Capitulo 102

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Prologo – El Ahora de los Niños Perdidos

En el pasadizo dominado por la oscuridad, luces brillaban a intervalos regulares.

Los puntos brillantes continuaban a lo largo de las paredes en la distancia, solo brillando lo suficiente como para iluminar tenuemente el pasillo. De vez en cuando, un viento frío soplaba a través de la penumbra, haciendo que las luces parpadearan.

Una hilera de figuras avanzaba por el pasillo.

Uno tras otro, hombros fuertes y brazos musculosos con espadas enfundadas pasaban ante el débil resplandor.

El traqueteo de los sujetadores en sus armaduras se mezclaba con el golpeteo de sus zapatos y botas.

Eran Aventureros.

Había quizás diez o doce en el grupo, liderados por un Enano con un casco bajado sobre sus ojos. Cada uno sostenía una Lámpara de Piedra Mágica y la usaban para buscar cuidadosamente en los alrededores.

No estaban en el Calabozo.

Los pasillos en forma de túnel por los que caminaban estaban hechos de roca, tallados por manos humanas. Las Lámparas de Piedra Mágica que se acercaban al final de su vida estaban pegadas a las paredes, mientras el agua corría por el centro del pasadizo con un siseo.

Era una alcantarilla subterránea.

--Las presas siempre son "primero en llegar, primero en servir". Sin resentimientos, ¿Verdad?

Un Beastman dijo en el grupo.

--Solo trata de tocar una de las que yo haya matado y veras lo qué pasa.

Una Amazona respondió.

La armadura de cada Aventurero tenia grabado el emblema de una <Familia> diferente; eran un equipo de facciones mixtas. Estaba claro por la extrema falta de unidad que el grupo se había formado a toda prisa. El Beastman respondió a la inflexible Amazona con saliva y maldiciones.

Todas estas personas ásperas y de mal comportamiento eran experimentados Aventureros.

Entre ellos estaba Mord Latro, así como los dos compañeros humanos que siempre lo acompañaban.

--Hey, Mord.

Lo llamó uno.

--¿Estás seguro de que esto está bien?

Preguntó el otro.

--¿De qué están hablando? Los chicos del Gremio no dejan piedra sin remover en la superficie, pero no han encontrado nada. Deben estar en las alcantarillas.

Mord tenía una estructura robusta y un rostro feroz, con cicatrices en la frente y las mejillas. Parecía un canalla autoritario. De hecho, aproximadamente dos meses y medio antes, incluso había tratado de darle el bautismo de un Aventurero a cierto novato de crecimiento monstruosamente rápido.

Sacó un pergamino de su bolsillo.

--Mataremos a estos monstruos antes de que alguien más pueda encontrarlos. ¡El dinero de la recompensa será nuestro!

Las ilustraciones en el pergamino representaban monstruos armados, dibujados según lo que se sabía de ellos.

Entre ellos había un diabólico Hombre Lagarto y una Gárgola.

Habían pasado tres días desde que los monstruos aparecieron en la superficie como resultado de la perturbación instigada por la <Familia Ikelos>. Después de perder a los Aventureros que los perseguían, los monstruos que escaparon se dispersaron por Orario. Incluso ahora, se estaban escondiendo en algún lugar de la ciudad.

La Aventura De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora