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✧TUPAC! IV

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TUPAC!
IV.Hay cosas que es mejor ocultar.

       —SEGURAMENTE en unos meses estaremos llenos de dinero, lejos de aquí Mike—festejé con una botella de cerveza.

—¿Qué has hecho Tupac?—preguntó riendo y luego se llevó un cigarrillo a los labios.

—Jeane consiguió que la invite a su fiesta—sonreí y le di un trago a la cerveza.

—¡Hermano ésas si que son buenas noticias!—festejó Matthew.

—Por supuesto que sí, les dije que confiaramos en ella—sonreí.

—¡Tenías razón!—rió Mike—admiro tu valentía men, no cualquiera consigue que una mujer se juegue la vida, sobre todo no cualquiera sacrificaría a una mujer tan hermosa.

—¿De qué me hablas?—pregunté confuso.

—Bro, es claro para todos que hay una chance de que nos descubre y la hermosa chica blanca termine con una bala entre las cejas.—Rió;—Pero son posibilidades, no te preocupes.
Palmeó mi hombro y sentí un gusto amargo en la boca, me senté en un sillón y pasé mis manos por mi rostro. Creía tanto en ella que había olvidado que también podrían salir las cosas mal, y había sido mi culpa desde el inicio, involucrarla por ambición.
¿Cómo le explicaba que podría morir? ¿Que no nos estábamos metiendo con cualquier persona si no con un presidente? Mordí mi labio inferior, pensativo.

—Oh vamos, deja de llorar—se quejó Mike—ella decidió entrar, no la obligamos—se encogió de hombros y asentí, intentando creerme aquél cuento pero sabiendo completamente que si le hacían daño, no me lo perdonaría jamás.

Me puse de pié y con una botella de cerveza en una de mis manos, caminé hasta el auto y ya dentro de éste, conduje hasta la casa de Jeane.

Toqué dos veces la puerta ansioso, de pronto todo se había vuelto peligroso. Podrían entrar por su ventana, o dispararle sin que nadie lo note, tendría que verme obligado a en cerrarla en una caja de cristal en mi habitación para que nadie la dañe, sólo porque me sentiría culpable de no ser así, no porque me sea importante su bienestar... ¿O me encontraba equivocado?

La rubia abrió, dejando que la luna ilumine su rostro. Estaba envuelta en su albornoz de seda rosa, tan típicas aquellas telas en su piel. Con una sonrisa se hizo a un lado, dejándome pasar.—No te esperaba aquí, me tomaste por sorpresa—sonrió cerrando las puertas y subió las escaleras descalza. Me gustaba la forma que tenía de creerse la reina del mundo, jefa de todo.

—Jeane, tengo que—quise seguir pero me vi interrumpido ya que su voz cortó mi oración.

—¡Me llegó la invitación, mira!—dijo mostrándome un sobre sellado de color dorado, mientras la dejaba en mis manos cerró la puerta.

—Jeane, ésta es una buena noticia—fingí emoción, ya que los nervios me comían los huesos.—Pero, ¿Estás segura que quieres ir?

—Obvio que sí—sus ojos brillaron—conseguí un vestido naranja, mira;—se levantó a revolver su ropero, sacando una tela anaranjada y brillante. La dejó en la cama y la miró con orgullo, pero no le presté atención a la prenda, si no a su cara llena de felicidad, entonces supe que habían cosas que mejor era ocultar.

•••
¿Qué opinan de Jeane?

«Brillar» Monroe×TupacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora