Solo abrázame

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     PV Tom

  El día que Leonard se fue del hospital no se despidió de mí. La verdad es que me sentí mal pero no le culpe, la guerra lo había cambiado. Por mi parte la enfermedad iba mejor, no me había afectado mucho y tal vez en un futuro logre superarla del todo. Eso sí me ha dejado muy débil y no tengo casi fuerzas. Mi hermana y madre hacen todo lo posible para satisfacerme y se los agradezco. También estoy deseando volver a casa, dormir en mi cama e imaginar que nada de esto ha pasado.

   El día que salí del hospital hacía frío y ya era febrero. Sentí un gran alivio al hacerlo, parecía que ya había acabado todo.

   Cuando llegue a casa corrí a abrazar a Moon, hacía tanto que no la veía, seguidamente subí a mi habitación y me tumbe en la cama. Todavía estaba muy débil. Aquella noche no deje de pensar en Leonard, necesitaba hablar con él.

   Días después comencé a estar menos en la cama, me sentía mejor, sentía que iba recuperando las fuerzas que un día perdí.

   Un día mientras terminaba de fregar vi por la ventana pasar a uno de los hermanos de Leonard. Entonces deje de fregar y salí tras él.

-¡Dustin!

Seguidamente paro.

-¡Tom, Cuánto tiempo!

Me acerque lentamente hacia él y le abracé.

-¿Como esta tu hermano?

-Fatal- Dijo mirando hacia el suelo.

Le mire tristemente.

-La guerra le ha cambiado, el no era así. Sabes no quiere salir de la cama, se pasa todos los días ahí. Dijo apenado.

-Tiene que haber una forma de cambiarle, tenemos que conseguir que vuelva a ser el mismo.

-Pues no sé cómo.

-Y si voy ahora a tu casa.

Entonces me miro seriamente.

-No creo que sea buena idea, no quiere ver a nadie.

-No me importa eso, tengo que hablar con él.

-Tom, pasa de todo el mundo, nos trata fatal.

-Déjame intentarlo.

-Vale, está bien pero si te contesta mal no se lo tengas en cuenta.

Seguidamente le acompañe a su casa, quería ver en que se había transformado Leonard.

Al llegar a su casa un montón de recuerdos invadieron mi cabeza, Entonces sentí nostalgia por todos esos momentos que habían desaparecido.

Subimos la escalera lentamente y nos dirigimos a su habitación. Cuando estuvimos frente a ella Dustin dijo.

-¿Seguro que quieres verle?

-Sí.

Seguidamente abrí la puerta y entre dentro. Leonard se encontraba dormido. Comencé a observarlo mientras me acercaba más a él. Se encontraba bastante tapado, solo se le conseguía ver su pálido rostro. Mientras más me acercaba a él más nervioso tenía, no quería que se despertase, no todavía. Cuando llegue a su mesita de noche me di cuenta de que había algo doblado sobre ella. Lentamente lo cogí y lo desdoble. Entonces varias lágrimas salieron de mis ojos. Era la foto, era la foto que le habíamos dado antes de que se marchara. En ella estábamos Daniel, Hans, el y yo sujetando el balón que nos había regalado mi padre.

Era verano y hacía calor. Nos encontrábamos los cuatro jugando cuando nuestro balón se rompió. Nos quedamos tristes y paramos de jugar. Entonces mi padre al ver lo que había pasado nos compro otro, seguidamente nos saco una foto y nos hizo prometer que cuidaríamos más las cosas.

Seguidamente me sequé las lágrimas y me di cuenta de que Leonard me estaba mirando. Yo no dije nada simplemente le mire también. Más tarde el hablo.

-No sabes lo que he cuidado esa foto.

Poco después comenzaron a salir lágrimas de sus ojos.

-Sabes, me dabais fuerza.

-Leonard yo...

-En la guerra solo veía tristeza, pero al tener esa foto cerca de mí, desaparecía.

-Leonard siento todo lo que has tenido que pasar pero no puedes quedarte siempre aquí encerrado.

-Tom tú me has visto, me falta una pierna.

-Lo sé pero estás vivo, no te dejes morir aquí.

Seguidamente me senté sobre la cama y volví a contemplar la foto.

Leonard se acerco a mí.

-Ahí teníamos diez años, parece mentira ¿no?

-Sí, dije con una sonrisa.

-Y ahí tenía dos piernas- Contesto con lastima.

-Leonard piensa que aun estas vivo y que estoy aquí contigo.

Entonces otra lágrima calló de sus ojos.

-Tom.

-Sí Leonard.

-Te he echado mucho de menos.

No dije nada simplemente lo abrecé con fuerza. Llevaba tanto sin hacerlo que cuando lo hice comencé a llorar, nunca pensé que llegaría ese momento, siempre pensé que Leonard se esfumaría como mi padre.


Cartas de un judioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora