Capitulo 96

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Capítulo 09 – El Sueño del Monstruo

Un pilar de cristal azul agrietado y roto cedió y se estrelló contra el suelo.

Montones de escombros dispersos eran los únicos restos de tiendas de campaña y edificios de madera, mientras que los productos de Piedra Mágica rotos se quemaban entre los escombros. La ciudad de los forajidos se había quedado en silencio en medio de nubes de polvo y pilares de humo.

El Calabozo, 18° Piso. El Resort Subterráneo.

En la parte superior de una gran isla en medio del lago en el lado occidental se encontraban las ruinas de lo que una vez fue la ciudad de Rivira.

Los muros de piedra y cristal que rodeaban la ciudad estaban gravemente dañados y se desmoronaban desde la puerta norte—un espantoso registro de la avasalladora embestida de los atacantes. Tocones de cristal azul y blanco sobresalían de los restos; el suelo estaba cubierto de espadas rotas y cuchillas de Hachas destrozadas y salpicaduras de sangre. Los restos hablaban sobre el desesperado intento de los residentes y Aventureros de defenderse.

El humo aún se elevaba en pequeñas columnas a lo largo de la ciudad de avanzada del Calabozo, ahora era un mero caparazón de lo que era.

--¿¡Qué has hecho con mis compañeros!? ¡¡Dilo de una vez, humano!!

Una profunda y monstruosa voz que hablaba en el lenguaje de la superficie resonó a través de los escombros.

Una Gárgola de piedra color ceniza estaba parada con sus enormes alas extendidas sobre un Aventurero masculino, quien yacía boca arriba con ambas piernas rotas, al final de una calle ahora abandonada.

--Wha—¿¡Huh...!? ¿¡De qué estás hablando, monstruo...!? ¡No entiendo...!

El hombre era uno de los pocos Aventureros que no había reaccionado a tiempo al ataque de los monstruos.

Jadeaba por el dolor mientras sangre brotaba de sus piernas. Con lágrimas en los ojos, el hombre gritó locamente al siniestro monstruo, insistiendo en que sus reclamaciones no tenían sentido.

Sangre fresca goteaba de las garras de piedra de la Gárgola—y Gros mostró sus amenazantes colmillos.

--¡¡No me tomes por tonto!! ¡¡Apestas a ácido de Aracne!!

--... ¿¡...!?

--¡¡La voluntad de mi camarada dice que eres inmundicia!!

El rostro del humano se contorsionó cuando Gros bramó cada sílaba con furia ardiente.

No era que el hombre no hubiera podido escapar a tiempo. A diferencia de los otros Aventureros, Gros y los otros Xenos no lo habían dejado escapar.

Pertenecía a la <Familia Ikelos> como uno de los cazadores que había atacado al grupo de Ranye. El hombre abandonó el grupo para recibir atención médica por las quemaduras venenosas y entró en Rivira después de la conclusión de la cacería, mezclándose con aquellos que tenían una razón para esconderse de la ley.

Los vapores ácidos del veneno de Aracne guiaron a los Xenos a Rivira como lo haría una telaraña. Ese era el objetivo de Ranye desde el principio.

Los monstruos que poseían un sentido del olfato extremadamente agudo no tuvieron problemas para llevar a los otros directamente al origen.

Destruir Rivira no solo era una manera de eliminar a los seguidores de Ikelos, también simbolizaba cuán profunda era la ira de los Xenos.

--¡¡Responde la pregunta!! ¿¡A dónde llevaron a mis camaradas!?

La Aventura De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora