Brazalete.

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Los personajes no me pertenecen, todo lo escrito aquí es estrictamente ficción y no alude a ninguna relación o preferencia sexual real. NO APTO PARA MENORES DE 18, PERSONAS QUE NO DIFERENCIEN LA REALIDAD DE LA FICCIÓN O PERSONAS DE FÁCIL INFLUENCIA.

Todo estaba obscuro, sus sentidos estaban cegados, parecia no haber nada en lo absoluto a su alrededor, sus pies estaban clavados en el mismo lugar, de repente a lo lejos comenzo a escuchar el llanto de alguien, una persona lloraba y pedia ayuda a gritos, corrio en medio de la obscuridad dando tropiezos, la voz le empezo a parecer muy familiar, un sudor frio recorrio su sien- Naruto- dijo mientras apresuraba el paso aun sin tener fija su ubicación pero guiandose por el sonido, de pronto ya no escucho nada, su corazón golpeaba fuertemente contra su pecho, si algo le había pasado a Naruto jamás se lo perdonaría.

Seguía caminando cuando a lo lejos vio algo en el piso, frente a sus ojos el rubio estaba agazapado, sollozando en silencio, su ropa estaba rasgada, toda su espalda estaba bañada en sangre, se lanzó hacia el para comprobar que no estuviera herido de gravedad.

¡Naruto! ¿Estás bien?- esperaba la respuesta del rubio pero en su lugar vio una mirada llena de rencor.

Te odio- dijo el ojiazul mientras se llevaba las manos a la nuca y le mostraba la sangre entre sus dedos, alguien le había mordido, pero que desgraciado había hecho eso, ¿el rubio le odiaba porque no le pudo defender?.

Dio dos pasos atrás, choco contra algo o alguien se dio media vuelta para ver pero lo que había detrás le dejo helado, un espejo le mostraba su reflejo, pero no era el mismo de siempre, sus ojos estaban rojos, su cara era aterradora- lo hicimos nuestro- su cuerpo tembló, aquel reflejo aterrador era el en su estado alfa.

Se giró para buscar a Naruto pero el ya no se encontraba ahí y dentro de el crecía el sentimiento de que no podría volver a verle nunca más – Naruto – dijo en un susurro- ¡Naruto!- grito.

Se encuentra bien señor uchiha- le comento el doctor al ver que había saltado de golpe nada más al despertar.

Apenado no supo que contestar pero un débil sonido se escapó de sus labios- sí, lo siento- añadió desganado.

No se preocupe- el médico le añadió una sonrisa- mi nombre es Kabuto, soy un médico endocrinólogo especializado en el omegaverse, así que está en buenas manos.

El alfa no entendía muy bien que había pasado, apenas hace unos minutos estaba viendo una película en medio del mar con el rubio y ahora despertaba en hospital, algo no andaba bien. Sus ojos se abrieron de golpe al comprender su realidad, si en su mente faltaban pedazos, lo más seguro es que su alfa habría tomado el control, ¿había atacado a Naruto?.

¿Dónde está yugoo? ¿dónde está mi prometido?- dijo tratando de disimular el mar de sentimientos que le estaban golpeando con fuerza.

El señor Yugoo le trajo, está afuera, y en cuanto a su prometido, sospecho que es el rubio que casi me golpea al negarle los informes- al oír eso el uchiha soltó todo el aire que había contenido, le alegro mucho saber que Naruto estaba ahí afuera siendo tan atolondrado como siempre. Se dejó caer pesadamente sobre su almohada y analizo su situación.

Señor Uchiha, estoy aquí para darle mi diagnóstico, pero antes me gustaría hacerle una serie de preguntas ¿está bien?- el alfa solo asintió.

Vera, hicimos pruebas cuando usted llego aquí, para comprender lo que le estaba pasando, y sus resultados llegaron a mis manos, la rama de la medicina a la que yo sirvo estudia el funcionamiento de todas las glándulas hormonales de su cuerpo- se aclara la garganta tratando de darle la seriedad que requería- sus estudios arrojaron una enorme cantidad de la hormona sintética H2a, esa hormona es la que se encuentra en los supresores, en cantidades pequeñas ayuda a controlar el celo, pero cuando se abusa de ella, bueno usted ya sabe lo que pasa.

IndemnizaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora