New World, New Life, New Me

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Narra Frank

Era increíble, no podía creer que al fin lo que tanto había anhelado estuviese pasando. Hoy era el día en el que comenzaba mi nueva vida, hoy volvía a trabajar con el amor de mi vida, Spencer Jordan. Ella era la mujer perfecta para mi y no podía creer que después de todo este tiempo tuviese la oportunidad de forjar una nueva relación con ella, un nuevo comienzo.

Al llegar a la oficina con lo primero que me topé fue con un joven de mirada prometedora viendo directamente a la pared. Yo conocía esa mirada, él tenía la vista puesta en tener su nombre en la pared algún día.

—¿Admirando la vista?— llame su atención con ambición.

Principalmente para hacer nuevas relaciones, si quería que esto funcionara tenía que lograr agradarle a más que solo unas cuantas personas en la firma.

—Así es, algún día o eso es lo que espero...—  afirmó en un suspiro.

Este fijó su vista en mi y me sonrió con amabilidad y calidez. Estire mi mano en un gesto amable para hacer una presentación adecuada.

— ¡Frank Freeman!— exclamé con actitud.

Él estrechó mi mano con intriga. Lo comprendí, como abogados todos somos corteses en el exterior pero siempre tenemos una intención más profunda resguardada muy en el fondo de nosotros.

— ¡Mike Ross!— exclamó con la misma actitud.

Su nombre resaltó de inmediato en mi memoria. ¿Cómo no hacerlo? Si era del que tanto había leído en demasiados archivos y casos a lo largo de su carrera, así como también su nombre había salido en una o dos conversaciones con Spencer.

— Así que tu eres el chico maravilla.—afirme con sorpresa.

Esperaba que mi referencia de Batman y Robin le sacara al menos una ligera sonrisa y así romper el hielo. Así como también deseaba demasiado ser su Batman, pero era demasiado tarde, Harvey Specter se había encargado de serlo mucho antes de que yo siquiera tuviese la oportunidad.

—¡Ya no más!— exclamó con determinación.—El chico maravilla se convirtió en Batman—aseguró riendo.

Me sorprendí ya que por lo que había escuchado este seguía sobre el ala de Specter. Pero sí que tenía coraje, me agrada la actitud de este niño, se ganó mi respeto en el momento que me dejó en claro que ya no necesitaba de Specter.

—¡Bien!— exclamé aún sorprendido.—Si es verdad todo lo que escuche de ti, no faltará mucho para que tu nombre esté en esa pared.— afirme riendo.

Asentí con aceptación dándole una palmada en la espalda, sabía que era algo arriesgado de mi parte el hacer eso ya que podía verme demasiado engreído, pero no me importó. Él me sonrió y negó con la cabeza. Parecía que no había resultado tan mal.

Continúe caminando hasta llegar a donde seria mi oficina, me detuve un momento para contemplar la vista. Desde donde estaba parado podía ver perfectamente a Spencer sentada frente a su computadora, trabajando. Tenía esa expresión en la mirada, como si estuviese molesta pero en realidad lo único que tenía era que estaba demasiado concentrada en lo que estaba haciendo.

— ¡Buenos días!— Chilló.

Su tono de voz me hizo exaltar y mis pensamientos volvían a la realidad. Para mi sorpresa una castaña de complexión delgada y nariz bastante grande para su rostro, la cual explicaba su tono extremadamente aguda.

— Buenos días.— afirme sin mucho ánimo pero con amabilidad para no ser grosero.

— Soy su nueva asistente, ¡Vivían Sullivan!— afirmó con gran entusiasmo.

"¿Acaso este era su primer trabajo? ¡Dios!" Pensé ya que definitivamente no quería una novata como asistente. Además de que si me habían dado a la novata significaba que aún no tengo el respeto de nadie en esta firma.

— ¡Bien!— exclamé en un suspiro.—Dos cosas...— comencé e hice una pausa.

Ya que comencé a caminar dentro de la que sería mi oficina. Ella me siguió, al menos no era tan inepta como para no captar que quería que me siguiera. Una cosa no tan mala a mi favor.

— Quiero que hagas una junta para ir a almorzar hoy con Spencer Jordan, además que quiero que le informes a la asistente del señor Jacobson que la firma de su contrato de compra sobre KIA es el Lunes.—  terminé con agilidad.

Ella asintió confiada en que había entendido todo lo que le acababa de decir.

—Lunch con Jordan, firma con Jacobson el Lunes.—aseguró reiterando lo que acababa de decir.

Aún más confiada de lo que estaba haciendo, caminó fuera de mi oficina mientras por alguna extraña razón seguía asintiendo. Supongo que repasaba una y otra vez lo que debía hacer.

Estaba nervioso y las ansias me comían, en verdad no sabía cómo era que Spencer respondería. Simplemente esperaba que Spencer entrará molesta y le dijera directamente que no saldría conmigo.

— ¡Señor!— exclamó por el intercomunicador.

La voz de Vivian me sacó de mis pensamientos así como también hizo que mi corazón se exaltara. Suponía que era mi respuesta de parte de Spencer.

— ¿Sí?— pregunté con un notorio nudo en mi garganta.

— La señorita Jordan y el señor Specter confirmaron para salir hoy a las doce.— aseguró con normalidad.

Estaba confundido. "¿Harvey Specter?" En ningún momento había incluido a Specter en la ecuación. Todo esto tenía que ser una broma, una muy mala. Sin comprenderlo por completo había decidido indagar un poco más.

— ¿Harvey Specter?— pregunté confundido.

En verdad era una pregunta un poco más retórica que literal, sin embargó esta comenzó a hablar.

— Si, la señorita Jordan...— comenzó con algo de temor.

— ¡OLVÍDALO!— exclame interrumpiendo.

Sin esperar ni un segundo más me levanté y comencé a caminar a la oficina de Spencer. Sin tocar a la puerta simplemente entré interrumpiendo lo que sea que fuera que estuviera haciendo. Ella me miró confundida y algo molesta.

— ¡Hola!— exclamé con simpleza.— ¿Un segundo?— pedí con normalidad y con gracia.

— ¿Te importa?— preguntó con molestia.

— ¿Specter?— pregunté con ingenuidad.

Ella soltó un enorme suspiro y cerró su computadora. Cruzó los brazos y se reclinó sobre su silla. En verdad se veía algo decepcionada.

— ¿Qué esperabas?— preguntó con ironía.— ¿Que aceptara ir a comer contigo en una especie de cita?— sentenció en una pregunta retórica llena de sarcasmo.

Bufé con desesperación. No esperaba que fuera una cita pero al menos poder hablar con ella a solas.

— Al menos poder hablar a solas.— afirme en un suspiro.

— Es con Harvey o nada.— aseguró en un ultimatum.

— ¡Bien!— exclamé molesto.

Ella se sorprendió por mi aceptación, pero ambos sabíamos que ahora no había manera de retractarnos. Salí de la oficina con la horrible idea de tener que pasar una tarde con Harvey pero con la esperanza de poder avanzar un poco más en la situación que tenía con Spencer. Al llegar a mi oficina, cerré la puerta y solté un enorme suspiro para después intentar imaginar el cómo sería tener que compartir una comida con el amor de mi vida y su novio.

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