❁ « Everlasting - Chaennie » ❁

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Aunque quisiera entender el extraño ambiente de lo que estaba pasando en los últimos días, no lograba conseguir respuesta alguna, sobre todo cuando había una discusión como esa, ¿Por qué no dijo algo como que efectivamente estaba mal? ¿Por qué luego dijo lo que sentía con aquella mirada que aún no olvidaba?

Las cosas habían salido de mi entendimiento. Nuestro amor estaba ahí, sí, pero entre Lisa y Jennie no calmaban precisamente todas las inquietudes que tenía al respecto y no podía insistir si eso implicaría terminar nuevamente como el día anterior, por otra parte, Jennie no era capaz de decirme y Lalisa ni siquiera me ha explicado bien el porqué estaba como estaba.

Aquella punzada en el pecho podía significar muchas cosas y efectivamente lo hizo, pero para aquel momento, no tenía la menor idea de lo que podía significar para un futuro.

Los labios de Jennie me había transmitido más que amor y sus ojos se habían vuelto difíciles de leer, por más que quisiese, no podía pensarlo con cabeza fría, siempre se interponía algún sentimiento o un recuerdo que evitaba afirmar lo que era obvio.

No le tomé tanta importancia a las cosas que debí y lo hice con cosas que no pintaban nada en mi vida, otro error que cometía a menudo.

Pero tal vez y solo tal vez, eso no aplicaba para lo que estaba en ese momento.

Aunque Lalisa me amenazó con pegarme si llegaba al hospital, tenía que ir, hablar con mamá siempre me hacía ordenar mi mente, aunque no recibiera respuesta o algún consejo a cambio, nada cambiaba mis razones.

Le dije a Jen para que me acompañara a lo cual accedió. Por lo que nos arreglamos y fuimos. Lis a penas verme quiso decir algo.

—Calma, ya sé que dijiste que no viniera, pero necesito hablar con mamá y verla, traje a Jen para que sepas que ya todo está normal, además, así no te aburres. —

—Dejarás la puerta un poco abierta, ¿Verdad? —

— ¿Aún temes que me haga algo?—

—Si y no lo cuestiones. —

—Te quiero, Lily. —

—Y yo a ti, mocosa. —

Las dejé a ambas en el pasillo, entré a la habitación y dejé la puerta un tanto abierta. Mamá se veía igual de pálida y frágil, tampoco es que hubiese cambiado algo en solo dos días, pero así sea la cosa más mínima lo hacía, no noté nada.

Pero noté que tal vez la poca iluminación hacía que el lugar se viese deprimente, al igual que esto le tomaba la mano a mi humor cuando empezó una especie de cuarentena por cuidar de mamá cuando no movía ni un dedo. Observé la habitación como si nunca estuviese ahí y fuese algo que nunca hubiera visto.

《 ♡ 》

Un poco de relleno;)