capítulo 29 "momento"

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Gatos voladores, eso era lo que sentía en su estómago, el príncipe de Neolandia no dejaba de ser más que atento con el, tanto el comandante Gren como Cloudia no dejaban de molestarlo con la boba cancioncita que inventaron

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Gatos voladores, eso era lo que sentía en su estómago, el príncipe de Neolandia no dejaba de ser más que atento con el, tanto el comandante Gren como Cloudia no dejaban de molestarlo con la boba cancioncita que inventaron.

- hermanito.- la vos cantaría de Cloudia le dio jaqueca.- ¿vas a compartir cuarto con Kasef hoy?- como si fueran dos cabezas Gren se puso a su lado.

- ¿se darán besitos y tendrán 3 hijos?- soltó una carcajada al ver las mejillas del rubio teñidas de rojo, como si la suerte estuviera en contra el castaño apareció frente a ellos con un ramo de extrañas flores.

- aquí estas, yo quería...- su sonrisa se borró al ver la clara incomodidad del rubio al ser empujado por sus compañeros.- hablar contigo a solas, si es posible.- su voz volvió a ser la misma autoritaria de siempre, tratando de dejar en claro que no permitiría este tipo de molestias a su próxima reina.

- oh claro, me cuentas como te fue hermanito.- le dieron un empujón al rubio, animandolo a hablar con el castaño mientras corrían.

- ¿estaban molestandote?- dejo el ramo en uno de los muebles para tomar las manos del rubio.

- si bueno es Cloudia, digamos que ella sabe muchas cosas.- miro sus manos Unidas como si fueran lo más interesante del mundo.- al parecer decidió compartirlas con el comandante Gren y ahora me fastidian con ello.- el castaño dio un ligero apretón a las manos del rubio y lo miro con ojos culpables.

- no quería que te molestarán por cortejar te.- al rubio se le subieron los colores, ahora sabía porque el castaño era más cariñoso de lo normal.

- e...estabas intentando cortejar me...¿A mi?- se apuntó a si mismo con sorpresa, el castaño mantenía su pequeña sonrisa y un leve sonrojo.

- si, se lo despistado que eres, pero trate de decirlo con palabras.- rasco su nuca con pena.- pero al verte sonreír tan entusiasmado, las palabras se atoraban en mi garganta.- volvió a tomar el ramo de flores moradas, y lo puso enfrente del colorado rubio.

- son bonitas.- tomó el ramo para esconder su antojado ser atrás de las flores.- gracias.-

- quiero que sepas que estoy decidido.- con la ansiedad recogiendo cada parte de su ser, tomó la cadera del rubio y pego su frente con el la del contrario.- quiero llevarte a mi reino, are lo posible para que te enamores de mi.- aún con el ramo entre ellos, el rubio apretó fuertemente la camisa del castaño.

- yo no puedo irme, no dejaré a mi rey a merced de una guerra proxima.- el de sangre real, ya esperando dicha respuesta cerró los ojos.

- por eso le pedí a Ezran que cediera el trono a alguien más, yo se que más que ver un rey en ese niño vez una responsabilidad, un amigo.- apretó aún más la cadera del menor, acordó con el padre del rubio no comentar nada asta estar seguros de la respuesta del mismo.- a si que hoy, Ezran dará su último mandato como rey para entregar el trono a alguien más.- el rubio lo miró confundido, ¿a quien más cedería el trono, estando tan seguro de poder manejarlo?

- ¿hablaste con Ezran de esto?- vio como el moreno abría los ojos algo confundido, el rubio estaba muy tenso entre sus brazos.

- si, el aceptó y esta noche se hará el cambio.- vio la cara preocupada del rubio y lo soltó de apoco.- ¿estas bien Soren?-

- no, Ezran no pudo haber accedido tan fácilmente.- abrazo con ansiedad las flores, al ver que las estaba maltratando se obligó a respirar lentamente.- ¿Kasef donde está Ezran? - el castaño lo miro con preocupación, lo tomó de los hombros, en ese instante supo que lo había arruinado.

- esta hablando con tu padre.- apretó su agarre al ver al rubio tan alterado, su corazón se contrajo al ver al rubio tan asustado.

- ¡tengo que hablar con el!- intento soltarse, pero el castaño lo abrazo antes de poder salir corriendo.

- primero tranquiliza te, no quiero que puedes por las escaleras, vamos te acompaño.- dejo las flores en el mueble de antes, tomó la mano del rubio y lo guió con pasó acelerado a donde estaba el pequeño. Pero al llegar a la sala del trono vieron como este pedía el que sería su último mandato.

- Opelli, mi último mandato, es que si algún guerrero de Katolis se niega a ir a la guerra, nadie podrá obligarlo.- los mismos guardias le colocaron las esposas que antes tenía Viren.

- yo voy a llevarlo.- se soltó del agarre del castaño, su vos era demandante, no permitiría que le negaran eso.

- Soren, mantente al margen, Ezran no quiere ser molestado.- su padre detuvo su paso, la mirada que le daba era de total amenaza.

- esta bien Viren, el puede llevarme no me molesta.- su vos era triste, extrañamente el sapo luminoso no se encontraba traba a su lado, aún molesto con su padre por haber manipulado a los herederos de esa manera, lo paso de largo para ponerse a lado de su rey y guiar lo asta su celda.

- no voy a dejarte aquí Ezran.- susurro para el pequeño, detrás de él guardias se encontraban vigulandolos a petición del hechicero.

- no te preocupes por mi, ahora gracias a mi mandato no podrá obligarte a ir.- el rubio lo miró con lastima, el pobre moreno intento hacerlo por el.

- aunque ese sea tu deseo, sigue siendo mi padre.- con la llave soltó las cadenas del moreno.- no me permitirá tal cosa.- abrió la puerta de la celda y tiro las cadenas al suelo.

- lo ciento Soren.- abrazo el estómago del rubio y sin poner resistencia entró, se supone que hay de encontraría seguro.

- cuiden de nuestro rey, pronto nos llamarán para la ceremonia.- subió las largas escaleras, cuando llegó a la sala de trono, su padre charlaba con el heredero de Neolandia.

- Soren, me alegra que llegarás.- el príncipe que le daba la espalda cuando llegó, lo miro con una cara de arrepentimiento.- ve y ponte tu armadura ceremonial, hoy ser a mi coronación como rey y tu como guardia de la corona debes estar presente.- son decir nada salió de la sala del trono, no demostraría lo decepcionado que estaba con su padre, si decía que quería abandonar la guardia real no lo dejarían volver por faltarle a la corona.

- Soren espera.- lo tomó del brazo, no pudo sostener su mirada en el rubio por la tempestad que veía en los mares que tenía por ojos el rubio.- lo ciento, debí decírtelo antes, pero tu padre quería que fuera una sorpresa.- con fuerza tomó las manos del rubio y las beso en modo de disculpa.

- pues fue una sorpresa verlo, pero yo esperaba que fuera un dragón antes que el.- sabía que el príncipe no tenía la culpa de ser cruelmente manipulado por su padre, así que imitó su acción de besar las manos del contrario y le dio una suave sonrisa.- voy a preparar a relámpago, ser a un largo viaje.- cuando vio las intenciones del mayor, se adelantó.- deberías decirle a Lían que se prepare igual.- dio un tímido beso en la mejilla del príncipe y salió corriendo con su cara roja a más no poder.

- s...si...- el castaño se quedó parado con la mano en su mejilla, en su cara un leve sonrojo y una pequeña sonrisa que se expandió por la emoción.

- el castaño se quedó parado con la mano en su mejilla, en su cara un leve sonrojo y una pequeña sonrisa que se expandió por la emoción

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