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Marzo 9 de 2007

Ya había dado un gran paso, era un hombre comprometido con la mujer que mi familia había elegido. Sólo nos conocíamos lo que nueve citas podían dejar, pero me basta con ello. Sabía pocas cosas, como que trabajaba en una guardería y que su vida siempre fue algo culta por ser la menor de la familia.
Lady Anahi se había molestado con ambos, lo que causo un viaje indefinido al occidente, por mi parte estaba bien, yo necesitaba una esposa y Lady Dulce era indicada para el puesto a la corona obviamente junto a mi.

Sólo habían pasado meses desde que la había citado por primer vez al Palacio, recuerdo que su rostro mostraba un sorpresa increíble al ver cada detalle de su próximo hogar.

Flashback

Era el momento de proponerle casamiento, el anillo sería elegido por ella ya que no había pensando que mi madre y mi abuela estaban desesperadas por el casamiento.
Desde que estuve en mi Tour en París sólo, me empecé a sentir un poco incómodo con la idea de un casamiento apresurado además que no era la mujer que aún seguía amando.
Margarita habló conmigo sobre Natalia, sus palabras fueron: No seas idiota, si sigues con tu amante todo se volvera peor para ti.

Sí claro, pensé después que me diera su sermón de lo equivicado que estaba al pensar que mi matrimonio iba a durar con una amante al medio. Algo estaba seguro y era que Dulce jamás se iba a dar cuenta, parecía enamorada y eso volvía ciego al ser humano.

Estaba listo para verla, había elegido una vestimenta poco formal ya que esto era algo rápido. Me había puesto un pantalón de gabardina negro y una camisa Blanca de cuello Mouse.
Mientras la esperaba mi teléfono comenzó a sonar, tenía una llamda entrante de Natalia.

— Hola preciosa.

— Hola Christopher — sonaba desanimada — ¿Ya llegó? — pregunto.

— No, aún no llegó ¿Qué tienes? — fui hacía el gran ventanal que daba a la entrada del Palacio, era un noche hermosa en Londres.

— Ya sabes lo que tengo, sabes lo que pienso y como me siento — suspire. Claro que lo sabía, cuando estuve en París tuvimos la oportunidad de estar cinco noches sólo nosotros dos. Esa noche fue cuando me confesó todo, me contó el plan que Josh Hamilton la había obligado a llevar un matrimonio junto a él, sólo porque ella iba a heredar una mansión en Polonia.
Si no hubiera estado en ese momento obligado a contraer matrimonio me hubiera escapado con ella, pero esos días fueron cuando la Reina vivía atrás mío.

— Sabes que esto no nos va a separar, sólo debes esperar un poco para nuestro reencuentro— la animé.

— Pero mientras tanto estarás con ella, y te enamoraras de ella — dijo preocupada.

— No, Natalia. Eso jamás. Ya sabes lo que siento por ti. Dulce es parte de mi deber real, tú tienes mi corazón. — ella río.

— Sabes como hacerme sentir bien — afirmó— Tengo que irme, tengo 4 paparazzi en mi puerta y no se como salir.

— Lo siento, es mi culpa — me lamente con ella.

— No te preocupes todo vale la pena si se trata de ti — sonreí como un idiota porque esa mujer lograba hacerme latir el corazón con una intesidad que jamás una mujer había logrado.

— Su Alteza Real, Lady Dulce ya llegó — me avisó Martín.

— Que pasé Martín, y trae un poco de champagne — Él se retiró y le avisé a Natalia que había llegado el momento, me deseo suerte y colgó la llamada.

Secret of the prince: ¿Qué hay de mi? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora