antes de salir de casa de Jimin.

Consecuencia innegable de centrar la atención en lo relacionado a Park, y descuidar el resto. Resultaba demasiado obvio, y al aparecer, comenzó a afectar su memoria, y capacidad de raciocinio.

Afortunadamente, solo había recorrido la mitad del camino; aún estaba a tiempo de regresar, conseguir su móvil, y completar el trayecto, antes que la señora Jeon.

Además, gracias a la lluvia, ella llamaría a su esposo, y volverían en auto, ambos resguardados del mal tiempo.

Parsimonioso, saltando incluso algunos charcos sobre el pavimento para no ensuciarse los zapatos, desandó sus pasos.

Las luces de la residencia Park todavía irradiaban, y el resplandor del interior se filtró a través de la ventana delantera.

— Oh, la dejó completamente abierta. — se percató, tras abrir el pórtico.

Ojalá y a Jimin no le molestase su descuido. El chico tenía ya las manos llenas, lidiando con un ebrio Namjoon. Incluso él, pudo comprobar la testarudez de Kim, cuando se emborrachaba.

Indeciso, resolvió asomarse primero a la ventana, y escrutar el interior, tanteando el terreno.

Sin embargo, no esperó que la escena ante sus ojos, atrapase el aliento en su garganta.

— ¿Qué está.... — la frase quedó a medias, interrumpida por el acto que se recreaba a escasos metros.

Su hyung, Park Jimin yacía con rodillas y antebrazos sobre el suelo; la cabeza escondida entre los últimos. Pequeños gemidos escaparon de sus labios, que intentó acallar inútilmente, mordiendo la piel de un brazo. Sus pantalones habían desaparecido completamente, y la pálida tez de sus piernas flexionadas se apreciaba, pareciendo más llamativa bajo la aguda luz de la lámpara de techo.

Namjoon, tras él, y visiblemente recuperado del "estado de ebriedad", pasaba la lengua por sus labios, embestiéndole rápida e intensamente. El menor temblaba con cada acometida, cerrando los puños para contener los jadeos.

Pero Nam, deseoso de disfrutar la dulce melodía que Park refrenaba, le tomó por los cabellos, con una de las manos que aferraba a las caderas ajenas –impulsándose profundamente en el interior de su hoobae–, y obligó a levantar la cabeza.

— ¡Ah... ah! — sonidos excitantes llenaron la habitación, haciendo eco en los oídos de Jungkook. Park mantuvo los ojos cerrados, recibiendo obedientemente todo lo que Namjoon tenía para brindarle; las penetraciones haciéndole estremecer, perdido en el acto, e ignorando a aquel joven que estupefacto, les contemplaba con orbes como platos. — ¡Nam...! ¡Ah!

Kim, aumentó la fuerza del agarre sobre la cabellara de Jimin, haciéndole incorporarse un poco –aun de espaldas– para llevar sus dedos a la nuca contraria. El más bajo volteó la cabeza, y enredó su boca con la del mayor desesperadamente, en una amalgama de chasquidos húmedos, lenguas arremolinándose juntas, saliva descendiendo por las comisuras y labios rojos e hinchados.

Namjoon, en un momento, salió de su interior, solo el tiempo suficiente para cambiarle de posición –ahora con la espalda pegada al suelo– y sin perder otro segundo volvió a adentrarse de una fuerte estocada, que le arrancó un gemido incontrolable al menor.

Sus labios volvieron a enzarzarse, degustándose mutuamente, amando la sensación del delicioso choque, ambos hundidos en la espiral de sensualidad, placer, y lascivia.

— Nam... joon... Namjoon... — Jimin moduló sin descanso el nombre de su amante, mientras se aferraba a él, abrazándose a su cuello. Entregándole todo de sí, a quien no paraba de martillearle con su miembro, penetrándole con ganas, sabiéndose el causante de la dicha y éxtasis ajeno. Manteniendo el poder sobre el cuerpo que se retorcía bajo suyo; le sabía prisionero de sus caricias, de sus besos, de todo lo que él representaba.

Jungkook, no pudo seguir expectando algo tan íntimo. Irrumpiendo en el momento intrínseco de dos personas. Su presencia no tenía cabida.

Se separó lentamente de la ventana, demasiado impresionado para asimilarlo todo.

En solo unos minutos, sus esperanzas fueron derrumbadas; la fantasía explotó frente a su nariz. Y comprendió... que la devoción de aquel, a quien su corazón anhelaba, ya tenía destinatario.

Sus ilusiones fueron fútiles desde el inicio.

Lo que vio, no parecía una unión meramente carnal y pasajera. La forma en que Jimin se asió a Namjoon con todo lo que tenía, pronunciando su nombre como si fuese alguna especie de rezo sagrado, permitiéndole hacer con su cuerpo lo que éste desease, afirmaba que los sentimientos allí eran fuertes, trascendiendo la necesidad física.

«Ahora lo entiendo... Esa extraña sensualidad... ese magnetismo que parecía atraerme sin remedio... Así que eso era»

Sabía ahora que Jimin si gustaba de hombres; no obstante, solo uno ocupaba en estos momentos su cuerpo, su cerebro, y quizás... su corazón.

«Pero... ¿lo sabrán los otros? No creo que lo hagan. Ni siquiera yo pude darme cuenta» la imagen de Jimin jadeante, con el rostro presa de un intenso sonrojo, y la respiración entrecortada. La piel que sobresalía de sus muslos y piernas descubiertos... Todo era demasiado incitante, sugerente...

Y una pregunta cobró vida en su mente. Quizás podría sacar algo de la información descubierta.

¿Qué pasaría si......?




















Disculpen si el lemon no quedó muy bien, o si no era el que querían pero, es necesario para la historia. A partir de ahora se viene el drama, así que prepárense.

Nos seguimos leyendo, y muchos Bsos para todos. 😘😘😘😘

 😘😘😘😘

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Under The Umbrella [PJM & JJK] ° 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora