Los personajes no me pertenecen, todo lo escrito aquí es estrictamente ficción y no alude a ninguna relación o preferencia sexual real. NO APTO PARA MENORES DE 18, PERSONAS QUE NO DIFERENCIEN LA REALIDAD DE LA FICCIÓN O PERSONAS DE FÁCIL INFLUENCIA.
El viento soplaba fuerte contra las velas, la brisa llevaba hasta su olfato el salado y fresco aroma del mar, su cabello y mejillas se sentían húmedas. Ha decir verdad estar ahí sin hacer más que observar no era tan malo como al principio pensó, ya que ahora podía detenerse a observar con detalle el entusiasmo que ponía aquel alfa en apretar y soltar cuerdas de aquel pequeño velero, en realidad era un velero grande, pero a comparación de los últimos botes en los que había navegado este de menor tamaño y sin ostentosos lujos, no era viejo pero tampoco de ultima tecnología como el yate.
Yacía ahí sentadito, casi sin hablar, solo miraba con detenimiento, se sonrojo hasta las orejas cuando una perfecta sonrisa se dibujó en el rostro del pelinegro. ¿Se daría cuenta que se había perdido en su perfecta espalda? ¿Qué había contemplado más de lo permitido ese perfil irreal?
Creo que el velero no fue buena idea- dijo cuando por fin termino de hacer ajustes a las velas- he pasado más tiempo direccionando que a tu lado- se sentó en el escalón inferior al del rubio.
No ha sido malo del todo, me he entretenido viendo como dominas este bote, eres todo un marino- sonrió el rubio, el alfa le vio fijamente, en otro momento se habría reprochado por sentir esa maraña de sensaciones, pero ahora acepto plenamente la calidez que nació en su frio pecho al ver ese inocente gesto, siempre había sido un egoísta cabeza dura, pero debía admitir que se estaba asustando a sí mismo, al pensar que mataría a quien osara robar esa sonrisa, de ahora en adelante seria solo de él. En un chispazo imagino vivir toda su vida con el precioso sentimiento que le causaba el rubio.
Fuiste un regalo del destino – pensó o por lo menos eso debía hacer, demonios, debía pensarlo no decirlo, sin darse cuenta había manifestado sus sentimientos al aire, a viva voz, tan audiblemente y lo peor delante del atolondrado omega.
El rubio se sonrojo hasta las orejas y discretamente o no, giro rápidamente su rostro para evitar ser descubierto. El silencio reino entre ambos, el uchiha se sentía estúpido, acaso era un maldito lunático, hasta hace poco usaría al rubio para que los demás se avergonzaran, lo usaría como un juguete y ahora le decía eso, estaba seguro que el rubio no le crearía del todo, eso le ponía sumamente nervioso, pero trataría de cambiar eso por el resto de su vida, trataría de aceptar el destino y buscaría a como diera lugar que el rubio también, pero con sus frases de amor rebuscadas y sin meditación seguramente el ojos azulez desconfiaría aún más.
Tú también- el rubio por fin había hablado- Al principio no lo entendí, te lo dije hace poco, pero lo repito, te lo agradezco, llegaste en el momento perfecto, no sé qué sería de mí, y aunque al principio no lo entendí doy gracias por que puedo estar aquí y ahora, me arrepiento tanto de haber querido... de tratar de quitarme la .., lo bueno que me sedaron y....
¿Qué?- el rostro del alfa se tiño de confusión y coraje- ¿eso paso... cuándo?.
Bueno fue durante la primera noche en el departamento de tokyo, no sabía a qué me enfrentaría, muchos de nosotros los omega somos comprados para ... para nada bueno, inclusive hay quienes son torturados para puro placer, así que pensé que era mejor morir con dignidad y sin tanto dolor, que hacerlo más adelante víctima de alguna tortura. – ¿Cómo era posible que no le hubieran notificado aquello?- pero de repente me sedaron y no desperté hasta el día siguiente con una tremenda jaqueca.
Ahora se sentía más idiota que al principio, como es posible que el rubio le aceptara aun después de lo patán que había sido con él, si los papeles se invirtieran, creo que él no sería tan noble y ya le hubiera enterrado un cuchillo en la yugular.

ESTÁS LEYENDO
Indemnización
FanfictionEl mayor problema en la vida de un omega era su vulnerabilidad, al poseer el celo más fuerte que betas y alfas, eran víctimas de constantes abusos, ya fuera físicos, emocionales o en el peor de los casos sexuales. El mayor índice de abandonos infant...