Capítulo 2

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Como había previsto, una casa completamente vacía lo esperaba. Nada extraordinario: la vida de los señores Jeon era ajetreada.

Especialmente para su padre, cuyas responsabilidades en la empresa de Contaduría, podían ser agobiantes. El hombre retornaba a altas horas de la noche; y muy pocas veces coincidían.

Su madre, por otro lado, tenía una agenda menos apretada: laboraba 12 horas en días alternos, y recibía uno de descanso. Y justamente hoy, atendía la caja en una tienda de ropa.

Jungkook lanzó un suspiro abatido al llegar. Su día fue -cuanto menos- extenuante.

Colocó los zapatos en el estante del recibidor, y se calzó sus pantuflas, dejando inconscientemente el paraguas, a un lado de la puerta.

Lo que vino después, fue una versión de sí mismo en modo semi automático. Sintió sus energías drenadas, y operó con nivel de carga basal.

Se dio un tardado baño. La relajante sensación del agua caliente en su piel, desperezó sus músculos, y brindó cierto de alivio a su cuerpo maltrecho.

Esa máxima de nunca reparar en el intenso desgaste que acumula el organismo, hasta el momento de poner fin a las actividades diarias, describía exactamente a Jungkook.

Él no tenía ninguna responsabilidad demandante que atender, o alguien más que ocupara su tiempo y energía. Su única tarea consistía en asistir a la escuela, y mientras estaba allí, era bastante activo. No obstante, una vez sus clases terminaban, se convertía en un peso muerto, y solo ansiaba engullir una buena porción de comida casera, perder algo de tiempo jugando en línea, o revisando sus redes sociales, y finalmente caer inconsciente, hasta que el sol volviese a alzarse en el cielo.

Era una práctica funcional: la mantuvo desde inicios de secundaria, y ya cursaba el último año en preparatoria.

Con su sagrada rutina completa, Jeon se encontró a si mismo durmiendo tan plácido como recién nacido. Una peculiar sonrisa ensanchó su rostro, y ésta, bien podría deberse a cierto chico extraño, y enigmático, que conociera horas antes.

La mañana siguiente llegó en un parpadeo

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La mañana siguiente llegó en un parpadeo. Jungkook sintió que había cerrado sus ojos por un milisegundo, negándose a abandonar la cama. Sin embargo, el característico grito de la señora Jeon, le instó a levantarse.

Contradecirla no figuraba en de sus planes, especialmente antes de las ocho. Las reprimendas de la señora Jeon podían ser un poco... extremas, y no estaba dispuesto a ser su víctima. Así que se limitaba a mantenerla contenta.

Se puso en pie, con un sonoro quejido, y arrastró los pies hasta el baño. No demoró demasiado: su madre era capaz de subir y sacarlo de las orejas.

Veinte minutos después, completamente vestido, bajó a la cocina, donde un delicioso desayuno le dio la bienvenida.

Las tostadas con jalea, y su taza de leche caliente fueron historia en cuestión de segundos. Normalmente, se levantaba bien hambriento, devorando cualquier cosa a su alcance: palabras como dieta, o mesura, no figuraban en su vocabulario.

Under The Umbrella [PJM & JJK] ° 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora