Bajo las estrellas

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   PV Asa

  Aquella noche todo fue distinto, aquella noche al fin había cumplido un sueño, aquella noche después de tanto tiempo había conocido a Tom y eso me alegraba. El encuentro fue increíble después de que Dereck  fuese a buscarme comencé a ponerme nervioso no podía creer que estuviese allí. Una vez abrió la puerta y  lo vi no supe reaccionar, tanto tiempo había esperado aquel día que no creía que fuese real, por un instante pensé que todo era un sueño pero no lo era. Cuando Tom me abrazó y comenzó a llorar sentí mucha felicidad, nunca pensé que ese día llegaría, nunca pensé que pasaría simplemente pensaba que moriríamos antes pero por suerte me equivoque.

   Cuando nos despertaron vi que Boris no estaba. En seguida me levante y salí a buscarlo pero no lo vi, pregunte a los demás judíos si sabían algo pero nadie sabía nada. Nervioso salí en busca de Tom pero por el camino me encontré a Dereck.

  -¿A dónde vas?-Preguntó extrañado.

  -Has visto a Boris-Conteste nervioso.

  -No, ¿por?

  -No está, no lo encuentro.

  -¿Como que no está?

  -Ha desaparecido.

Dereck bajo la mirada.

  -Creo que ya sé donde está- Dijo tristemente.

 Le mire extrañado.

  -Voy a buscarlo, vuelve con los otros.

 Mientras Dereck se alejaba corriendo entendí que algo malo pasaba. 

  Más tarde me di cuenta de que estaba en lo cierto.  Dereck traía a Boris agarrado del brazo, el pobre no podía mantenerse en pie, aunque había mejorado con la enfermedad y tenía mejor aspecto ahora no lo estaba, estaba blanco y lleno de golpes. Lentamente  se sentó en el suelo y comenzó a llorar.

  -Otra vez- Dije tristemente.

  -Sí, otra vez lo han vuelto a hacer.

  -¿Por qué lo han vuelto a hacer?, ¿por qué no lo dejan en paz?

  -Porque son fuertes y vosotros débiles.

 Baje la mirada.

  -Disfrutan haciendo esto, disfrutan con todo esto.

  -¿Y tú?

 Me miró seriamente y después a Boris.

  -¿Por qué me preguntas eso?

  -Porque eres uno de ellos.

  -Yo no soy uno de ellos.

  -Sí que lo eres.

No dijo nada simplemente comenzó a alejarse.

  -¡No me has respondido!

 Al instante dejó de caminar y sin darse la vuelta dijo.

  -¿Tú crees que disfruto con esto?

Su voz sonó distinta como si estuviera a punto de llorar.

Me acerqué lentamente a él.

  - No porque me salvaste la vida en vez de dejarme morir.

Lentamente se dio la vuelta, entonces pude observar que de sus ojos salían algunas lágrimas.

  -Prefería morir a estar aquí. 

  Aquellas palabras me entristecieron mucho, si Dereck se sentía así como se iba a sentir Tom de aquí a unos días, como se sentirá si un día  le dicen que debe que pegarme.

  -Yo también prefería morir a estar aquí, pero aquí todavía tenemos la oportunidad de salir y ser felices, muerto no se consigue nada.

Dereck asintió con la cabeza y se fue.

  Boris me miraba tristemente algo le pasaba, me senté a su lado y le abracé.

  Por la noche mientras cenábamos Boris no dijo nada, simplemente se limitó a comer. Mientras limpiaba los platos Tom apareció junto a Dereck y me guiño un ojo, yo sonreí y seguí limpiando. Cuando terminé me dirigí a la habitación junto a los demás judíos.  Cuando me acosté en la cama Boris se acercó a mí lentamente.

  -Asa me tienes que hacer un favor.

Le miré extrañado.

  -¿Qué clase de favor?

  -Mátame.

Al decir aquello negué rotundamente.

  -No, no puedo hacer eso.

  -Por favor hazlo.

Seguidamente comenzó a llorar.

  -Boris...no quiero hacer eso.

  -Asa, hazlo por mí.

  -¿Por qué quieres morir?

  -Porque estoy arto de vivir y prefiero que me mates tú a que me maten ellos.

 - Pero...

  -Quiero que seas la última persona que vea antes de morir, quiero verte a ti no ha ellos.

Después de pensarlo detenidamente decidí hacerlo.

  -De acuerdo- Dije tristemente.

  -Mátame con esto.

De repente sacó de su bolsillo una pequeña jeringuilla.

  -Toma.

La miré detenidamente y luego suspiré.

 Cuando todos dormían salimos de la habitación y nos dirigimos hacia afuera. La noche estaba preciosa, había una gran cantidad de estrellas.

  -¿Qué bonito es el cielo?- Dijo Boris.

  -Sí.

  -Asa, cuando estés preparado hazlo, quiero dejar de sufrir.

Asentí.

Caminamos despacio por aquel lugar y nos quedamos contemplando aquellas estrellas tan bellas. Más tarde saqué la jeringuilla de mi bolsillo y se la inyecté  en el brazo. Él simplemente sonrió, seguidamente le abracé con fuerza y él me sujetó lo brazos. Mientras observamos las estrellas Boris dijo.

  -Cada vez las veo más cerca.

Entonces comencé a llorar, mi amigo se iba.

  Más tarde ya no se pudo mantener en pie así que nos sentamos en el suelo, mientras le seguía abrazando con fuerza.

  -Gra..ci...as.

  -Gracias a ti por haberme hecho compañía todos estos días.

Lentamente apoyó su cabeza sobre mi hombro.

Le miré apenado y él sonrió.

  Su muerte no fue muy rápida pero tampoco dolorosa, simplemente desapareció en mis brazos y bajo las estrellas. No me sentía culpable simplemente triste ,fue su decisión, prefirió morir así que a golpes, prefirió a que le matara yo a que lo hicieran ellos.

  

  

Cartas de un judioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora