26. Reencontrarse

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Hyukjae condujo tranquilo a casa. Conservó la calma hasta el segundo en que estuvo dentro de su hogar, a salvo. Fue entonces, cuando dejó que la desesperación se ocupara de él, que entrara por cada poro de su piel y lo consumiera vivo, porque no había otra forma de recibir la maldita noticia de que Aiden, o Donghae, o como mierda se llamara, era el maldito hijo menor de Donghil y el único heredero al trono de los Owls.

El castaño cínico, de quien él se había enganchado meses atrás, resultó ser sangre de la segunda persona con quien más agradecido estaba en la vida.

Estaba luchando con todas sus fuerzas por no flaquear, por no desenterrar lo que, con mucho esfuerzo, había sepultado semanas atrás, pero entre más lo contenía, más amenazaba con explotar. Decidió que no podía dejarse llevar. Puso toda su fuerza de voluntad en tranquilizarse, sus problemas personales tenían que resolverse de inmediato, pues no podían interferir con su trabajo de ningún modo. Iba a ser difícil, pero no tenía otra opción.

Inhaló y exhaló; se levantó de su sillón; tomó una botella de vino; el sobre que le dio Jungsoo y se fue a su estudio a hacer la única cosa que lo tranquilizaba: trabajar. No obstante, apenas sacó las fotos se quedó pasmado frente a ellas. Las miró hasta que creyó el papel fotográfico se desgataría de tanto observarlas.

Aiden seguía siendo tan hermoso como siempre.

¡No!, ¡no! y ¡no! Se restregó la cara con las manos y sacudió la cabeza. ¡Alerta! decía su mente, ¡Alerta, Hyukjae!

Mientras bebía copa tras copa de vino, escaneó las fotos, las colocó en un complejo programa de edición, y las fragmentó para posteriormente imprimirlas por secciones. Señaló todos los puntos que podrían serle de utilidad: la fecha, la hora, el lugar, los objetos alrededor, la ropa, los gestos. TODO. El heredero Owl estaba en Corea y el trabajo de Hyukjae era averiguar dónde.

Tardó muchas horas montando una escena digna de la CIA, papeles e imágenes por aquí y por allá. Esquemas, relaciones, teorías. Su estudio parecía una galería dedicada a Aiden Lee, lo cual era realmente contradictorio, pues hasta hace un par de días, había estado luchando por no volver a verlo nunca, olvidarse de él y seguir adelante. Ahora todo su talento y dedicación tenían un único fin: encontrarlo. Hubiera sido una excelente noticia, si tan solo las circunstancias fueran distintas.

Suspiró cuando notó su copa vacía, igual que la botella. Al menos tenía información útil y práctica: las fotos habían sido tomadas en una calle aledaña a la universidad de Kyung Hee, donde alguna vez lo había llevado. Hyukjae poseía una ligera ventaja y se trataba de lo poquísimo que alcanzó a conocer al castaño, pues le permitía conseguir certezas, tales como el hecho de que la universidad no fuese un lugar descabellado para encontrarlo.

Al día siguiente, en cuanto Hyukjae terminó con sus tareas, decidió ir a corroborar el lugar donde Aiden había sido víctima de una lente entrometida. La calle parecía un paraje estudiantil, estaba llena de tiendas de papelería, neceseres, maquillaje, locales de comida y cafeterías, vaya que había cafeterías. Estaba ampliamente transitada por un montón de personas jóvenes, algunas iban, otras venían, pero ninguna permanecía demasiado tiempo. La prisa de vivir.

Hyukjae odiaba a las multitudes y estar metido en ese sitio era demasiado para él, así que decidió marcharse y volver después. De cualquier manera ya había corroborado el lugar, ahora sabía que existía. En el fondo de su cabeza, la conciencia de Hyukjae, que permanecía en silencio la mayor parte de las veces, le decía que estaba huyendo porque tenía miedo de ver al castaño. Hyukjae estaba tratando de ignorar esa asquerosa voz, buscando convencerse de lo contrario.

No lo logró.

Sabía que de eso se trataba, quería largarse de allí porque tenía tanto miedo de lo que podría suceder si sus miradas se volvían a encontrar, Hyukjae lo deseaba con tanto anhelo que no auguraba más que desgracia. De un momento a otro los recuerdos del poco tiempo que compartieron juntos lo asaltaron y la nostalgia le pegó con un bate de baseball. Entonces se dio cuenta de que hiciera lo que hiciera estaba a merced de sus inconvenientes sentimientos, ¿cómo mierda iba a enfrentarlo?

Suspiró. Entre más rápido dejara que todo le cayera encima, sería mejor.

Se dedicó a mirar a su alrededor, trató de localizar algunas de las zonas que había marcado en las fotografías, pero la información era muy poca. Caminó discretamente hasta estar casi al final de la calle y regresó la mirada, en ese momento su mente estalló.

Cuando volvió a reaccionar sacudió la cabeza, como si tratara de espabilarse, pero la imagen frente a sus ojos no se fue. Apretó los ojos y los abrió poco a poco, creyó que todo era producto de una alucinación, pero no, ÉL no era producto de su imaginación. Siguió con la mirada aquella figura conocida, quien de pronto desapareció en un local de café. No supo cuánto tiempo pasó, pues Aiden salió del local con un vaso en la mano y una chica a su costado, esa situación obligó a Hyukjae a fruncir el ceño y fue motivación suficiente para comenzar a moverse.

Los siguió a una distancia prudente, tan sólo iban caminando como si nada, hablando de cosas que el hombre de traje no podía escuchar. Detuvieron su camino en un parque aledaño. Se sentaron en una banca hasta que sus bebidas estuvieron completamente terminadas, fue cuando Hyukjae lo notó a todas luces: Aiden estaba entusiasmado con esa chica, quien, además de todo, era muy hermosa.

Su cuerpo fue víctima de una revolución de sensaciones, iba desde la alegría de volver a ver a la fierecilla indomable, la añoranza de rodearlo con los brazos, hasta la rabia, las ganas de ir hasta allá, tomarlo de la mano y llevarlo al carro para gritarle que por su culpa estaba atravesando un infierno, pero se detuvo. En primera, porque no podía arruinar la tarea que Jungsoo le había encomendado, en segunda porque la culpa no era de Aiden, ni siquiera de Hyukjae, sino de las circunstancias y el contexto en que se conocieron, y precisamente por ello, no tenía el más remoto permiso de interesarse en él de otra manera.

Hyukjae evaluó sus posibilidades: palomear la casilla que decía "encontrarlo" y marcharse a su hogar a sufrir o quedarse a observar.

Se quedó. Al final, Hyukjae decidió quedarse.

Se sentó en una banca lo suficientemente lejana y se dedicó a observarlos un tiempo. Aiden reía sonoramente mientras empujaba o le daba ligeros golpes a la chica con quien estaba, esta también reía sonoramente, de un chiste muy bueno, tal vez. Pasaron un largo momento entre carcajadas, haciéndose los tontos, y volviendo al silencio luego. Sin embargo, el estómago de Hyukjae se contrajo cuando notó como aquella mujer atrevida recargaba su cabeza en el hombro del castaño. Sus manos se convirtieron en puños y sus ojos quedaron totalmente expectantes para admirar el resultado, el cual no le gustó para nada tampoco, pues el brazo de Aiden había rodeado a la mujer y la acercaba más a su costado.

El momento de intimidad corporal terminó y ella se enderezó, posteriormente no hicieron mucho más, salvo que Aiden había sacado una cámara de su mochila y había apretado el obturador unas doscientas veces, la mayoría de ellas se dirigían a la mujer, y algunas otras a su entorno. Fue allí cuando Hyukjae se puso nervioso, si de pura casualidad, Aiden giraba ese lente 180 grados a la derecha, sería visto y no podía arriesgarse. A pesar de que su cuerpo no estaba cooperando, se levantó tratando de ser disimulado, se fue con dirección al apestoso automóvil en que había llegado y esperó pacientemente. Cuando Aiden se despidió de la chica y comenzó a caminar en una dirección distinta, lo siguió.

Ya lo había encontrado, y esta vez, no pensaba perderlo. 

Hola :D ¿qué creen? ¡Hay capítulo doble!

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Hola :D ¿qué creen? ¡Hay capítulo doble!

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