APEX LEGENDS, Soy una de ellos, una leyenda. (Crypto x Wattson)

¡Bienvenida!

Es inicio de temporada, mi corazón está a mil por hora. No sé qué me encontraré acá, a pesar de haber diseñado el ring y estar acá durante mucho tiempo tras bambalinas no había visto a una leyenda de frente, siempre a través de los holovideos de mi teléfono celular... Sé que debo estar acá, papá estaría orgulloso, pero no puedo evitar sentir que entró a ciegas contra los lobos...
Estoy parada frente a la puerta de la dropship detrás de las montañas del King's Canyon, estacionada esperando la partida de inicio de temporada.

- Entra con la frente en alto, no dejan entrar acá a cualquiera... Definitivamente no eres cualquiera.

Lifeline!!!!! Mi alma vibraba de emoción ante tal presencia, Ajay siempre fue una heroína para muchos, su amabilidad y humildad derretía el corazón de todos sus fans allá afuera.
Sonreí ampliamente y saludé con mi roto inglés por mi acento...

- Si, es un honor participar aquí junto a ustedes.

- Te ves tan joven, pasa conmigo, ya iba de camino adentro...
Respondió ella sonriendo y guiñando su ojo derecho.

Ella puso su mano en el escáner y la puerta se abrió. Dentro era un gran salón con muebles grandísimos, pensé que quizá por que después de las partidas las leyendas entran exhaustas.
Habían muchos contenedores por todos lados, incluídos los míos con mis pertenencias dentro, las cajas estaban marcadas con el logo de mi torre interceptora.
En uno de los muebles, que estaban en todo el centro del salón bajo un precioso Chandelier, se encontraba Gibraltar charlando animadamente con Bangalore sobre algo como una historia sobre rescatistas o algo así escuché.
De pronto Gibraltar en la emoción de la historia se encuentra con mi mirada y grita

- Es la chica nueva! Bienvenida a bordo, siéntate para que te terminé de contar una de mis mejores anécdotas.

Me sorprendió de inmediato su gran ánimo, pero aún más una mano que me empujó levemente hacia ellos por la espalda. Supe que era Lifeline uniendome al grupo, así que divertida me hice en uno de los sillones a la derecha de Gibraltar, mientras que a su izquierda compartía el mueble con Bangalore y Lifeline, quién se sentó en el reposabrazos al lado de Bangalore.

- Como te estaba contando... Desplegamos las cuerdas que nos dejarían bajar hasta el mar donde todos se encontraban llamándonos, estaba la madrugada tan fría que sabíamos que ellos no podrían resistir más tiempo dentro del agua pues podrían sufrir hipotermia. Así como cayeron las cuerdas caímos nosotros llenos de luces en nuestros cascos y en las mangas de nuestras chaquetas, para así poderlos ver a ellos y ellos a nosotros. El mar estaba muy agitado, algo muy extraño para la época del año así que tomamos a los quince pasajeros de la ya destruida embarcación dentro de nuestros tres helicópteros. Ya estábamos listos para volver a tierra, cuando una madre que había quedado inconsciente despierta preguntando por su hija! Mi instinto me decía que saltara al agua de nuevo y así lo hice SALTÉ! DE MAS DE 20 METROS DE ALTURA AL MAR AGITADO A ENCONTRAR A LA NIÑA!

La historia era tan increíble que si otra persona la contara creería que es falsa, pero él era una leyenda por cosas como esta, por ser un héroe servicial a la disposición de todo aquel que le necesitara.

- A lo lejos oí una débil voz que pedía ayuda. - Continuó Gibraltar- "I'm coming at ya!" Le grité y con la linterna en mi casco la encontré, nadé hasta ella la tomé con uno de mis brazos y por el comunicador en mi hombro pedí la cuerda para emprender el viaje de vuelta a casa. Tomé la cuerda, la enganché en mi y al final de está metí mi pie para estabilizarme, ya engarzado, el helicóptero empezó a desplazarnos por encima del mar. La niña en mis brazos más que aterrada por la experiencia se encontraba embelesada mirando los primeros rayos de luz que otorgaban los dos soles de Solace, las luces casi parecían un espectáculo dedicado a esa pequeña alma que se encontraba abrazándome, ese pequeño ser que hace unas horas podía no lograr ver un nuevo amanecer estaba ahora disfrutando de la brisa fresca que le regalaba la vida, como una segunda oportunidad.