Tres semanas habían pasado; tres semanas donde nadie sabía que hacer para que Saeng regresará a su forma humana. Ese pequeño lobito simplemente se había quedado en esa forma, solo comía y dormía en la habitación de su hermano Angelo.
Sí. Saeng no quiso dejar su casa, ni la habitación de Angelo, por lo que todos decidieron quedarse en la casa Heo y no alejarse de Saeng por ningún motivo. Lo bueno, era que, la casa tenía cuatro habitaciones, porque si no, Hyun hubiera dormido en el sofá de la estancia.
—¿Cómo estás?— pregunto Kyu entrando en la cocina.
—¡Mal! Realmente estoy odiando a Angelo por haberse ido. Saeng ni siquiera me deja estar a su lado, y luego están las constantes amenazas en contra de él qué, en serio me da miedo perderlo.— Contestó Hyun a la pregunta y tomando un poco de jugo.
Era medio día y estaba completamente nublado y frío. Y eso solo significaba que el clima estaba mostrando lo que Saeng estaba sintiendo en su interior.
Kyu no dijo nada ante eso, simplemente se quedó callado y mostró su comprensión con un fuerte abrazo. Hyun agradeció ese gesto, luego se levantó y dejo a su hermano ahí. Él se dirigió a las escaleras y subió para llegar hasta la habitación donde su Omega se encontraba, giro la manija y entró encontrándose con un aroma a bebé y chocolate extremadamente fuerte. Miró alrededor para encontrarse con una habitación vacía, al instante se preocupó pero después pudo escuchar el agua que provenía del cuarto de baño. Cuando estuvo a punto de ir a ver, la puerta se abrió dejando ver a Saeng en su forma humana y totalmente hermoso más de lo que debía ser. Y eso lo desconcertó, primero había destellado sensualidad y ahora mostraba una hermosura que ni los mismos dioses creerían.
Saeng al salir del cuarto de baño sintió una mirada y eso lo obligó a levantar la mirada, encontrándose con su alfa, pero tratando de ignorarlo. Si no lo hacía, lo único que lograría sería correr a sus brazos y suplicar por sus caricias, y eso no podía permitirlo.
—¿Cómo estás?— Hyun pregunto al ver que su cachorro lo ignoraba por completo, logrando que su lobo llorara ante el rechazo. —Por lo que veo has decidido regresar, y eso me alegra. Tal vez podríamos salir.— habló acercándose a él, pero Saeng lo rechazó alejándose.
En ese momento Hyun sonrió falsamente y… —Creo que debería dejarte descansar. Perdón por entrar así y querer tocarte después de tenerte lejos por tres semanas.— habló dándole la espalda y caminando hacia la puerta.
—Si tocarme significa que me vas a reclamar, entonces adelante tócame y hazme tuyo, pero si no, es mejor que te vayas y me dejes en paz.— habló cambiándose con su ropa, dejando al descubierto su piel blanca.
Hyun volteo admirando esa piel que tanto amaba. —¡ Lo siento pero, no puedo hacer eso que me pides! Eres un simple cachorro y no me ….— se disculpó. Pero no termino la frase.
—Entiendo. Sabés? El problema no es que no puedas; el problema es que soy un maldito cachorrito. Un cachorro que no… que simplemente no deseas. ¿Cierto?— habló entre lágrimas. No podía creer que su alfa no lo deseará. —Es mejor que salgas y me dejes sólo.— dijo recostándose en la cama y dejando que las lágrimas salieran.
Hyun sonrió ante lo dicho por su Omega. Era increíble que su cachorro pensará eso, cuando interiormente se moría por poseerlo. Camino hasta la cama y se acostó atrayéndolo hacia él.
—No sabes cuanto desearía tomarte en éste instante y reclamarte para siempre mío. Porque eres mío Saeng y de nadie más. Así que no vuelvas a decir que no te deseo, porque es lo que más quiero. Y Sobre lo de ser un cachorro, pues debo decirte que eso es lo que más me fascina de ti, un bebé que será devorado por un gran lobo.— susurro en su oído con tanto deseo y amor.
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Bajo el Manto de la Noche (Hyung Saeng)
AléatoireHay historias que se esconden bajo el manto de la noche; historias que rasgan y devoran el corazón de quien lo escucha. Dos mundos; un mismo cielo. Bajo la luz de la luna blanca y por su misterio y representación dentro de la noche; representando l...