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Abril 1 de 2018

Una sola llamada, un sólo momento había cambiado mi vida por completo, mientras esperaba saber que estaba pasando con mi ex esposa sólo podía pedirle a Dios, o a cualquier ser místico que tuviese poder, que no se la llevara de mi lado, que la dejara junto a mi.

Sentía que mi corazón estaba pesado, sentía que me estaba quedando sólo y por primera vez sentía necesario que Dulce estuviera a mi lado.

Había pagado por una habitación privada, la Duquesa de Alphor había llegado junto a su pareja. La madre de Dulce no se había acercado a mi, Kevin hablaba con Anahi cerca de la venta y yo estaba sólo en un sillón.
Como habíamos llegado a esto, no lo sabía, pero si tenía claro que merecía el trato que la madre de mi ex esposa me daba.

Había lastimado a su hija de una manera increíble, y no había excusa para ello pero si debía pensar el porque de mi trato a Dulce, la respuesta era simple. Era la única mujer que me había descubierto, que sabía que no era fuerte y que tenía la capacidad de sentir, no era insensible. Ella sabía como enamorarme, ella sabía que mis sentimientos podían ser correspondidos, pero nunca pensó que un ser cobarde como yo utilizaría la peor arma. Y era lastimar.
Las palabras, los desplantes, los malos tratos habían matado poco a poco su amor por mi, pero cuando realmente la perdí, fue en aquella noche que sólo estuvo conmigo por placer sexual entendí que había logrado lo que pensé que quería, pensé que quería a Natalia, pero no. Yo sólo tenía miedo de sentir.

Dulce era una mujer preciosa, era perfecta para ser reina. Amaba tanto que no le importaba quemarse, sólo le importaba sentir. Y ese había sido mi problema. Sólo la había utilizado.

Me habría encantado poder decirle todo esto, pero ahora era tarde. Los médicos estaban haciendo hasta lo imposible para que ella y mi hijo sobrevivieran.

La maldita costumbre de los seres humanos era justamente esto, arrepentirse cuando ya era tarde. Sentir cuando la otra persona estaba tan lastimada que sólo quedaban cicatrices.

Hacía meses atrás, esa noche en la que supe que Dulce logró amar a otra persona fue cuando quise gritar. Esa maldita noche cuando encontré a Ramiro en la Mansión de Kensington perdí el control.

Flashback

Febreo 21 de 2018

Ramiro abrío la puerta de la mansión donde mis hijos y mi ex esposa vivian. Miré a Dulce totalmente sorprendido y enfadado, no podía hacer esto. No en mi Palacio.

—¿Donde van? — le pregunté a mi hijo. Estaba enfadado. Muy enfadado

Vamos a cenar papá — él miraba a su hermana

Papi ¿Qué haces aquí? — dijo mi princesa.

Vengo a hablar con tu madre — miré la reacción del novio de mi esposa, la idea parecía no disgutarle. Extraño ya que debía saber que su novia aún me amaba — Es sobre nuestro divorcio, esto se va a demorar tal vez quieras ir con mis hijos y que ella los alcancé — mentí para que me dejara sólo con Dulce.

No puede ser mañana, su Alteza — intervino Dulce.

No, es urgente — afirme sin un ápice de bondad.

¿Quieres llevarlos? Después los puedo alcanzar — susurro cerca de la mejilla de ese hombre ¡Dios! odiaba que fuera tan cercana a él. Ella sólo era así conmigo.

Esta bien, te esperaremos en la misma mesa de siempre — Oliva agarró la mano de Ramiro, mi hija había agarrado la mano de ese idiota. Algo que jamás hacia conmigo.

Secret of the prince: ¿Qué hay de mi? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora