5. Una chispa lo incendia todo

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Donghae estaba encantado con el auto de Hyukjae. El color rojo que deslumbraba por la parte de afuera era, definitivamente, una gran antesala de todo lo que había en el interior. Los asientos de piel, lo increíblemente cómodos que eran y la alta tecnología en todos los dispositivos hacían aquella máquina moderna una hermosura.

— Debió costar una fortuna, ¿cierto?— dijo después de haber explorado con la mirada todo el automóvil.

— Lo de cinco casas amuebladas en el centro de la capital. Quizá un poco más.

— ¡Fiu! —silbó— Eres un bastardo con suerte.

— No tanta, hace poco un imbécil lo rayó — sentenció Hyukjae mientras le dedicaba una rápida mirada a su acompañante. Donghae sólo río

— Quizá deberías ser más cuidadoso al estacionarlo, digo, ya que es un auto tan caro.

— En mi defensa diré que en aquella ocasión no fui yo quien lo estacionó — y de pronto su mente viajó al problema que ahora mismo tenían encima. Aquel bastardo había provocado que su coche se arruinara y luego, no conforme con eso, había arruinado al pequeño Owl.

— Tengo que admitirlo, es precioso — dijo Donghae, sacándolo de su repentina reflexión.

— ¿El auto? — preguntó Hyukjae, pues debido a la distracción había perdido el hilo de la conversación.

— Eres un engreído — le respondió el castaño, mientras bajaba la ventana.

Hyukjae no corrigió los pensamientos de Donghae, de cualquier modo no eran erróneos: era un engreído. Cuando lo miró, el castaño estaba disfrutando de la brisa casi nocturna que se colaba a través de la ventana. Hyukjae, desde su lado volvió a subir el vidrio sólo para fastidiarlo. De inmediato, Donghae volteó a mirarlo con el ceño fruncido y ¿un puchero?, ¿el motero que vestía de cuero tenía un puchero en el rostro?

— Aiden, ¿eso es un puchero? — preguntó mientras le señalaba la cara.

— Que te den — respondió Donghae, muy diplomáticamente.

— ¿Es una oferta?

— Te dije que no salgo con hombres mayores.

— Ya te dije que no soy tan viejo — refunfuñó Hyukjae.

— Seguro ya pasaste el tercer piso. Eso te hace mayor.

— ¿Eso crees?

Donghae sabía que era más jóven de lo que el traje buscaba aparentar, pero disfrutaba molestarlo con aquello de la edad; ignoró la pregunta y en cambio dijo:

— Además, seguro eres alguien soso.

— No me conoces, Aiden.

— No me apetece hacerlo, de cualquier manera.

— Y sin embargo seguimos coincidiendo todo el tiempo.

— Ya concluimos que mi destino es un bastardo.

— ¿Tan molesta te resulta mi compañía? — y aunque, a Hyukjae, en cualquier otro momento no le hubiera importado, necesitaba escuchar la respuesta.

Donghae se giró en su asiento y lo observó detenidamente. Hyukjae era un hombre agradable, interesante, guapo y millonario, ¿quién no querría su compañía? y justamente era eso lo que le molestaba.

— Eres engreído como el demonio, es altamente probable que vayas por allí con tu aires de playboy consiguiendo que todos te amen, ¿por qué es relevante si disfruto o no tu compañía?

EMPTY [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora