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Abril 4 de 2018

Mi esposa estaba en coma vegetal, no era nada predecible saber si escuchaba y sólo sobrevivia por una máquina. Los doctores que tenían su caso no nos dieron esperanzas, nos avisaron que su estado era crítico. Ella podía seguir respirando con un máquina o podría rechazar... e irse. Ellos iban a hacer lo posible para que ella estuviera aquí.

Estaba a su lado, veía de cerca sus heridas. La veía conectada a tubos y cables, la observé por casi media hora, mi ojos bajaron a su vientre. Una lágrima calló por mi mejilla y resbaló hasta mi barbilla, la gota cayó sobre la mano de Dulce. Mis dedos secaron con cuidado mi lágrima.

— Hijo — mi madre entró a la habitación, sus ojos estaban en Dulce. Ella no podía creer lo que estaba pasando. Miró el monitor que mostraban las pulsaciones de mi hijo, sólo por ese respirador artificial mi hijo seguía luchando.

— Voy a reiniciar  la agenda real por un tiempo — dije sin apartar la vista de Dulce.

— Lo se cariño. Y es lo correcto— apretó mi hombro.

— Gracias— respondí con un nudo en la garganta. — ¿Cómo pudo pasarle esto, mamá? ¿Porqué a ella? Debí ser yo — dije dejando que las lágrimas cayeran sin contenerlas.

— No lo sé, pero Karl esta trabajando en esto. Encontraré los culpables hijo — se sentó a mi lado. Y tocó la rodilla de Dulce — Sólo espero que no deje a mis nietos — suspiró, y miró su vientre — ¿Ramiro sabía que tendrían un bebé?

— No, no lo sabía — respondí. No me sentía con ánimos de discutir, por lo pronto no le confesaria que este bebé era mío.

— Sabes, Anahi me comentó que está despierto, lograron estabilizarlo y pregunta por ella — se refirió a Dulce.

— Lo sé — besé la mano de Dulce — No quiero ser descortez, pero... me dejarías con ella.

Mi madre me tomó la mano y la beso, en silencio se levantó. Dejó una rosa cerca de Dulce y caminó hacía la puerta.

Hacía dos días que estaba junto a Dulce, su madre había sido llevada a una habitación. Cuando nos dijeron que Dulce habia caído en coma vegetal su madre entró en crisis, fue inyectada con calmantes pero cuando volvía a estar consciente perdía la cordura y con gritos desgarradores pedía que su "bebita" estuvieran con ella, pero no podían hacer nada.... Sólo esperar.

Los hermanos de Dulce habían llegado el mismo día que nos dieron la noticia, me sentí un idiota al no recordar los nombres de los hermanos de mi esposa, ellos claramente sabían que había pasado entre Dulce y yo; lo que formo un ambiente tenso. La única que hablaba conmigo era Anahi, Alfonso seguía al lado de Anahi pero yo había prohibido que él entrará a verla.

¿Porqué? Simple, por que sabía que mi esposa iba a despertar, y no quería que despertara por escucharlo a él. Dulce me había dicho que amaba a Alfonso, y tenía miedo que sea real y por amor a él despertará.

Una de las enfermeras que estaba pendiente de mi hijo entró a la habitación de mi esposa.

— Su Alteza, debo ver como esta este pequeño— me comunicó.

— Adelante — dije apartandome de Dulce. Ella anotó en su libreta algo, y corrió un poco la manta que tapaba el vientre de Dulce, y comenzó a tocarlo.

— Hola allí adentro, acá te vamos a estar esperando. Vas muy bien — comenzó a hablarle a mi bebé dulcemente. Ella vio que la estaba observando y sonrió— Su Alteza, en casos como estos donde la mamá está en coma se necesita que el bebé tenga un estímulo, escucharlo a usted también ayudará a que él pueda crecer fuerte y sano, y sobretodo a que empiece a familiarizarse con las voces. Su mamá es la primera en estimularlo, pero esta vez su mami no lo puede hacer — tocó el brazo de mi esposa— hable con su hijo, a ambos le servirá.

Secret of the prince: ¿Qué hay de mi? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora