31. Nuestra historia: parte 2

701 96 36
                                    

Terminaron enredados en quién sabe cuántas prendas. Hyukjae iba a pagar una fortuna en jabón, o en lavandería, pues después de aquella unión era necesario lavar todo lo que se encontraba alrededor suyo. Donghae estaba completamente extasiado; el sexo le había hecho falta y no lo supo sino hasta ese momento en que ya había sido consumado. Hyukjae se sentía tan correcto, que estaba dispuesto a ir hasta el fin del mundo si le aseguraban que él estaría esperándolo allá.

— Quédate a dormir — pidió Hyukjae en un susurro.

— No puedo, tengo que volver — respondió Donghae.

— Por favor — suplicó.

— Hyuk...

Sus palabras fueron interrumpidas por otro beso, intenso, pero totalmente inocente. Era una especie de convencimiento.

— Sólo hoy. Quédate conmigo. A Jisung le dará alegría desayunar contigo — volvió a pedir.

— Usar a Jisung para convencerme es bajo, Hyuk.

— Soy un truhan, ¿qué puedes esperar? — bromeó.

— ¿Sabes dónde dejé mi celular? — accedió Donghae. Igual Kyuhyun ya debería estar trabajando.

Hyukjae le dio un casto beso en la mejilla y negó con la cabeza. Después se levantó para buscar sus calzoncillos. Recogió la ropa de ambos y presionó el botón que les permitió salir de allí.

— ¿Quieres ducharte? — preguntó Hyukjae.

— Quiero dormir por una semana — respondió Donghae, pues se sentía agotado.

Hyukjae le dedicó una larga mirada, poco después negó con la cabeza mientras fruncía los labios.

— No lo sé, no me parece una buena idea, a menos que me dejes contemplarte y besarte de vez en cuando...

Donghae volvió a colorearse de rojo. Tal parecía que acababan de avanzar todos los pasos que demorados por culpa de su repentina separación.

— ¡Deja de decir esas cosas! — gruñó el castaño.

— Bañémonos con agua caliente, después podemos dormir un buen rato — sugirió Hyukjae.

Donghae lo miró con sospecha,

— Mi cuerpo duda resistir algo más —advirtió, totalmente adolorido.

— Sólo nos limpiaremos. Lo prometo.

Así lo hicieron. Después de una rápida ducha, enfundados en pijamas de Hyukjae, se acurrucaron en la enorme cama al centro de la habitación.

Donghae aún tenía la mente confundida pues jamás se había enfrentado a ese tipo de situaciones. Todas las veces en que tuvo sexo, casi nunca hubo afecto de por medio, salvo la primera vez, pero el resultado no fue bueno. Jamás había escuchado palabras dulces en medio de un encuentro carnal. Nunca había estado desnudo junto a otra persona sin una connotación sexual. Lo más nuevo de todo, nadie lo había tratado con tanta delicadeza como lo hacía Hyukjae. Eso le hizo preguntarse ¿qué diablos estuvo haciendo toda su vida?

No era un hombre célibe, aceptaba sexo casual en cuanto se daba la más mínima oportunidad, pero, ahora que lo pensaba bien, jamás hubo tratos cordiales con sus antiguos amantes, era como si el encuentro de una sola noche los inhibiera de responsabilidades. Aun cuando al principio creía que Hyukjae era solo un bastardo, siempre lo trató con respeto. Incluso si no se hubieran involucrado más allá de lo físico, sabía que Hyukjae siempre iba a procurar por él, a tratarlo bien.

Si hubiera sido consciente de aquello antes, habría mandado a la mierda a más del noventa por ciento de las personas con las que se acostó. Igual no se arrepentía, lo hecho, hecho estaba, pero ahora que conocía nuevos métodos de involucrarse con las personas, bajo ninguna circunstancia, permitiría que volviera a suceder. Mucho menos porque anhelaba permanecer al lado de Hyukjae un largo tiempo.

EMPTY [EUNHAE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora