Capítulo 6

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Ya en casa, sus mayores temores se concretaron. La señora Jeon le propinó un jalón de orejas legendario, además revivir sus planes macabros con la Play. Jungkook palideció sólo de pensarlo, jurando llegar a las 6:00 pm por lo que restaba de semana.

La mujer podría considerarse sinónimo de rectitud, y quizás un tanto exagerada. O solo una madre preocupada velando por la seguridad de su único hijo.

Sin embargo, la mente de Jungkook pronto superó la reprimenda. En su lugar, reprodujo los últimos sucesos acaecidos una y otra vez. Aún le parecían irreales. Y no era para menos.

Apretó contra si su teléfono, como si fuese su más valiosa posesión, o un tesoro que debía mantener seguro y protegido de cualquier posible peligro.

Trataba de camuflar la gran sonrisa que le acompañó en el camino de regreso. Porque: ¡Tenía el número de Jimin! Increíble, pero cierto. Y él mismo se lo facilitó de buena fe.

Bueno, casi. Probablemente. O puede que la influencia de Namjoon fuese factor determinante en la ecuación.

¿La causa? Se le ocurrió comentar sobre el mal estado de sus calificaciones. Y la pésima suerte que tenía en asignaturas como Matemáticas, e Inglés. Y bueno, allí había entrado su nuevo hyung.

Kim, en agradecimiento por aceptar su invitación, se ofreció como tutor, para ayudarle acorde a sus conocimientos. Especialmente en Inglés, una de las que mejor se le daba.

Jungkook pudo comprobarlo cuando recibió una Mini demostración. La fluidez y soltura de Namjoon, eran excepcionales, casi nativas.

Quedó tan impresionado, que no dudó en pedir su teléfono, para establecer contacto en caso de precisarlo.

Y la cuestión no acabó ahí. El Moreno le confesó que Park también era bueno en Matemáticas. A fin de cuentas, estudiaba Ingeniería Industrial y el Cálculo era asignatura base en la carrera.

Jimin estaba, además, considerado un estudiante ejemplar. Atento, aplicado, y miembro de la élite intelectual de la Universidad. Pero, según el mismo Nam, su humildad y modestia le impedían presumir esas dotes, o pensar en sobresalir más de lo necesario.

Resultó admirable, la elocuencia con que Namjoon exaltó a su hoobae. Los pequeños ojos de Jimin parecieron brillar afectados ante los halagos, pero sin ninguna pretensión de vanagloria. Sino agradecimiento y estima.

«Es el mejor estudiante de la Facultad, puedes apostarlo» aseguró Kim, y en el instante que los orbes de Jungkook captaron a Jimin, vislumbró la emoción que éstos desbordaban. Era realmente sobrecogedor y reconfortante ver la profunda amistad que ambos compartían.

Park, luchó contra el fantasma de la sonrisa que elevó sus comisuras, y bajó la vista, probablemente avergonzado por la atención.

En cambio, Jeon, agradeció internamente a Namjoon, por propiciar una amalgama de nuevas expresiones en aquel rostro esculpido, cambiando la melancolía por disimulada alegría.

La luminosidad volvió a irradiar en esos penetrantes ojos oscuros.

Sin embargo, el momento duró poco, o al menos hasta que a Kim se le ocurrió la idea más extraordinaria que Jungkook escuchó jamás; lástima que para su hyung, pareciese insólita.

«Deberías darle también tu número, Jiminnie. Sería bueno que pudieses serle de ayuda.» le había exhortado. El semblante del aludido, no obstante, decayó completamente tras la petición.

«Podría tan solo venir cuando lo necesite» el chico continuó renuente a obedecer, pero Jungkook ni siquiera pudo molestarse, eufórico ante la buena noticia: ¿Park le estaba dando vía libre, para venir a visitarlo? No había oído mal, ¿verdad?

Solo aquella certeza bastó para hacerle feliz. No ambicionaba más, pero a Namjoon no le gustaba ser contradicho.

«No seas así. ¿Qué tal si el chico se aparece y tú no estás? ¿En serio harás que haga todo el recorrido en vano, pudiendo resolverlo con una llamada? Vaya, no pensé que fueras ese tipo de persona» confesó, fingiendose estupefacto. Agregó inclusive una dramática mano a su pecho, que hizo a Jimin rodar los ojos.

Aunque su mueca incómoda empezó a desaparecer.

Mantuvieron –por un milisegundo– una guerra de miradas, que Park perdió, entre gruñidos gruñendo.

«De acuerdo, se lo daré» concedió, mientras Namjoon sonreía abiertamente, satisfecho de lograr su cometido, y le guiñaba un travieso ojo a Jungkook, que negó risueño.

Era inusitado el poder de decisión, de Namjoon sobre Jimin.

Tal vez se debiera a que Park lo veía como un modelo a seguir, y quisiese igualarlo: a pesar de su carácter jovial e indolente, Kim era altamente respetado y querido entre sus compañeros, o eso le informaron los demás.

De todas formas, gracias a él, obtuvo mucho más de lo que esperaba, y no pudo sino agradecer al alto moreno.

Ensimismando en sus remembanzas, pretendió escuchar la perorata de su madre, asintiendo sin reparos ante cada orden para contentarla.

Tras ello, se dirigió a su cuarto, intentando todavía, acreditar la ruleta de acontecimientos en se convirtió su día.

«Uno mucho mejor de lo que esperaba» se dijo a si mismo, arropado ya bajo las cobijas, y listo para decir adiós a su intensa jornada.

Inicialmente, temió que Jimin tomase como ofensa el no aceptar su obsequio, aún cuando se lo hubiese confiado de una forma un tanto extraña.

Pero, para su beneplácito, la situación acabó reportándole un nuevo grupo de conocidos, quién sabe si futuros amigos, y... lo que sea que Park Jimin fuese.

Porque, de alguna forma, ninguna de las categorías amistosas en que le quiso encasillar, parecieron amoldarse al efecto que ese chico seco y hosco, causaba en él.

Porque, de alguna forma, ninguna de las categorías amistosas en que le quiso encasillar, parecieron amoldarse al efecto que ese chico seco y hosco, causaba en él

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Under The Umbrella [PJM & JJK] ° 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora