Al día siguiente, Happy llevaba a Meghan hacia la residencia en donde se encontraba la Agente Carter, mejor conocida para Meg como Tía Peggy, en estos momentos lo único que quería y necesitaba eran consejos que una madre le podía dar a una hija confundida, porque si, eso era Peggy Carter para ella, una madre, con el regreso de Alexander y sus sentimientos por Steve, la chica se encontraba confundida, no sabía a quien escoger.
Más bien, no quería lastimar ni herir a Peggy diciéndole que estaba completamente enamorada del primer vengador.
- Ha tenido días realmente buenos - mencionó la enfermera mientras acompañaba a la chica hacia la habitación de la agente - se alegrara mucho de verte, casi a diario pregunta por ti, le hemos dicho al señor Stark pero nos había comentado que vivías en Los Ángeles y que era un poco complicado que vinieras.
— Ya no más — respondió sonriendo — vendré cuantas veces pueda, supongo que me hace falta sentirme cerca de mi familia, ella es muy importante para mi.
— Claro — asintió devolviéndole la sonrisa a la chica — es aquí, Agente Carter, mire quien ha venido a visitarla.
Meghan se asomo por la puerta con una radiante sonrisa hacia la anciana, quien al ver de quien se trataba sonrió alegre.
— ¡Meghan! — exclamó alegre Peggy — que explendida sorpresa tenerte aquí, corazón.
— Pero mírate, Tia Peggy, estás más hermosa que nunca — respondió sonriente la chica caminando hacia ella para abrazarla — incluso te veo más joven.
— Deja de burlarte de mi, niña — contestó riendo ante las palabras de la castaña — Tony me dijo que seguías en Los Ángeles, tiene dos años que no te veo.
— Si, supongo que volver a Nueva York no era fácil — suspiró mientras tomaba asiento junto a la cama de Carter — He vuelto, para quedarme, mi hermano me necesita aquí con el y yo necesito a mi familia, por lo tanto, me tendrás aquí muuuuuuy seguido.
— No sabes como me alegra escuchar eso, corazón, siento que Tony se aísla mucho.
Y así fue el resto de la tarde, Meghan no hacía más que contarle a la tía Peggy sobre la escuela y las clases de baile en Los Ángeles, la ponía al día de todas sus aventuras, sin mencionar en ningún momento a Alexander o a Steve.
— Debes de conocer a Axel — mencionó alegre Stark — es súper divertido, no como yo, pero hace su intento...
— Debes de traerlo alguna vez, cariño — sonrió hacia ella — ¿Algo más que me quieras contar?
— ¿Sobre que? — preguntó confusa Meghan.
— ¿Hay algún chico especial? — preguntó a su vez Peggy — Puede que no sea tu mamá biológica, pero yo te crecí y te conozco, tienes una sonrisa radiante y tus ojos están muy brillosos, llenos de vida, más que antes...