28. Juntos

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Hyukjae aceleró todo lo que el cacharro negro le permitió. Durante el trayecto ninguno de los dos habló, el hombre de traje seguía procesando la noticia: Jisung había despertado.

A pesar de que su cerebro no lograba entenderlo por completo, estuvo casi seguro que su rostro sí, puesto que Aiden lo miraba con una mueca entre divertida y preocupada.

— Mmm ¿todo bien? — se atrevió a preguntar Donghae, una vez que estuvieron en la puerta del hospital. Sin querer, se había contagiado de la alegría que el otro exudaba.

Hyukjae sonrió como un desquiciado, e impulsado por esa sensación, se lanzó a abrazar al castaño con todas sus fuerzas.

— ¡Despertó! ¡Jisung despertó! — dijo con toda la felicidad burbujeante.

Donghae se tensó al principio. No se esperaba para nada ese abrazo, sin embargo, fue consciente de lo feliz que estaba su cuerpo al sentir el calor corporal de Hyukjae. El castaño no sabía qué hacer en ese momento, así que sólo actuó conforme a la situación y rodeo a Hyukjae por la cintura. No sabía quién era Jisung, ni por qué había estado dormido todo el tiempo, pero si había despertado y eso hacía feliz a Hyukjae él también se sentía dichoso, a pesar de todo. Claro que si le preguntaran, lo negaría en voz alta.

Siguió de cerca a Hyukjae por los pasillos de ese extraño hospital, era muy pequeño para el gusto de Donghae, pero al mismo tiempo parecía demasiado lujoso. Caminaron a través de los solitarios pasillos hasta la habitación de Jisung. Entraron ruidosamente, sobresaltando al tipo pelinegro que estaba dentro, la sonrisa que tenía en el rostro desapareció en cuando se percató del intruso: la presencia del castaño lo había descolocado. Lo miró de arriba a abajo, sin ningún tipo de disimulo. Después miró a Hyukjae como si le pidiera una explicación, pero éste lo ignoró y se fue de largo directo al pequeño hombrecillo sobre la cama.

Donghae comenzó a sentirse extraño, había sido estúpido ir, lo sabía, sabía lo débil que era y lo fácil que sucumbiría por Hyukjae. No conforme con todo aquello, se acababa de meter en una situación incómoda. Menos diez puntos para Lee Donghae, por imbécil, pensó.

— Ji — Dijo Hyukjae mientras acariciaba el cabello del adolescentes la cama.

— Le acaban de quitar el tubo, lo mejor es que no hable, su garganta está sensible — apuntó Jongwoon.

— Ji — Hyukjae envolvió al jovencito en un abrazo sincero.

Jisung correspondió alegremente, un par de lágrimas se escaparon de sus ojos y una sonrisa llena de calma se dibujó en su rostro. El abrazo de Jongwoon, cuando recién abrió los ojos, se había sentido bien, sin duda, pero nada se comparaba a Hyukjae entregando todo el cariño que tenía por él. Era un abrazo cálido y lleno de alivio.

— Estoy tan contento de que despertaras — dijo Hyukjae.

Donghae seguía en una esquina guardando una distancia prudente sin saber qué hacer. Todos sus pensamientos se esfumaron cuando logró ver, en primera fila, aquella escena que lo conmovió muchísimo. Sabía que Hyukjae era un hombre cálido y amable, lo había demostrado más de una vez, a pesar de la retorcida relación que construyeron; sin embargo, en ese momento había notado la verdadera capacidad del hombre de traje de entregar un amor leal y profundo, tanto, que aunque Donghae no conociera al niño que estaba sobre la cama, lo hacía sentir bien. Sentía que el pequeño hombre sólo podía ser alguien igual de agradable que Hyukjae, pues de otro modo, no podría ser el depósito de un cariño tan devoto.

Estaba sonriendo como un tonto cuando notó que el pelinegro de antes lo observaba desconfiado. Donghae se puso serio de inmediato y evadió la mirada, el tipo era imponente y no le apetecía ser calcinado con su mirada en un segundo. Además, le dolían las costillas, la espalda y los nudillos, seguro se veía como la mierda, así que no necesitaba otra ronda de palizas, menos patrocinadas por el tipo con cara de vampiro en la habitación.

EMPTY [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora