Puede que la línea "un espectro de media noche con veneno por sangre y la muerte tomada de la mano" sea una familiar hoy en día para casi cualquiera que haya vivido la década de los noventa o esté mínimamente interesado en el rock; no obstante, a mediados de enero de 1992 representó la primera gran oportunidad para nosotros.
Midnight Specter fue el demo que mandamos a The Nine Circles Records, aunque decir "mandamos" tal vez está de más, puesto que todo el trabajo fue hecho por Jackson, quien contactó con la disquera y consiguió que nos escucharan. No nos contó nada sino hasta que respondieron que querían que viajáramos a Los Ángeles para escuchar un poco más de nuestra música.
La idea de que viera luz una canción que hablaba sobre mi mal viaje después de una borrachera destructiva en un bar me ponía un poco nervioso; más que eso me revolvía el estómago. Los chicos terminaron por convencerme, más por obligación que por ganas, de que esa debía ser la carta de presentación de nuestro primer disco, al que nombramos, como si el pastel no tuviera ya de por sí bastantes cerezas, Thrill Titanium.
―¿Qué va a decir mi madre? ―le pregunté cuando caí en cuenta de que eso estaba en el escritorio de una gran disquera.
―Amelia no tiene por qué enterase de que su bebé es el espectro de medianoche. ―Me hizo burla y revolvió el cabello antes de sentarse a mi lado, Sam y Bryan se estaban riendo.
Después de la cena de Navidad, Jackson se ganó a mis padres, que era lo último que yo hubiese esperado que sucediera. Ni siquiera hubo pasado un mes entero y ellos ya me habían pedido al menos en tres ocasiones que le invitara a cenar, cosa a la que él accedió más que encantado. Ni siquiera sé decir en qué momento comenzó a llamarles Giotto y Amelia en lugar de señor y señora Bianchi. Tampoco me molestaba, de alguna forma eso nos ayudó a pasar más tiempo juntos y a que me diesen más libertades cuando de salir con la banda se trataba.
Estuve quejándome durante un buen rato, también argumentando que era poco probable que mis padres me dejasen marchar a Los Ángeles con ellos. A pesar de todos los nervios, me sentía más ligero de lo usual. Pienso que algo tendría que ver con el hecho de que todo el tiempo estaba aspirando el humo de sus porros.
―Yo creo que sí te van a dejar ―opinó Bryan mientras negaba con la cabeza―. ¿Para qué te dejan tocar con nosotros si no te van a apoyar cuando tenemos posibilidad de firmar un contrato?
―Además tenemos que estar todos ―añadió Sam, quien fue secundado por los otros dos.
―Vamos todos o no va ninguno. ―Jackson golpeó con la palma abierta mi pierna―. Si quieres yo voy a hablar con ellos, sabes que a mí me van a decir que sí.
―¡Sí! Tú ve. ―Bryan fue el primero en apoyar la idea―. Sus papás estarán más tranquilos si sabe que va con un adulto.
―Aquí todos somos adultos, ¿eso qué?
―Nosotros somos adultos, tú eres un bebé. ―De nuevo Jackson. Todos en el grupo tendían a cargarme la mano por ser el más pequeño, incluso cuando estaba a solo unos meses de cumplir la mayoría de edad―. Un bebé que no aguanta ni dos copas antes de comenzar a hacer el ridículo.
―Y aun así parezco la única persona responsable aquí, ¿no les parece curioso? ―Recuerdo haberme marchado a otro sitio, no sé bien a donde, lo que sí recuerdo es que al volver uno de ellos me lanzó a la cara un trapo polvoriento con el que solíamos mantener limpios nuestros instrumentos.
―¡No seas llorón! ―Todos estaban riéndose de mi berrinche entre dientes, apoyando a Sam, quien por lo regular actuaba más como nuestro líder―. Si a ti te da miedo pedirles permiso, deja que Jackson vaya.
Desvié la vista hacia el susodicho cuando su nombre fue mencionado, me estaba observando de vuelta. Me percaté de sus ojos azules entrecerrados y la pequeña sonrisa burlona tirando de las comisuras de sus labios, trataba de esconderla, pero no lo conseguía muy bien. Puedo rememorarlo vívidamente porque esa expresión era usual cuando me miraba.
―Yo digo que sería asombroso estar los cuatro en California, además no estaríamos fuera por más de dos días. Es prácticamente ir y regresar.
Pedir permiso a mis padres era algo que me llenaba de ansiedad desde que tengo memoria, y ni siquiera sabía por qué, ahora pienso que se trataba de que era muy malo lidiando con los "no". En múltiples ocasiones me perdí de grandes cosas solo por no tener el valor de preguntar, como estuve a punto de hacer ese día hasta que vi la manera en la que me contemplabas.
Usaste esa expresión tierna que desentonaba con tu personalidad, mas no con tu rostro. Tuve que dejar de mirarte para que no te dieras cuenta de que con eso habías conseguido convencerme, aunque estoy seguro de que no sirvió de nada. Luego de fingir una mirada de desdén, acepté.
―De acuerdo, pero pregúntales tú. ―No me relajaba que otro pidiese permiso por mí, no obstante, si ya tendría que someterme a la ansiedad de esperar por una respuesta, al menos quería tener tu presencia en mi casa como recompensa.
Los tres festejaron que nos íbamos a Los Ángeles, puesto que todos conocíamos de buena tinta que tu capacidad de convencimiento era infalible. Ya era un hecho.
Algunas veces cuando me permito mirar hacia atrás, me doy cuenta de que no hubo nada extraño en los sentimientos que florecieron de mí hacia ti. Incluso creo que si ahora conociese al Jackson de veintisiete o veintiocho años, volvería a caer rendido porque ¿quién no lo haría?
El pensamiento me orilla a la lluvia con facilidad cuando estoy un poco gris, y me nubla sin esfuerzo incluso en los días de verano. Probablemente no sea justo que yo diga esto, siendo consciente de que yo también muté con los años, pero ¿por qué no me diste aunque fuese una advertencia? ¿Qué sucedió? He escuchado a algunos decir que las personas no cambian, sino que muestran lo que en verdad son; sin embargo, me cuesta pensar que fueses en realidad en lo que te convertiste y no lo que ya eras cuando me enamoré de ti.
Jackson, si supieras la tortura que es evocar tus buenos tiempos conociendo ya los malos, estoy seguro de que te habrías esforzado un poco más en mantenerte tropical para mí.
¡Hey, un nuevo domingo, un nuevo capítulo! No saben lo mucho que espero los días de actualización, adoro continuar con la historia de Alessio.¿Qué opinan del capítulo? ¿A qué piensan que se refiera Alessio cuando dice que Jackson cambió, qué creen que haya hecho? Y una cosa más, ¿les gustaría que les comparta las canciones que he ido recopilando como "soundtrack" de AFTQ?
Nos vemos el miércoles con una nueva actualización, ahora sí se viene lo bueno. <3
Xx, Anna.
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Al final te quedas | DISPONIBLE GRATIS
RomanceDurante los noventa, Alessio formó parte de la banda de rock más grande del mundo. Una década después, debe desenmarañar lo que lo llevó a abandonarla: una relación secreta con el vocalista. - Cuando Alessio abandonó Waterhunt, el mundo entero quedó...