22. El rechazo de lo extraño | Parte 3

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Cuando su hermana se calmó, le pidió que la acompañara a su cuarto

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Cuando su hermana se calmó, le pidió que la acompañara a su cuarto.

Kilian estaba en la sala, esperando junto a Tanja y Emma. Las chicas tenían sus manos juntas y aplastaban servilletas entre sus palmas. Se ofrecieron a acompañar a Senna y subieron las escaleras con ella. Solo Emma les deseó buenas noches.

Jouko se dejó caer en un sillón y miró a su acompañante sin expresión alguna en su rostro. El cansancio no le permitía mostrar emociones.

—¿Cómo lo supiste tan rápido?

—Por el rechazo —explicó Kilian—. Algo en ella me obligaba a desviar la mirada y no había sentido lo mismo cuando la vi con un nudo hace unos días. Cuando la toqué... El rechazo entre nihateiéh es clave para la identificación. —Apoyó la cabeza sobre el respaldo del sillón y se permitió una sonrisa. Jouko no comprendía qué podía darle tanto gusto—. Jamás había conocido a otra nihateiéh, llevo un buen tiempo queriendo saber qué se siente el rechazo por contacto.

—Nihateiéh opuestos —murmuró Jouko pensativo, imitando su postura—. ¿Qué probabilidades hay?

—Casi nulas —admitió Kilian—. Me gustaría hacerte una promesa para dejarte tranquilo, porque imagino que tienes una idea de lo que significa este rechazo.

—No me siento cómodo expresándolo en palabras, pero lo sé.

—Mi promesa es la siguiente: haré lo que esté a mi alcance para no lastimar a tu hermana a causa de una condición como la nuestra. Puedo controlarme, Jouko, ni siquiera toqué el nudo que dejaron a la vista encima de la mesa. —Señaló el lugar que había ocupado minutos antes el pañuelo que envolvía la piedra—. Les pedí que se lo llevaran, pero es una prueba de que prefiero alejarme antes que permitir que mis impulsos me controlen. Tienes mi palabra, no seré un peligro para ella mientras pueda evitarlo.

Pudo notar cómo su semblante se relajaba. Si Kilian lo había visto, podía creer que no confiaba lo suficiente en él, y lo más lógico habría sido que no lo hiciera. Acababan de conocerse y su reencuentro había sido en una situación dudosa en la que él se había entrometido. Podía elegir darle una oportunidad, pero ahora ambos se habían percatado de que lo que Jouko había pedido para ayudarlo no era necesario; Senna se había encargado de demostrarlo a sus espaldas. ¿Qué podía darle Kilian que marcara una diferencia a cambio de su ayuda? Notaba que sos ojos se desviaban hacia la mesa cada algunos segundos, sus dedos mantenían un tic que no pasaba desapercibido. Si acabar con el suministro de nudos que había llevado a Kilian a ese estado suponía un bien tanto para él como para posibles víctimas de su torturador, él daría lo mejor de sí para conseguirlo. Su padre apoyaría su decisión.

—No mencionaste el nombre de quien intentó matarte de niño.

—No puedo decir su nombre en voz alta. Sigo sin comprender por qué no se deshizo de mí por medios más eficaces, pero parece que él suponía que podía fallar. En caso de que sobreviviera, hizo que mi madre me entregara a él antes de nacer, como una ofrenda. 

Susurro de fuego y sombras (Legados de Alkaham #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora