¡No quiero que te vayas!

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PV Tom

  Mientras volvía a casa no paraba de pensar en Leonard. Desde ayer no nos dirigía la palabra. Estaba muy extraño, esta muy triste, ojala me dijera que le pasa para poder ayudarle, odio verlo así.  Al entrar en casa me di cuenta de que Moon no estaba, ¿Qué extraño? No la veía desde ayer.

  Subí las escaleras poco a poco y entré en mi habitación, seguidamente comencé a hacer mis deberes, era lo único que conseguía que no pensase en la guerra, mientras lo hacía llegó Moon, se recostó sobre mis pies y comenzó a ronronear. Más tarde la cogí en brazos y la abracé fuertemente.

  -¿Por que has tardado tanto?

  Ella me observaba

  -Me tenías muy preocupado

  Comencé a acariciarla suavemente, mientras lo hacía me di cuenta que tenía un trozo de papel bajo el collar. Lo cogí con cuidado y me puse a leerlo. Más  tarde lo solté haciendo que cayera al suelo. De mis ojos comenzaron a salir lágrimas, ¿Cómo podía haber escrito eso? ¿Por que no quería luchar por su vida? ¿Por que quería desaparecer? Aquellas palabras me hicieron mucho daño, me había pedido que lo olvide, ¿Cómo me puede pedir tal cosa? Mientras más lo pensaba más ganas de llorar me entraban.

  Aquella noche no pude dormir, no paraba de pensar en Asa, Leonard, mi padre, todo esto me estaba matando.

  A la mañana siguiente Hans me esperaba como siempre.

  -Hola Tom

Le mire apenado

  -Hola...

  -¿Estás bien?

  -Eh..... si

  -¿Seguro?

  -Si.....solo que.....

Miré hacia el suelo para no echarme a llorar.

  -Tom, sabes que puedes confiar en mí

  -Ya....

  -Si tienes algún problema solo dímelo

Asentí con la cabeza y nos dirigimos a clase.

  Al llegar nos dimos cuenta de que Leonard no estaba, nos miramos extrañados y entramos a clase, más tarde llegó Daniel muy apenado.

  -¿Daniel estas bien? Preguntó Hans

  -Chicos....esta tarde hay que ir a casa de Leonard......su hermano más pequeño me dijo.....que hoy....se irá a la.......guerra.

  Después de decir eso Daniel se sentó en la silla muy apenado y no dijo nada más.

  Yo estaba destrozado, mi mejor amigo se va y el otro se quiere morir, más tarde alguna lágrima se escapó de mis ojos deslizándose por mis pálidas mejillas.

  Cuando terminaron las clases todos fuimos a almozar a nuestras casas, habíamos quedado a las cinco fuera de la casa de Leonard. Mi madre estaba muy apenada y mis hermanas también, todas me miraban tristemente y eso me incomodaba, seguro que estaban pensando que yo sería el siguiente en marchar.

  Al llegar a la casa de Leonard, Daniel y Hans ya estaban allí. Más tarde salió Leonard con una maleta, detrás de él su madre y sus tres hermanos más pequeños. Leonard estaba muy triste.

  Cuando llegó la furgoneta que se lo llevaría abrazó fuertemente a sus tres hermanos, seguidamente abrazó a su madre que más tarde se echó a llorar. Después se acercó a nosotros.

  -Chicos...yo....

Leonard miró al suelo para no llorar

  -Os voy a echar mucho de menos

  Seguidamente abrazó a Daniel, que casi se echa a llorar, después abrazó a Hans y más tarde a mí.

  -Leonard no nos olvides. Dije apenado

  -Nunca os voy a olvidar

  -Leonard, no quiero que te vayas

  -Yo tampoco quiero irme....pero....debo hacerlo

  -Leonard, no dejes nunca de luchar por tu vida

  -Claro que no Tom, la vida es lo más sagrado

  Después de aquello nos enseño la foto que llevaba en su bolsillo, es la que le regalamos por su cumpleaños.

  -Hasta siempre amigos

  Seguidamente volvió a abrazar a su madre y montó en aquella furgoneta. La escena se repetía pero ahora no era mi padre, ahora es mi mejor amigo.

  Mientras la furgoneta se alejaba sentí como me desvanecía, se había ido, se había ido mi mejor amigo y no sabía si volvería a verle.

  Al llegar a casa me tumbé en mi cama para terminar de llorar, más tarde llegó Moon y se recostó sobre mi hombro.

  -Moon, Asa....¿Sigue vivo?

  Ella comenzó a ronronear

Entonces cerré los ojos y me quede dormido.

  Al día siguiente se me había ocurrido una solución, todavía podía salvar a Asa, sabía como y debía hacerlo.

  Después de salir de clase corrí hacia el campo de concentración, debía hablar con Dereck, es mi única esperanza. Estuve por fuera del campo un buen rato esperando hasta que saliera. Al verlo salí tras él.

  -¡Dereck! ¿Espera!

 Seguidamente paró y me miró muy sorprendido

  -¿Que haces aquí?

  -Eh....

  -¡No puedes estar aquí!

   -Te estaba esperando, necesito tu ayuda

  -¿Que ocurre?

  -Verás....

  -¿Que le ha pasado a tu hermana?

  -Eh, ella está bien

  -Ah...¿Entonces?

  -Necesito que me ayudes

  -¿Yo?

  -Sí solo me puedes ayudar tú, por favor ayúdame

  -Según lo que sea

  -Verás.....

Mi voz comenzó a temblar

  -Necesito que ayudes a un amigo mío

  -¿Cual?

  -Necesito que ayudes a un judío

  -¡Que!

  -Por favor, se está muriendo

  -¿Pero?......¿Y como lo conociste?

  -Es muy largo de explicar, por favor ayúdale, se llama Asa

  -¡Pero tu estás loco! Porque iba a ayudarle

  -Dereck por favor eres su única esperanza, estas con ellos todos los días, sabes mejor que nadie como se sienten, por favor solo tiene 14 años, ayúdale.

  -Tom....no puedo

  -Si puedes, por favor está muy enfermo necesita medicamentos

  -Tom....si se enteran

  -¡Que!

  -Es muy arriesgado

  -Por favor ,Dereck, no seas como ellos, no seas un monstruo, si mi hermana sale contigo será por algo

  -No se....

  -Dereck, su vida está en tus manos

  -Pero Tom....

  -Solo te pido que no seas como ellos y lo ayudes, también tiene derecho a la vida como nosotros

  Después de eso, volví a casa y las lágrimas volvieron a apoderarse de mis ojos, espero que le ayude, espero que le salve.

Cartas de un judioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora