Alocado Matrimonio

Capítulo 32: No soy yo

Mi mirada recae en Hitomi quien ahora me mira furiosa. Inuyasha está en medio de ambas porque en cualquier momento pienso contraatacar y molerle la cara a puñetazos por golpearme. Ella no sabe con quién demonios se está metiendo para venir a mi casa a pegarme.

Yura parece consternada mientras que Bankotsu me mira algo extraño. Es la primera vez que lo veo mirarme de esa manera.

—¿Se puede saber qué diablos hacen ustedes tres en mi casa? —pregunto con la molestia siendo palpable n mi tono de voz.

—Yo vine a matarte perra miserable—ella intenta lanzarse a mí, pero Inuyasha la toma y la aleja—¡tú no me toques! —grita alejándose de el—ambos ahora me dan asco.

Mi ceño se frunce y Yura mira hacia otro lugar. No estoy entendiendo nada de lo que ocurre, pero cuando Hitomi levanta la mano para atacarme otra vez, soy más rápida porque la sujeto y le devuelvo el golpe más fuerte.

Inuyasha la toma para alejarla y miro a Bankotsu quien me mira con decepción, camino hasta él, pero retrocede.

—Ban...

Sus labios están en una línea y niega.

—¿Era necesario burlarte de mí Kag? —abro loa ojos ahora más que confundida.

—No entiendo de qué hablas—él pasa las manos por su pelo.

Su mirada es triste y eso hace que mi corazón se sienta pesado, niega mientras se da la vuelta y sale. Inuyasha intenta acercarse, pero niego y salgo en busca de Bankotsu quién camina a pasos apresurados.

—¡Ban! —mi grito queda en el aire, él no se gira ni para confirmar que lo sigo. Corriendo es como lo alcanzo y sujeto su brazo haciendo que gire a mirarme. Veo sus ojos cristalinos y mi pecho se oprime—¿qué sucede? —pregunto despacio.

—¿Qué sucede? —devuelve la pregunta saltándose lentamente de mi agarre—sucede que me enamoré como idiota de ti Kagome, que quise reparar un corazón que no quería ser reparado, que intenté bajarte las estrellas cuando solo añorabas una sola, la única que no podía bajar. Sucede que pasé años intentando que seas feliz a mi lado, pero... ¿De qué valió todo el esfuerzo si al final te ibas a burlar de mí?

Te amo Kagome, te adoro y no me enamoré de ti por el tiempo en que tuvimos sexo, lo hice por esa chica alocada que conocí que aún con el corazón roto me regaló la sonrisa más hermosa que jamás nadie me había brindado. Me enamoré de esa chica que tenía la lengua más peligrosa del mundo porque no había un hombre que diciendo malas palabras podía igualarte. De aquella chica tan alegre que contagiaba, pero aún con alegría había una chica triste en su interior, una que intenté salvar, una que intenté sanar con la cura correcta, pero que a ella le importó mierda mis intentos porque yo nunca fui suficiente, porque yo nunca fui Inuyasha Taisho.

Todas las veces que estuvimos juntos fui la persona más feliz del mundo, me encantaba solo dejarte ser libre y mirar como el mundo caía a tus pies por ser tan única como eres. Siempre diré que fuiste la mejor relación que tuve, porque, aunque no haya funcionado, fue la primera vez que di todo por alguien, fue la primera vez que experimenté tantas emociones y sentimientos que me hicieron feliz.

—Siempre serás alguien importante para mí—susurro y él niega.

—¿Importante para ti? —ríe sin gracia y se acerca a mí, el sol de la mañana quema mi cuerpo al permanecer tanto tiempo bajo el y mis pies también ya que voy descalza—¿burlándote demuestras lo importante que es alguien para ti—-niego sin entender.

—No comprendo nada Ban...

—¡Esto!—saca su teléfono y mi voz se puede escuchar.

Grité tu nombre mientras hacía el amor con él, siempre pensé en ti, nunca me sentí cómoda con él, solo fue alguien que utilicé para olvidarte. ¿Bankotsu? No es importante en mi vida, solo una marioneta que puedo usar cuando se me antoje. No sabes lo divertido que es jugar con él.