Que me gritase con fuerza en la cara, que me empujara lejos de sus labios e incluso que me diese un puñetazo. Una confrontación, insultos hirientes, miradas de asco; cualquiera de esas cosas hubiese sido mejor que lo que me dio. Ningún ataque físico me habría golpeado la moral tan fuerte como lo hizo su silencio.
Al despertar ninguno de los dos expresó palabra alguna, ni siquiera nos volteamos a ver. Nos arreglamos y esperamos en medio de un silencio ensordecedor hasta que Sam y Bryan tocaron a la puerta de nuestra habitación para que nos fuésemos en camino a la reunión que teníamos con la disquera. El resto del día me mantuve cerca de ellos, pues quería estar lo más lejos de Jackson que fuese posible, puesto que la manera en la que no me miraba me hacía experimentar unas ganas espantosas de salir corriendo, subir al primer autobús con destino a Nevada y encerrarme en mi habitación por el resto de mi vida.
Él dijo que las consecuencias siempre valían la pena y yo comenzaba a creer que me mintió, pues un beso no compensaba la horrible manera en la que me sentía.
Afortunadamente la tensión entre nosotros no interfirió con nuestras obligaciones profesionales. Nos comportamos a la altura durante la reunión en Nine Circles, y cuando nos llevaron a un pequeño estudio para escuchar un poco más de nuestra música, todo salió muy bien. De haber sido un desastre estoy seguro de que habría abandonado Waterhunt apenas volver a Las Vegas.
Aseguraron que lo analizarían y nos contactarían en un periodo máximo de un mes la decisión que tomada, si era una buena idea darnos un contrato o quizá lo debíamos dejar para después. No fue un no, por lo que volvimos sintiéndonos tranquilos y ansiosos.
Los siguientes tres días después de volver fueron un infierno. No tuvimos ensayo ni fecha para algún bar, por lo que me quedé en mi casa ahogándome en mis ríos de ansiedad. Pensé muchísimas cosas durante el tiempo encerrado en mi habitación. Uno de mis mayores temores era que se lo hubiese contado a alguien, en especial a Bryan, pues temía la manera en que él pudiese reaccionar. Comencé a meditar la posibilidad de que me echasen de la banda por ese suceso.
Mis padres fueron conscientes del cambio en mi actitud, pues una noche durante la cena me preguntaron sobre lo sucedido en California.
―¿Y cómo les fue? ―Mi padre tardó su tiempo en asimilar que mi deseo no era ser un doctor como él, pero una vez lo superó se involucró tanto como mi madre en mi crecimiento como músico.
―Muy bien. ―Miré directamente a mi plato todo el tiempo―. Dijeron que lo iban a pensar y que pronto nos daban una respuesta.
―¿Es probable que firmen? ―Asentí con la cabeza―. ¿Entonces por qué estás así?
―¿Así cómo?
―Te noto triste.
―Me siento nervioso.
―Ya verás que todo les sale muy bien.
―Espero que sí, papá.
Cuando se reanudaron los ensayos no dudé en llegar tarde, pues no quería que existiese ni una ínfima posibilidad de quedarme a solas con Jackson. Al atravesar la puerta ya estaban todos ahí, Sam me increpó por mi retraso, sin embargo, después de unos minutos por fin nos pusimos manos a la obra con lo que nos atañía. Era bueno sumergirnos de lleno en la música, eso me hizo olvidarme de la manera en la que estaba siendo ignorado.
Comenzaba a oscurecer cuando terminamos, razón por la que Sam se ofreció a llevarme a mi casa. Lo agradecí, pues de ese modo tendría la excusa perfecta para no quedarme más de lo necesario en ese sitio. Lo ayudé a guardar su bajo en la camioneta, dijo que debía grabar en su casa un par de cosas y necesitaba llevárselo.
Volví a dirigirme hacia la casa para buscar mi guitarra, al salir con el bajo tú y Bryan estaban hablando, por lo que no tuve mayor problema en hacerlo. Al entrar de vuelta te encontré solo, llevabas el estuche entre las manos y estabas de pie en medio de la habitación. Se me revolvió el estómago, pero me obligué a acercarme para tomarlo. Cuando estuve a punto de hacerlo lo apartaste.
―Escucha... ―Era la primer palabra que me dirigías, y el tono que usaste para hablar no fue uno molesto o duro, podría calificarlo como uno cansado. Fue muy difícil para mí descifrarlo, los nervios me jugaron una mala pasada y te interrumpí antes de que pudieses continuar.
―Discúlpame, no volverá a pasar. ―Las palabras me salieron rápidas, atropellándose las unas con las otras. Ni siquiera tuve las agallas para mirarte a los ojos. Entonces me acerqué para quitarte el estuche y colgármelo en el hombro―. Sam me está esperando.
Y tras eso me di la vuelta para marcharme. Si me quedaba ahí un segundo más experimentaría un ataque con el que no sabría lidiar, agradecí que me dejaras irme sin muchas trabas.
Fue pocos minutos después, con la cabeza recargada en la ventana del copiloto, que decidí que debía que hacer algo para acabar con la situación incómoda, y la única manera era hacerte ver que lo sucedido fue un error, que podíamos seguir adelante como si jamás hubiese pasado.
―Oye, Sam, ¿crees que me puedas dejar mejor en el centro? ―Él me miró con cierta consternación, no obstante, tampoco me pidió explicaciones al respecto. No tuvo problema, pues también le quedaba de paso.
Mi objetivo era relacionarme con otras personas para cumplir con mi objetivo de dejar claros ciertos asuntos.
Esa noche conocí a Violet.
¡Heeeeeey! He aquí una actualización especial por el día del amor y la amistad (incluso si este capítulo de romántico tiene poco, verdad). Espero que les guste mucho, lo hago con todo el amor del planeta. Recuerden que siempre, siempre, siempre aprecio muchísimo cualquiera de sus votos o comentarios. <3
¿Qué opinan de la actitud tanto de Alessio como de Jackson? ¿Creen que pudieron haberse tomado todo de mejor manera?
Ahora sí, ¡nos vemos el domingo! All the love.
Xx, Anna.
ESTÁS LEYENDO
Al final te quedas | DISPONIBLE GRATIS
Roman d'amourDurante los noventa, Alessio formó parte de la banda de rock más grande del mundo. Una década después, debe desenmarañar lo que lo llevó a abandonarla: una relación secreta con el vocalista. - Cuando Alessio abandonó Waterhunt, el mundo entero quedó...