Capitulo 72

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Capítulo 03 – Canción de Amor para Cierta Diosa de la Herrería

--Por fin, todo está en orden.

La luz de una Lámpara de Piedra Mágica parpadeaba en la oscuridad.

Dos sombras encapuchadas estaban paradas frente a frente en una pequeña habitación y susurraban en voz baja.

--Nuestros soldados han entrado con seguridad. Una vez que hayamos terminado, podrán desplegarse en cualquier momento.

--Está bien...

Una voz era la de un hombre lleno hasta el borde de entusiasmo; la otra, una voz severa y solemne de alguien muchos años más viejo. Su conversación privada continuó.

--Ya sabemos dónde está. Me pondré en contacto en un día o dos.

--...

El joven dio un paso más cerca de su silencioso compañero.

--No me digas que tienes miedo.

--...

--Es demasiado tarde para comenzar a vacilar ahora. Hemos recibido una importante tarea que llevara directamente a una promoción de nuestro señor. Esta puede ser nuestra última oportunidad.

--Soy consciente.

El anciano asintió mientras el joven se inclinaba hacia él.

El hombre estaba muy contento con esa respuesta. Sin perder un instante, canalizó en palabras las numerosas emociones que corrían por sus venas.

--Tenemos que llevarlo de vuelta. Ese poder nos pertenece, y este lugar no es digno de él.

--...

--La gloria perdida está otra vez a nuestro alcance.

El anciano se mantuvo en silencio durante el apasionado discurso de su compañero más joven.

La luz de la lámpara proyectaba dos largas y parpadeantes sombras sobre la pared.

***

Brillantes llamas llenaban el interior de la fragua.

Hefesto observaba atentamente el fuego rojo oscuro, del mismo color que su cabello, que subía y bajaba.

Estaba parada en un taller donde la gran fragua, un yunque y otras herramientas grandes estaban listas para usar en la esquina.

Hefesto, vestida con ropas de trabajo, se detuvo con un martillo en la mano. El eje de una espada plateada ya había tomado forma en la parte superior del yunque debajo de ella, el metal todavía brillaba con calor.

Las llamas de la fragua iluminaban la mitad de su rostro, incluyendo el prominente parche negro en su ojo similar a un vendaje.

Los pesados golpes de martillo sobre metal cesaron, dejando sólo el crujido del fuego.

--¿Adónde fueron tus agallas?

La puerta principal del taller crujió y fue seguida de cerca por una nueva voz.

Una ráfaga de aire frío entró desde fuera, haciendo que las llamas parpadearan y arruinando las condiciones perfectas dentro del taller. Hefesto se giró hacia su visitante.

--Tsubaki.

--Ahora, escuche rumores de que te encerraste en este taller. Vine a ver como estabas, y ni siquiera estás balanceando ese martillo. Entonces, ¿Qué estás haciendo?

La mujer que entró en el taller de herrería tenía largo cabello negro atado hacia atrás detrás de sus hombros y piel color trigo.

Así como Hefesto tenía un parche en su ojo derecho, esta mujer tenía un parche sobre su ojo izquierdo.

La Aventura De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora