Capítulo 53 - Ya te he perdonado

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Después de la visita de Raúl, estuve todo el domingo alicaída y apática. Clara me insistió para venir a casa o que saliéramos a la calle, pero me negué en redondo. Quería estar sola, asimilar todo lo que había sucedido, y decidir si le iba a contar o no a Tom acerca de mi encuentro con Raúl. 

Sin embargo, no llegué a tomar esa decisión. Esa noche, mientras estaba viendo una serie en Netflix, mi teléfono empezó a sonar. Me levanté del sofá y, al coger el móvil, vi que quien me estaba llamando era Tom. Me quedé muy sorprendida, dado que desde que había vuelto a España no había intentado llamarme ni una sola vez. Si lo estaba haciendo, debía ser algo importante, así que, temblando por los nervios, descolgué la llamada.

— ¿Tom? — dije, con un hilo de voz.

— Hola encanto — esa voz, que hacía tanto que no oía, me hizo estremecer.

— Hola...

— Perdona por llamarte, no quería romper mi promesa — oí cómo suspiraba. — Pero necesitaba saber que estabas bien.

— Estoy bien... — le dije, no muy convencida. — ¿Por?

— Sé lo que te pasó ayer con Raúl... — guardé silencio — ¿Natalia, estás ahí? — me preguntó, al otro lado de la línea.

— ¿Cómo te has enterado? — aunque ya lo imaginaba, quería que me lo dijera.

— Lo siento, creo que tenemos unos amigos algo indiscretos... — no pude evitar reír ante aquel comentario. — El caso es que Clara se lo ha contado a Charlie, y él no ha podido guardar el secreto.

— Precisamente estaba pensando en si contártelo o no — suspiré. — Creo que me lo han ahorrado —oí cómo Tom hacía su media risa que tanto me gustaba.

— De todas formas, me gustaría que me lo contarás tú.

— ¿Qué tanto te ha dicho Charlie? — le pregunté, para ver si podía omitir alguna parte de la historia.

— A parte de haberme enseñado el vídeo, sólo me ha dicho que anoche Clara y tú salisteis de fiesta y que, aprovechando un momento que estabas sola, Raúl intentó sobrepasarse contigo — su tono, en esa última frase, había cambiado.

— Clara no debería haberle contado eso... — me daba mucha vergüenza con él — Raúl no estaba en su mejor momento, y a veces el alcohol nos hace hacer cosas de las que luego nos arrepentimos — intentaba quitarle hierro al asunto.

— Si estuviera allí, ¡le pondría en su sitio! — exclamó, algo irritado.

— De verdad Tom, no te preocupes, no es nada... —  intuí que no debía saber la segunda parte de la historia.

—  Si vuelve a intentar algo, no dudes en llamarme.

— Tranquilo cielo, te aseguro que no volverá a pasar...

— ¿Cómo estás tan segura? — preguntó, pero antes de que pudiera contestar, continuó — ¿Me has llamado cielo? Hacía tanto que no lo hacías... — estaba segura de que, al otro lado del teléfono, estaba sonriendo. 

— Vale, primero, sí te he llamado "cielo" — enfaticé, y oí un pequeño grito de euforia —, y en segundo lugar, Raúl ha venido a verme hoy para disculparse.

— Ah... — me dijo, no muy convencido — ¿Y tú estás bien?

— Pues la verdad es que no...

— ¿Qué ha pasado? 

— Al fin hemos podido hablar y zanjar nuestra historia, pero no puedo evitar sentirme culpable por cómo le está afectando lo nuestro.

De verdad es usted, Mr. Hiddleston?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora