Honolulu

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El bullicio centellaba en aquella casa, nunca imagino que tanto espacio pudiera ser ocupado algún día, pero ahora aquel inmueble le parecía tan reducido que no encontraba su lugar. Suspiro, su boda seria en dos días, por ello cientos y cientos de cosas comenzaban a llenar los espacios compartidos de la propiedad, el patio, habitaciones, inclusive las cocheras estaban siendo utilizadas de bodegas temporales.

Subió a su cuarto desganado, pero se topó con la sorpresa que ni ahí encontraría un lugar para estar. Ahora parecía mas un estudio para una sesión de fotos o una pasarela de modas,  que su espacio personal que antes sentía tan suyo, cerró la puerta antes de que alguien le llamara para otra aburrida prueba de color, maquillaje o lo que fuera que se les ocurriera.

Él no quería nada de eso, es cierto que quería casarse con Sasuke, pero si por el fuera le diría que corrieran a una oficina de gobierno vieja y desgastada, con las ropas que llevaban puestas, para firmar su unión, los lujos y excentricidades no confirmarían la veracidad de su amor, así que por el podrían irse al carajo todas esas ridiculeces.

En medio de su vagancia sin sentido para encontrar pertenencia, recordó la biblioteca, un lugar poco transitado, en el que seguramente por fin tendría paz, y así fue. Nada más entrar agradeció el silencio, el olor a tinta y papel, algunos nuevos, otros clásicos. Respiró profundo, y observó con tranquilidad el fondo de la biblioteca con una enorme ventana que daba al mar.

Se sentó en uno de los grandes sillones, se sentía melancólico, hasta cierto punto asustado, era indiscutible que la relación entre ellos había mejorado, pero aún tenía dudas, recordaba la cena en donde anunciaron su compromiso, no hacía mucho de ella y aun dolía.

El comportamiento del pelinegro, su familia, los medios, ¿podría soportar todo aquello nuevamente?, seguramente en esta ocasión seria aún más duro, no solo porque era un evento más importante por lo que vendría más gente y medios de comunicación, sino también porque en la actualidad las acciones del alfa le lastimarían en carne viva, Y si Sasuke seguía con su plan, ¿podría soportarlo sin llorar patéticamente delante de todo el mundo?

La respuesta era no, si de solo pensarlo una lagrima había rodado por su mejilla, para Naruto se sentía como si fuese el final de un sueño, uno tan hermoso que duele cuando despiertas y lo único que quieres es volver a dormir.

Ojalá y no tuviéramos que pasar por todo esto- dijo en voz alta mientras llevaba sus piernas a su pecho,

Aquí estas – escucho detrás de él, Sasuke le estaba buscando así que se limpió las lágrimas rápidamente con el dorso de su mano evitando que fueran descubiertas.

Si, ¿me necesitabas? – trato de acomodar su voz.

¿Pasa algo Naruto?- pregunto el ojinegro con un tono acongojado, el de ojos azules maldijo en su interior, lo que menos quería era incomodar al alfa con sus dudas.

No es solo... no me hagas caso- el rubio se encogió en hombros.

El pelinegro se sentó a su lado- ¿Recuerdas?- le levanto la barbilla para que sus ojos se encontraran , el ojiazul sintió como su corazón se apretujo por la cercanía de sus rostros- tu eres libre, no tienes que hacer esto si no quieres, yo te esperaría siempre, si ahora no estas listo, si lo estarás en unos años, o si no lo estarás nunca Naruto, te amo, y por el resto de mi vida voy anhelar que seas mi esposo.

Sasuke – sus lágrimas le habían traicionado y comenzaron a caer hasta humedecer sus mejillas- yo ... claro que quiero casarme contigo, pero no sé si eso sea bueno para ti, me aterra la ceremonia, tú mismo lo pesaste, doy vergüenza, y tal vez eso no importaba antes, pero ahora me lastima. Temo hacerte quedar mal, que me vean con asco, que te arrepientas y me quede ahí solo...  sin mi corazón porque te lo llevarías contigo.

IndemnizaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora