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Octubre 3 de 2001

Había planeado muchas cosas luego de mi coronación, pero no estaba enterado que debía hacer un Tour por un año en Europa.

Hubo dos buenos momentos en esto, primero fue que logré hablar con Lady Anahi, lo que trajo buenas cosas como alguna que otra cita en París cuando visité en mi tour Francia, lo segundo fue conocer tantas personas importante y que me reconocieran como Príncipe.
Me gustaba tener poder, y claro, mujeres a mi alrededor. Cada ciudad en la que estaba alguna que otra señorita cenaba conmigo y bueno, terminaba la velada en mi habitación.

Tenía una lado bueno ser soltero, no sufría por la distancia, tampoco estaba pendiente de nadie y no le debía explicaciones ni me demandaban tiempo, nadie. Estaba bien, reconocía que Natalia me había dado el golpe más fuerte pero no había logrado herirme como Josh había planeado.

Luego de mi primer cita con Anahi, me enteré que todo lo que había hecho Natalia era un plan macabro para conseguir a Josh, Natalia estaba enamorada solamente de él, y yo sólo había sido su juguete. Increíble pero real.
Igual ya era momento de olvidarme de Natalia y disfrutar mis veintidós años.

Mientras me preparaba para buscar a Anahi, mi hermana me preguntaba como se sentía, no me gustaba hablar de mi pero mi hermana era mi confidente.

— Margarita ¿Tú no saldrás esta noche? — Trate de cambiar de tema.

— No me vas a distraer hermano, dime que siente. No debe ser fácil para ti saber que Natalia ya es madre. Creeme que para mi — ella traga duro— No es fácil saber que Josh es feliz con ella.

— No quiero hablar de eso — dije mientras prendia los botenes de mis puños.

— Christopher, en algún momento vas a tener que hacer catarsis — me reto.

— Pero hoy no — me di la vuelta y besé su frente— Vuelvo tarde — ella suspiró y sonrió.

El auto que mi padre me habia dado hacia unos meses ya estaba listo para mi cita con Lady Anahi, era una mujr fresca y muy diplomática, a veces era algo aburrida pero me entretenía viendo su escote.

— Su Alteza— el guardia del Palacio me entregó las llaves de mi Mercedes.

— Gracias — dije agarrado las llaves.

— Su Alteza — volvió a llamarme — Lady Natalia esta en el portón.

— ¿Qué? — dije divertido, poque sabía que era imposible.

— No quiso entrar, lo está esperando afuera. — Me subí a mi auto y conduje rápido a la salida. Efectivamente estaba allí.

Natalia tenía sus ojos llorosos, llevaba un vestido floreado acompañada con un saco de lana. Toqué mi bocina, ella levantó su vista, y se acercó a este. Abrió la puerta y entró a mi auto.

— Natalia ¿Estas bien?— ella negó — ¿Qué tienes ? — pregunté.

— Christopher, te extraño — sollozo.

— Natalia, por dios — dije manejando por Londres.— No puedes decirme eso — suspire.

— Vamos a Clarence House — pidió tocando mi mano que estaba descansando en la palanca de cambio.

— Tengo una cita.

— ¿Con quien? — averiguó. La miré y negue riendo.

— No debo darte explicaciones.

— Con quien — insistió.

— Anahi Espinosa — dije esperando que el semáforo se pusiera en verde.

Secret of the prince: ¿Qué hay de mi? #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora