XV

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El regreso de Monak

Bardock se encontraba en su oficina tranquilo con sus obligaciones, mientras su hijo corría detrás de su encargado por toda la empresa pasando de vez en cuando enfrente de él y sin poder evitarlo mandarle un saludo entusiasta.

Parecía un día tranquilo y sin problemas.

Zamasu estaba en casa, todos habían ido a estudiar y él estaba atento a que no se quemará el almuerzo, de pronto oyó el timbre de la puerta, Suspiró e inseguro por dejar sola la comida marchó hacia la misma, seguidamente abrió encontrándose con Gine al otro lado - Hola, cuñada ¿En qué puedo ayudarte? - Dijo ya dejándola pasar mientras cerraba la puerta.

- Hola Zamas, encontré mozarella en la tienda, y pensé, hey ¿Que tal si compro tomates y hago lasaña?, Y bueno traje lo suficiente para prepararla, ¿Quieres ayudarme? Sabes lo pésima que soy en la cocina -

- Oh, Gine, por supuesto, ven, vamos a la cocina, tengo la comida al fuego y no quiero que se queme - Ambos contentos caminaron y empezaron a arreglar el almuerzo.

- ¿Sabes el otro día vi a un muchacho? Chocamos y pareció reconocerme, pero yo no a él, me dijo que nos había visto juntos y por eso me recordaba, que era amigo tuyo, así que le pregunté su nombre pero evadió la pregunta y sin mas se fue, ¿Extraño No? - seguía organizando los ingredientes con sus tonos simpáticos.

- Si raro, parece más acosador - Zamas en cambio vio preocupado a su cuñada.

- No me gusta juzgar a la gente por su forma de ser, es muy grosero - Gine siguió tratando de que su actitud positiva no muriera por los comentarios que no le agradaban.

- Disculpa, no debí hablar así de alguien, no medite mis palabras - El Kaio volteó un instante arrepentido por lo anterior.

- Si lo veo de nuevo le preguntaré más sobre que sabe, primeramente Kami resulta ser una buena y entretenida persona - Su voz se animó más ante la idea de conocerlo.

- Esperaré entonces que vuelvas a plantarme el tema, quizás incluso terminen siendo pareja -

- ¿Por qué lo dices? -

- No sé, un encuentro casual puede terminar en algo más -
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Gine se encontraba en el súper comprando cosas para el día siguiente, ya era algo tarde pero ella parecía no notarlo, su mente se invadía de adorables fantasías sobre formar pareja con aquel extraño chico, en eso chocó de nuevo y al tratar nerviosamente de disculparse oyó la misma voz de la mañana.

- Estoy empezando a creer que chocas conmigo a propósito - Era él, el muchacho alto y apuesto de la tienda de quesos.

- ¿Cómo crees? Son accidentes - Dijo lo más veloz posible.

- Los accidentes no existen, pero sabes ahora que te veo otra vez quisiera poder invitarte algo - El muchacho parecía agradable, realmente una dulzura que termino de cautivar a Gine.

- Me encantaría, de hecho quisiera conocerte mejor - Ambos sonrieron.
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Después de que la noche cubriera todo el paisaje la pareja volvía a casa de la sayan, que sin poder evitarlo terminó cayendo en brazos de la lujuria y la cerveza desmesurada consumida minutos atrás. Parecía un error que ambos cometían conscientes de cualquier consecuencia.

Al despertar, desayunaron cómodamente, siendo Gine la primera en retirarse.

Una vez solo busco con la mirada algo para entretenerse, aún quería encontrarse con su "querido amigo" Zamasu.

Hurgó en las estanterías de libros, rebuscando algo de su interés, en eso oyó el ruido de la puerta, pensó erróneamente que era Gine que había olvidado algo.

- ¿Acaso no tienes Good Omens? - Dijo sin voltear.

- De hecho ella prefiere autores del siglo XV - Mencionó Zamas ingresando a casa en tono de molestia creando susto en él.

- Zamasu - Aunque se sorprendió trato de mantener la compostura.

- Monak, Ya te hacía muerto y enterado en lo más profundo de algún planeta - Su voz imponía odio pero el contrario solo se limitaba a mirarlo.

- Yo sinceramente no esperaba encontrarte por acá - Intento decir algo más pero no pudo.

- Ahórrate tus mentiras, exijo saber ¿Que rayos haces en mí maldito planeta? - Zamasu solía mantener la compostura en todo momento, pero en estos momentos sus cabales se habían esfumado.

- Si tanto quieres saber, vine por algo pendiente que deje - Dijo acercándose lo suficiente para tocar su ropa en forma amenazante.

- Sigues siendo una víbora arrastrándose por admiración - Dijo sintiéndose asqueado con su simple presencia.

- Y tú un terco - Fue lo último que dijo ya que Zamas cayó desmayado ante algún tipo de hechizo.
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- Ahora veamos cómo te va - Con eso desapareció de la habitación.




(Bardock x Zamas) Te amo y eso es lo único que tengo claroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora