La fina brisa acaricio sus mejillas, sus pies se medio enterraban entre la dorada arena, pronto atardecería. La playa comenzaba a cubrirse de tonos rojizos y naranjas. Detrás de ellos, en aguas profundas se hallaba el enorme yate anclado muy cerca de un sobre saliente arrecife, sobre el pequeño puerto, el bote que los había traído.
Cuando le dijeron que la isla era pequeña le mintieron, era lo bastante grande para tener una pequeña selva de palmeras y mangles en el centro, los pájaros cantaban gustosos en su interior, las olas susurraban un incomprensible secreto y el viento le hacia danzar sus rubios mechones. Pero aunque todo luciera paradisíaco, el rubio omega no podía disfrutarlo.
Todos iban de un lado a otro, los jóvenes que trabajaban para el amo uchiha, los empleados del barco, todos con el propósito de preparar lo que sería el campamento para esa noche, pero aun con ajetreo que le rodeaba sus ojos solo podían centrarse en el pelinegro de ceño fruncido que no se despegaba de su celular, apenas colgaba le entraba una nueva llamada de voz, después otra en video, seguida de ella un mensaje de audio, pero tal parece que todo eran malas noticias.
Una delgada gota de sudor escurrió por la frente de rubio, a pesar de estar más al norte, en Hawaii vaya que hacía calor, imagino que su alfa (sonrió para sí mismo al llamarlo suyo), debería estarla pasándola mal con esa camisa de lino fino que usaba. Una joven mucama iba pasando con bebidas en una charola, educadamente el rubio tomo una, agradeciendo el ofrecimiento.
Y entonces lo hizo, atravesó el bullicio, rodeo una de las casas de campar, sorteo otro empleado y llego al lado del amo Uchiha, este apenas y le noto, había un tronco de palmera seco justo detrás de donde el uchiha discutía por el teléfono, a pesar de ser ignorante el rubio nunca se atrevería a interrumpirle, por lo que se sentó como niño bueno a esperar una oportunidad para acercársele.
El uchiha le había observado con indiferencia fingida, le debía una maldita disculpa, pero era tan seco y torpe en eso, que prefería esperar a la reaccion del rubio, el alfa esperaba que no fuera necesario hacerlo y que las cosas entre los dos siguieran el suave cause que hasta el momento habían tomado.
Se giro un poco para verle de reojo, el atolondrado rubio jugaba con un palo sobre la arena haciendo garabatos y figuras abstractas, de su llamada poco escuchaba, y para ser sincero las relaciones publicas no eran lo suyo, por el podían irse al diablo. Colgó desganado y se sentó al lado del rubio.
Amo, le traje esto- le entrego la bebida que llevaba entre sus manos- pensé que tendría calor, espero no incomodarle - el uchiha sonrió al ver que se encogía, decidió que lo molestaría un poco para desquitar los ánimos de la discusión que había tenido por teléfono.
Pues debo decir que me estoy acostumbrando a tu incomodo ser- le dedico una sonrisa de superioridad que hizo que el rubio se sonrojara de pies a cabeza.
Son como buitres- el rubio no entendió al principio pero después comprendió que se refería a las personas con las que había estado hablando anteriormente- cuando todo marcha bien se acercan esperado favores, beneficios, buscan mi aprobación. Pero cuando las cosas van mal, son los primeros en atacar, buscan tomar lo que sea aunque eso signifique despedazarte, así es la prensa- se encogió en hombros dando por terminado el tema- lamento lo que dije, parece que ya estas conociendo mi verdadero yo, el que es un idiota- el alfa vio al rubio a los ojos, sobre su nariz se formaban pequeñas perlas de sudor, estaba sonrojado por el calor, sus tenues pecas se acentúan con la luz de la tarde. Se dio cuenta que el también sudaba, así que se quitó la camisa quedando únicamente en una playera de tirantes- perdí la capacidad de relacionarme con las personas, supongo que 13 años en internados lo hicieron por mí, sumado a el peso de que cualquier persona que se acerca espera algo, así que siempre ahuyento a las personas.
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Indemnización
FanfictionEl mayor problema en la vida de un omega era su vulnerabilidad, al poseer el celo más fuerte que betas y alfas, eran víctimas de constantes abusos, ya fuera físicos, emocionales o en el peor de los casos sexuales. El mayor índice de abandonos infant...