Capítulo 38: Justo ahora

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Con tranquilidad nos adentramos a la mansión Taisho. Inuyasha nunca deja de sujetar mi mano mientras nos guía lejos de las miradas curiosas que nos dedican nuestros familiares. Bankotsu no pierde de vista la manera en la que Inuyasha parece tratarme y cuando sus ojos se enfocan en los míos me regala una pequeña sonrisa antes de seguir el camino a lo que conduce el despacho de Inu No Taisho.

Hitomi se abre paso entrando y sentándose en el sofá, Bankotsu se toma su tiempo en analizar la amplitud del lugar antes de enfocar sus ojos en nosotros dos. De manera distraída Inuyasha besa mi frente antes de soltar mi mano para caminar hasta la silla giratoria y hacerme señas de que me acerque.

Siento mis mejillas calentarse cuando me hace sentarme sobre él, eso me recuerda el momento candente que protagonizamos hace unos minutos. Es tan descarado que gracias a que el escritorio nos protege me acaricia de manera insinuante. Lo miro un momento y sonríe divertido antes de mirar a Hitomi y Ban quienes también nos observan.

—Creo que ya está bueno de tanto silencio—la voz de Hitomi es lo que nos hace reaccionar. Estamos aquí para hablar, pero tanto Inuyasha como yo sabemos que ellos merecen una disculpa por todo lo que le hicimos.

Sin darnos cuenta le hicimos más daño a ellos que a nosotros, porque sin darnos cuenta teníamos una relación toxica donde todo parecía muy bien, pero no era cierto, porque nuestros pensamientos estaban puestos en otra persona que no era nuestra pareja. Lo traicionamos muchas veces en nuestra mente, hasta el punto de dañarlos a ellos.

Inuyasha aclara su garganta y mira a Hitomi con un tinte de cariño y vergüenza. De la misma manera en la que me siento, se siente él.

—Yo Hitomi—me hace levantarme para acercarse a ella y arrodillarse frente a su cuerpo—primero quiero pedirte una disculpa. Realmente me importas y siempre me importaras, fuiste más que una buena amiga en mi vida, perteneces a una parte importante de mi corazón.

>> Si, puede que amara a Kagome y lamento no haber sido lo suficiente valiente y honesto como para contarte lo que en verdad pasaba. Desde que te conocí aprendí cosas nuevas, eres una excelente mujer y lamento que hayas pasado años de tu vida a mi lado, pero ambos sabemos que esta relación eras quien la mantenía a flote y lo lamento. Lamento no haberte dado las estrellas porque te lo mereces, lamento que las cosas hayan pasado de esta manera y no por ti, la falla fue de mi parte por no darme cuenta que hacia mal las cosas.

>> Siento tanto su en algún momento sin intenciones de hacerlo, te hice sentir inferior. Sabes que te quiero mucho y eso es lo último que hubiese querido, pero sabes también que en el corazón nadie manda.

>> Pensé, lo pensé muchas veces. Pensé que ya lo que sentía por Kagome no era amor, que solo era la nostalgia de algo que nunca pasó, pero no es cierto. Solo me mentía a mí y te mentía a ti, porque la verdad es que jamás la pude superar.

>> Sé que lo que digo son solo excusas, porque te hice daño. Te hice daño en el omento en que no te defendí como debí hacerlo, cuando no te di el lugar que realmente te merecías solo por amar un fantasma del pasado, lo hice cuando no te dedique todos mis pensamientos lo hice cuando no me entregué por completo a ti.

Hitomi llora mientras Inuyasha hace una pausa mirándola. Ella lo mira con tanto amor y cariño que mi pecho arde de dolor, creo que de todos la que más ha sufrido con todo esto es ella. Ella quien pensaba que tenía una relación perfecta que logro construir por años, pero que de pronto todo eso le fue de las manos como si no mereciera nada. Me hace sentir mal conmigo porque ella luchó limpiamente por Inuyasha desde el principio, mientras yo solo lo conseguí atándolo en contra de su voluntad.

Una lagrima se desliza por mi mejilla al darme cuenta que mientras Inuyasha y yo sonreímos enamorados ella debió sentir su mundo caerse. Tal y como yo lo sentí cuando Inuyasha se marchó lejos de mí.

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