Las náuseas de la noche anterior habían desaparecido cuando Senna despertó en su cama aquella mañana. Los temblores eran un recuerdo vago en su mente y la imagen de sus amigas sosteniéndola para que no regresara a la isla se veía difusa en sus recuerdos. La única certeza que conservaba de la noche anterior era que había perdido a su hermano cuando intentó decirle la verdad sobre su naturaleza.
Había erigido un muro de secretos a su alrededor detrás del cual se protegía, a ella y a sus amigas, y lo había construido con la capacidad justa para no albergar a nadie más. Si alguien se acercaba lo suficiente, si alguien rozaba el peor de sus secretos... La condena de Anukig jamás había sido individual. Generación tras generación, los alkyren que veneraban a Vanihèn pagaron por una muerte que marcaría su destino y los guiaría a la extinción. Pero Vanihèn resistía, la había reclamado para que reviviera su fuego, y Senna temía por el peso de su silencio. Podía cargar sola con él, sin embargo, Tanja y Emma se habían involucrado demasiado.
Se acercó a ellas sin fingir una sonrisa, como sí había hecho con otros invitados. Su hogar había recibido los mensajes de afecto de tantos conocidos durante el día que Senna se sentía agotada. Sus amigas compartieron con ella una mirada de complicidad que pretendía aliviarle la culpa. Se alejaron a un rincón para evitar ser oídas.
—Ismo no se ve mal hoy. ¿Cómo está con respecto a lo de anoche?
Emma suspiró.
—No recuerda lo que pasó. Se despertó preocupado por la conversación que manteníamos cuando... Su mente seguía en el mismo punto. Temí que guardara algo de ese lugar en la memoria, que hiciera demasiadas preguntas. No estoy segura de poder mentirle. No a él.
No a su hermano. No como Senna lo había hecho.
Si hurgaba entre sus excusas para dar con las razones de su silencio, hallaría su deseo más profundo de proteger a los demás. De cumplir el propósito de su creación. Jouko se habría salvado si ella no lo hubiera arrastrado a su condena. Convertirlo en cómplice no fue un acto de amor, solo una respuesta rápida a la amenaza de perderlo.
—¿Hablaste con Eljas?
Tanja negó. Su mirada vagaba perdida y se había posado en Janna, quien conversaba en voz baja con sus padres en el centro de la sala.
—No contesta las llamadas. Intenté hablar con su hermana, pero Leena no quiere darme su número. No quiero buscarla por sus redes, ni siquiera pasó un día. —Señaló a Janna con un gesto rápido—. ¿Siquiera te habló en algún momento?
Senna le dio la espalda a su exnovia para que su mirada no la traicionara.
—Me invitó a cenar esta noche. A las dos, en realidad. Sara irá, yo dije que lo pensaría.
—¿Cuánto sabe de tu mundo? —La mirada de Emma era curiosa.
—Casi nada. Solo que determinados masajes con ciertos aceites y hierbas me ayudaban en momentos complicados. Nunca supo nada en concreto sobre mí.
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Susurro de fuego y sombras (Legados de Alkaham #1)
FantasyMientras oculta la maldición que consume su fuego, Senna descubre que sus amigas peligran a causa de su mundo y ella es la única que puede protegerlas. ...