7. LEYENDAS

971 162 20
                                    

Jamás lo reconocería, pero Tony aquella noche había dormido mal.
Soñó con esas bestias, que entraban en la casa de sus abuelos y los despedazaba sin que él pudiera hacer nada para evitarlo.

Despertó envuelto en sudor, y sus extremidades temblaban a la misma velocidad que su acelerado corazón.

Había amanecido, y faltaban pocos minutos para que sonara su despertador.

Bajó corriendo a la cocina para cerciorarse de que sus abuelos estaban sanos y salvos.
Ambos desayunaban tranquilamente y conversaban entre ellos.

El sueño había sido tan real...

Se acercó a ellos y los saludó con un abrazo, cosa que sorprendió al matrimonio.

—Estás de buen humor, ¿eh, muchacho?—preguntó su abuelo con voz jovial.
—Creo que me empiezo a acostumbrar a este sitio—respondió, sentándose con ellos.

Tras un generoso desayuno, subió a vestirse para luego enfundarse en la ropa de segunda mano que le había comprado su abuela para evitar ensuciar las de marca.


₪ ₪ ₪


Le dolía todo el cuerpo, había dormido extremadamente mal y el colchón estaba demasiado duro.

Abrió los ojos poco a poco, y entonces resopló.

Estaba durmiendo en el suelo de su habitación, lo que explicaba el repentino endurecimiento de la cama.

Se enderezó, quedando sentado y se restregó los ojos.
Agradeciendo el nuevo día, a pesar de sus dolencias, Peter se levantó y bajó a desayunar.

Saludó a sus padres y ocupó la silla libre bostezando con disimulo.
Su padre le sirvió un poco de café, y su madre le dejó unas tortitas con miel en su plato.

—Hoy tienes que volver a casa de los Collins—le recordó la mujer—. Les han traído un caballo nuevo y tienes que enseñar a su nieto a montar.

El chico resopló.

—Estoy muy cansado. ¿No podría ir otro?
—Scott nos lo ha pedido expresamente—le indicó su padre—. Él y yo somos viejos amigos, y no me gustaría denegarle ayuda después de haberle asegurado que irías.

Tras sus palabras, Peter entendió que no podía negarse.


₪ ₪ ₪


Tony no tenía ni un atisbo de ganas de subirse a un caballo a esas horas de la mañana. Le dolía hasta el alma, y los trotes del animal no arreglarían el problema.

Sin embargo, a su abuelo le hacía ilusión verle montar a caballo, y Stark quería complacerle ahora que comenzaba a tenerles un gran cariño a ambos.

¿Por qué se centró en el golf y no en la hípica?

Llegó hasta la zona de montar, donde su abuelo ya estaba ensillando al animal, de color canela y crin marrón oscura, acompañado por Parker.

—Tony—lo llamó su abuelo—. Primero montará Peter, para domarlo un poco, y luego te enseñará cómo hacerlo.

El castaño le saludó a modo de saludo. Stark percibió cansancio en sus marcadas ojeras, pero no dijo nada.
Se limitó a ver cómo se ponía los guantes y acariciaba la crin del animal.

Scott los dejó solos para dedicarse a sacar a las ovejas con Danko.

—¿Cómo es que a mi abuelo le da ahora por meterme ocio a primera hora de la mañana?
—¿Ocio?—Peter se rió—. Esto no es ocio, Tony. Scott quiere que te enseñe a montar a caballo para guiar a las vacas.
—Ya decía yo...—Rodó los ojos—. ¿No se supone que las vacas van solitas por el prado y la carretera? El día que llegué me mugió una casi en la oreja.
—Sí, las dejamos solas, pero a veces hay que traerlas de nuevo. Ya sabes, por obtener leche y esas cosas—le dijo con sarcasmo.

Luna llena (Starker, Thorki & Stucky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora