Secret of the prince: ¿Qué hay de mi? #2

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Marzo 17 de 2016

Nuestra última salida como un matrimonio real había sido hacía dos años en Italia.

Esa última salida fue cuando me enteré que mi esposa estaba con el famoso Doctor Herrera. Me molestaba que estuviera con él pero no era nada importante para ella o eso creí.

Me había enterado algunas cosas, como por ejemplo que Dulce ya había viajado a México a conocer la familia de él, además que ella estaba desesperada para que llegáramos a un acuerdo porque se iba a casar con él.

Dulce pensaba que podía desprenderse del título de princesa de Gales al no tener ninguna clase de poder, pero estaba equivocada. Ella no podía casarse con cualquiera, no por que yo lo dijera sino porque en el protocolo decía que la sangre europea no podía ser manchada.
El padrastro de mis hijos no podía ser ese hombre.

Cuando Natalia me contó como se conocieron, y que ese hombre había acortejado a mi esposa desde antes del inicio del divorcio comencé mi jugada. Todos amaban a la Princesa, la prensa pensaba que ella era una mujer engañada por su esposo, dejandola mal para a Natalia por ser mi amante. Estaba seguro que ésta movida de prensa había sido ideada por Robert o Paul, el estúpido mejor amigo de mi ex esposa y su mayordomo siempre habían estado en mi contra. Pero supe jugar mis cartas.

Flashback

Mi ex esposa seguía con su amado Doctor, él había hecho que ella viajará a Angola. Mi ex decidió visualizar una problemática de salud en ese País, mientras yo estaba con Natalia en París me llegó una de las noticias que opaco nuestra separación.

— Señor acaban de otorgarle a la Princesa Dulce de Gales, el premio Nobel de la paz. La reina dictaminó que usted será quien se lo entregue, la cena sera en Winsor.

— Tiene que ser una broma— Dijo Natalia tapando su desnudez cuando cortó la llamada Jonh.

— Se fue de mis manos, no se que hacer — dije pensando en esto. Ya Natalia era odiada por la prensa y Dulce recibía un nobel de la Paz. Esto estaba hundiendo la posibilidad de que pueda hacerla mi esposa.

— Tengo una idea — se levantó y buscó su teléfono.

Era cruel pero nos ayudaría, opacaria a Dulce en este momento. Obvio que esta idea tendría un daño colateral que claramente utilizaremos de escudo al amante de mi ex esposa.
Natalia llamó a The Sun, vendió los audios nuestros donde yo confesaba que la amaba y que nadie era como ella. Había cosas que tal vez afectarían a mis hijos, pero mi deber era poder hacer feliz a la mujer que amaba desde siempre.

Al salir la publicación la Reina me mandó a llamar, era hora del juego.

— ¿Qué acabas de hacer? — gritó.

— Ella también esta con alguien — le di las fotos. — Quiero el DIVORCIO— grité.

— No me grites, soy la Reina — agache la cabeza ante el reto de mi madre. — Esa mujer que tanto lastimaste, acaba de ganar un Nobel de la Paz. Primera vez que la realeza de Inglaterra es conocida por la bondad de una princesa. Esto es lo que necesitamos y harás lo que te diga.

— Lo lamento madre, pero no haré nada de lo que John me dijo— salí de su oficina.

Los de seguridad anunciaron la llegada de la madre de mis hijos, después de semanas mis hijos volvían a sonreír sólo porque su madre llegaba. No tan sólo era la lucha con la prensa , sino era la lucha que tenía para que mis hijos disfrutaran el estar conmigo.

Ella entró a Winsor, mis hijos se tiraron a sus brazos. Desde la escalera miraba los ojos lloroso de mi ex esposa, ya lo sabía.

— ¿Por qué lloras mami? — Preguntó Alexander.