29. Confiar

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Montaron un buen zafarrancho en el interior del departamento. La experiencia de Donghae en las peleas callejeras, de las cuales fue protagonista innumerables veces, no fue suficiente para hacerle contrapeso a los años de entrenamiento en artes marciales mixtas que Hyukjae había tenido durante su formación como aspirante, pues aunque su fuerte jamás fue el combate cuerpo a cuerpo, toda su anatomía estaba entrenada para ello.

Después del puñetazo que el castaño atinó en la cara de Hyukjae, éste se abalanzó sobre él, no para golpearlo, sino para sostenerlo mientras se tranquilizaba, sin embargo, juntos se convirtieron un tornado que arrasó con todo a su paso.

- Lo voy a pedir por última vez, si no te calmas, te ataré a una silla y tendrás que escucharme de cualquier modo - advirtió Hyukjae agitado.

Donghae se cansó de tanto forcejear, gritar y maldecir. Estaba harto. Sólo quería que todo terminara de una vez por todas. ¿Qué podía ser tan malo? Ya había escuchado toda clase de mentiras y bazofia, ¿realmente aquello podía destruirlo más?

Dejó de luchar y Hyukjae lo tomó como una respuesta afirmativa a su advertencia, así que los condujo, a ambos, hasta el sillón.

- Di todo lo que necesites y luego lárgate - pidió Donghae con un tono demasiado bajo, tanto que Hyukjae apenas pudo oírlo.

Hyukjae se acomodó al lado del castaño y no perdió más el tiempo. Se soltó como un merolico a decir todo lo que Aiden necesitaba saber, o al menos lo que él creyó conveniente revelar. Donghae, a pesar de todo lo que estaba escuchando, se mantuvo estoico procesando cada palabra que Hyukjae tenía para él, su discurso era totalmente profesional, nombrando aspectos del clan como si Donghae no los conociera, fue detallista y explícito, era un excelente narrador, tanto que aquello parecía más un cuento para dormir que el relato de sus propias vidas.

- El poderío Owl te pertenece - finalizó Hyukjae, para asegurarse de que, el castaño frente a él, estuviera realmente consciente de todo.

Donghae sonrió agriamente y agachó la mirada.

- Lo volvió a hacer - dijo, mientras sonreía de medio lado.

- Tú padre era un hombre brillante... - comenzó a decir Hyukjae.

- Era un genio, y también un bastardo - soltó Donghae con dureza.

Hyukjae se tensó, jamás había escuchado a nadie hablar con tal dureza sobre Lee Donghil.

- Aiden...

- El único heredero del clan... ¡Claro! - se carcajeo con histeria.

La sonrisa desquiciada de Donghae desapareció cuando un montón de recuerdos le cayeron encima: su madre, su viaje, su asquerosa vida en el extranjero, su padre...

Los trozos que se encargó de recoger y pegar durante todos esos años, estaban cayendo poco a poco, de nuevo. Los Owls lo habían vuelto a hacer. ¿Por qué todo tenía que arruinarse así de fácil? Había estado tratando de construir una nueva vida para él, haciendo algo que le gustaba, pensando que al fin podía seguir adelante. Pero no, en ese momento se dio cuenta de que seguía anclado al pasado y por lo visto, intentara lo que intentara, jamás se desharía de él.

Hyukjae no se esperaba esa reacción. Jamás pensó ver a Aiden afligido, el castaño que le había acomodado un buen guantazo, que vestía cuero y montaba una Suzuki, abrazándose así mismo, luchando con todas sus fuerzas para sostenerse.

- Tranquilo - dijo Hyukjae, era pésimo consolando gente, pero debía intentarlo. Quiso posar una mano sobre el hombro de Donghae, pero este se negó.

EMPTY [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora