A la mañana siguiente, el dulce olor de panquecas recién hechas hicieron que mi cuerpo pesado lograra levantarse, en ese momento había olvidado que en la noche había conocido a una chica y le había ofrecido mi casa para que se quedara.
Intenté no parecer un monstruo al salir de aquella habitación y cuando llegué a la cocina, estaba ahí, tenía el cabello alborotado y el poco maquillaje que tenía, estaba corrido. Aun con todo eso, se veía hermosa.
—Jennie, no debiste molestarte en hacer el desayuno, lo lamento, había olvidado que estabas aquí. —
Fui una terrible, pésima y mal anfitriona.
—Querida y dormilona Roseanne, era eso o morir de hambre, toma esto como agradecimiento por el chocolate, las galletas y por haberme traído a tu casa. —
Volteó a mirarme y sonrió. Era una sonrisa tan tierna y cálida, solo con eso podía saber que sería un buen día.
Recordé los días en las que mamá se quedaba en casa y hacían unos desayunos deliciosos, aquel aroma dulce o salado que se mantenía por todo la casa, junto a los rayos de sol que se asomaban por las ventanas y daban ese ambiente acogedor y agradable. Era como volverlo a vivir, pero esta vez junto a ella, en aquel momento, con una desconocida.
Y cocinaba muy bien, he de admitirlo, podría decir que hasta mejor que yo.
Sus mejillas se inflaban por cada mordisco que daba y una pequeña sonrisa se dejaba ver mientras comía (que por cierto, era un gesto que hacía cada vez al comer), parecía estar bastante bien, a pesar de que hace unas horas ella estaba temblando del frío y la habían dejado plantada.
—Jennie, dijiste que veías de Daegu y no debes conocer mucho de Seúl, ¿verdad? —
—Pues, tienes razón. —
— ¿Te gustaría salir a caminar? —
Su sonrisa volvió a aparecer, pero a los segundos su expresión se volvió tensa y seria, me pidió un teléfono y salió disparada a llamar a alguien, me había puesto nerviosa por el repentino cambio de humor y su voz se había vuelto más grave.
Cuando ella había vuelto, no pude evitar preguntar si todo estaba bien.
Mi preocupación por ella rompía cada barrera de mi ser y aun quisiera saber por qué. Si me hubiesen puesto a otra persona, lo más probable es que hubiese pasado por alto, pero ella... Ella tenía algo.
Algo que aún no logro entender.
—Sería un gusto salir a caminar contigo. —
Esa preocupación había pasado cuando volvió a tener esa gummy smile, parecía que ese cambio tan repentino no había pasado, pero sí dejó una extraña sensación que deje pasar.
Ese día fuimos por algunos parques, algunos sitios de comida que eran mis favoritos, entre otros lugares.
Y después de tantas horas, se nos dio la noche, habíamos llegado a un último parque que estaba algo alejado de casa, pero era hermoso, de noche las luces decoraban los troncos de los árboles y los pequeños lagos tenían luces que hacían ver los peces y flores que se mantenían flotando sobre el agua.
Jennie no era como las personas que había conocido durante mi vida, sentía que realmente estaba con alguien y que de tener pocas horas de habernos conocido, quería seguir conociéndola, quería que fuese cercana a mí, sentía que sería bueno tenerla en mi vida.
Nos sentamos en una banca que tenía una de las mejores vistas hacia el lago, hablamos de tantas cosas, ¿Saben ese sentimiento que dije que me faltaba? Era algo que ella lograba darme, por más que Lisa y JiSoo fuesen parte de mí, en cierto punto, no llegaba al nivel que Jennie. (Si leen esto, las amo, pero la sinceridad va de primero)
No sé qué se me pasaba por la cabeza en ese momento, estábamos riendo por algo y yo solo la voltee a verla, me quedé ahí, pegada y sin cambiar la vista a otro lado, ella estaba viendo el cielo y era increíble cómo las luces se reflejaban en esos ojos que me habían encantado apenas los vi.
—Podría quedarme una eternidad viendo el cielo. —
Esas fueron sus palabras.
— ¿Que tiene el cielo?—
Preguntarle eso me había dado una meta. Como me encantaría decir el por qué, pero perdería la emoción.
—Cada estrella es alguien que amo, que fue importante en mi vida, son pocos, pero realmente dejaron una marca en ella, asignarles una estrella me hace pensar que siempre están conmigo, sin importar la distancia, me hacen recordar quien soy y por qué estoy aquí, me dan la fuerza que necesito. Roseanne, ¿No tienes algo sea así?—
En ese momento me miró, sentía que se llevaba mi alma a través de esos ojos, mis labios no podían articular palabra alguna, estaba totalmente paralizada. Sonrió.
—Supongo que eso es un no... Déjame decirte que me has caído bien, hace tiempo no pasaba mi tiempo con alguien así, ten mi número, si seguimos hablando, puede que te ayude conseguir ese algo que te ayude.—
Me entregó una pequeña carta de presentación donde ponía su nombre, profesión y las formas de poder comunicarse con ella.
Una vez al entregármelo, se levantó y siguió mirándome junto a una sonrisa.
—Oye, háblame, no eres una pared. —
Echó una pequeña risa y logré reaccionar, Dios, ahora mismo quiero pegarle a la Chae de ese momento.
—Jennie, eres una de las personas más interesantes que pude conocer en esta vida, gracias por confiar en mí y quedarte en casa, necesitaba esto desde hace bastante tiempo. —
Su sonrisa se hizo más grande y en ese momento, me abrazó.
—Me alegra que nos hayamos ayudado mutuamente y eso que yo lo hice sin saberlo, Rosie, nos vemos luego. —
Estábamos en el frio otoñal pero aquel abrazo me había dejado a gusto.
¿Saben aquella sensación de abrazar a alguien que quieren con todo su ser y les calentaba hasta el alma? Era algo así.
Jennie se alejó y sabrá quien a donde habrá ido, pero al menos estaba feliz al saber que esa no sería la última vez en verla.
Si tan solo pudiera seguir haciéndolo.
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❁ « Everlasting - Chaennie » ❁
Fanfiction"𝐄𝐯𝐞𝐫𝐥𝐚𝐬𝐭𝐢𝐧𝐠/𝐒𝐞𝐦𝐩𝐢𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨: Que durará por siempre, qué teniendo principio, no tendrá fin." ❁ • 𒊹 • ❁ No sabía lo que me esperaba aquel día de otoño. Que esto me llevaría a conocer cosas que creí...