✧JEANE!
V.Él debería saber lo que hace.HABÍA repetido millones de veces, y con lujos de detalles, cada parte del plan. Me encontraba de pie frente a la cama, admirando supuestamente el vestido naranja con joyería que usaría aquella noche. Pero en realidad, estaba demasiado centrada en mis pensamientos, los nervios me decían a gritos que no era algo fácil, que me jugaba la vida y otra parte de mí se sentía exagerada.
—Jeane, ¿Ya podemos marcharnos?—preguntó Shakur acercándose por la puerta, asentí tras mirarlo y tomé el vestido con delicadeza para no estropearlo. Lo doblé con paciencia y miré a Tupac, que tenía su mirada clavada en mí pero de inmediato la sacó, se giró para comenzar a caminar hasta el auto, en silencio, sin decir nada.
Subí al vehículo, en el mismo se encontraba Mike, me saludó con una sonrisa y después de que cerrara la puerta, Tupac puso el automóvil en marcha.
—¿Estas nerviosa?—preguntó el chico sentado en el asiento del copiloto mientras fumaba, asentí mordiéndome el labio.
—Demasiado—sonreí.
—Tranquila, los ricos son estúpidos—sonrió;—nada irá mal.
Miró a Tupac, esperando que me dijera una palabra de aliento o al menos hiciera un comentario, ambos estábamos expectantes a sus gestos, pero nunca mencionó nada.Detuvo el auto, en la tienda de Sarah y después de que Mike me dijera "Suerte" por vigésima vez, agradecí y huí del coche, sintiéndome decepcionada del apoyo inexistente que Tupac me había brindado.
—Hola cariño—sonrió la mujer de cabello castaño mientras terminaba de peinar sus rizos, le di un beso en la mejilla y me metí en el cuarto siguiente a poder cambiarme.
El vestido subió ajustándose a mi piel perfectamente. Salí del cuarto en busca de la aprobación de Sarah y la obtuve;—Santa Madre Jeane, te ves maravillosa.—Sonrió;—Este hombre caerá de inmediato.
No dije nada, haciendo un gesto de que aguarde un segundo y me puse los tacones del mismo color que el vestido, que no eran completamente cerrados. La falda del traje me llegaba cuatro dedos sobre la rodilla y me hacía un cuerpo increíble. Después de levantar mis pestañas con rimel, pinté mis labios de rojo, un poco de polvo en las mejillas y para finalizar, un poco de perfume y un pañuelo en el cuello.
—Te ves increíble Jeane, lo digo enserio—sonrió y me colocó unos aretes. Ahora sí estaba lista para salir al igual que ella, que llevaba un vestido esmeralda brillante con el mismo largo que el mío y zapatos oscuros.