Celos de Guerra

57 6 0
                                    

Año 1984

El patriarca, Saga, atendía a unos enfermos ancianos en un pueblo, inspirando confianza y devoción en los aldeanos. A pesar de sus sádicas y despiadadas acciones, el sacerdote al estar dominado por su cordura, muestra un lado bastante benevolente, y cuando tiene la oportunidad, ayuda a algún civil.

Y como un hombre de avanzada edad no podía curarse de una fiebre q lo estaba matando, la familia del señor no tuvo más opción q aceptar la ayuda de alguien tan poderoso como el sumo pontífice, además de se mostraba sospechosamente amable.

Bajo su túnica y máscara patriarcal, el papa ocultaba su verdadera identidad, para así extender sus manos libremente y emanar su cosmos energía; de esta manera va sanando gradualmente al paciente.

- Muchas gracias, mi señor...-

El anciano, respondió desde su casa, como si estuviese con un mesías. Extendiendo su mano para tomar con dificultad la tela del ropaje sagrado.

Inmediatamente, los aldeanos aplaudieron agradecidos y conmovidos, pues ya era el 3er paciente q curaba de aquella enfermedad.

- Ese el patriarca...? El hombre q les ordena a los caballeros dorados a cometer osadias.? -

Pregunto un hombre en voz alta, observando a lo lejos, el milagro q realizó el sacerdote. Estando dicho civil acompañado de otros simples humanos.

Por un momento, la sociedad del pueblo pudo sentir el calor de los gestos del sacerdote, recordándoles a Saga de Géminis, creyendo de q el caballero dorado más fuerte de su época(junto con Aioros de Sagitario, pero inferiores a Dhoko de Libre) se había escapado o muerto. Cuando en realidad, la entidad demoníaca q poseyó al caballero desde su nacimiento, fue quien lo controlo para q asesinara al genuino patriarca, Shion, y así usurpar ese cargo. Ya Saga no tenía escapatoria, trataba de hacer las cosas bien, aunq el demonio q lo posee es quien tiene mayor control de su cuerpo, por tal motivo intenta hacer lo mejor posible para los demás cuando él es quien controla su propio cuerpo.

- Algo extraño le pasa a Saga desde hace muchísimo tiempo hasta acá... Por todos estos años de gobierno, los hemos visto experimentar sus trastornos de bipolaridad. -

Shura de brazos cruzados, conversaba con Deathmask y Afrodita, cuestionando los extraños comportamientos del jefe.

- Y q me importa. Con tal él sea el hombre más fuerte sobre la tierra, q siga manteniendo el orden, por mi está bien. Lo demás es relleno.-

Afrodita cruzaba sus brazos, recargando su espalda en un tronco de madero, sujetando con sus labios gruesos a una rosa roja. Cerrando los ojos de manera relajada y orgulloso de sus convicciones.

Los caballeros dorados restantes empezaron a escoltar al supremo líder del santuario, mientras los otros 3 miraban a cierta distancia, la voluntad noble del geminiano bipolar.

- Gran maestro... No puedo creer q usted sea tan bueno, y sus caballeros de plata y oro hagan cosas horribles. -

Una mujer de avanzada edad, recién tratada de una extraña enfermedad, aferraba desde el suelo, la túnica sacerdotal.

- Usted nos recuerda a Saga de Géminis.-

Expreso un aldeano maduro, agradecido, abrazando a sus hijos q atravesaban una gripe.

El sacerdote agacho por un breve momento la cabeza, la cual estaba Cubierta por la máscara del patriarcado, sintiéndose culpable por la palabras q expresaban sus queridos aldeanos, ya q era por culpa de su lado malvado por lo q ellos viven en temor.

luego de unos milagros más, el jefe empieza a alejarse del pueblo, siendo escoltado por todos los caballeros de oro y algunos de plata. Pero cuando el papa empezó a subir por los 12 sagrados templos, los plateados empezaron a despejarse; así como también Afrodita, quien se aisló a un bosque.

La Peligrosa Seducción de la Rosa Fúnebre. Afrodita de PiscisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora